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» Soledad

Su cuerpo se sentía algo incómodo, quizás por mantener la misma pose por tanto tiempo o por la forma en la que poco a poco su cabeza cortaba la circulación en sus brazos, intenta acomodarse pero ese molesto hormigueo lo obliga a levantarse, la oscuridad se transforma en claridad y reconoce su entorno, una sala de clases ¿por qué? ¿Si hace ya muchos años que no era un estudiante? Y obviamente estaba en Chile de solo mirar los uniformes de los pocos que quedaban, los gritos y modismos característicos, lo seguía desconcertando él porque estaba en este escenario si, recordemos, ya era adulto, si estaba en Chile era porque había vuelto a buscarlo, el no...

Ya no recordaba.

--- oye...

¿Qué esta...?

--- ya po pedro muévete hay que irse

Manuel lo miraba serio pero con un poco de burla en sus ojos cafés, casi como un brillo divertido, recordó lo mucho que le gustaba verlo así, lo sentía tan vivo, da un bostezo y procede a ordenar sus cosas, el relato de como llevo a cabo esto resulta poco interesante por lo que mientras retrocederemos en el tiempo. Luego de algunos meses y semanas el muchacho de ojos tristes se había recuperado casi por completo del golpe que más daño le había hecho, lo que si no podía comer alimentos particularmente duros ni gesticular con brusquedad, que suerte para el que una de las cosas que menos hiciera fue hablar, a pedro era lo que menos le importaba ya que de ser necesario hablaba por los dos, por algún motivo los incidentes parecían seguir al pobre mexicano, como esa vez en la que debían presentar una escultura para artes plásticas y rodó escaleras abajo junto con ella de camino a buscar al profesor, por suerte el resultó ileso al no caer de una altura considerable pero fue lo suficiente para transformar lo realista a lo abstracto, Manuel lo escuchaba con atención y reía un poco, quizás pedro hubiera inventado detalles como el que le hizo un drama al profesor contando lo ocurrido o las volteretas de más que dio ya en el piso pero hacían la historia mucho más divertida, y Manuel reía mas. Así olvidaba la herida, y de paso le daba un par de anécdotas para recordar con alegría cuando salieran del colegio, algunas al menos.

Un último bostezo y cuelga la mochila sobre su hombre bajo la mirada esquiva de Manuel que a la espera se había cruzado de brazos y sosteniendo su peso sobre la mesa del costado, ambos dan un paso, casi chocan, ríen y salen de la sala.

--- ¿Por qué me despertaste? Al fin y al cabo me levantaría tarde o tempano ¿no vez que soñaba con que daba un concierto?

--- chuta, a la otra me dices, igual dudo que venga la tía Alicia a darte calugas y mandarte pa la casa

--- se vale soñar, se vale soñar

Manuel se encoge de hombros y voltea la vista al frente, dándole la razón de alguna forma. Hoy no volverían a casa tan temprano como de costumbre, tenían el permiso para salir a dar una vuelta por ahí para distraerse, solo debía volver antes de que se oscureciera mucho, era hombrecito pero igual tenía que cuidarse. De todas maneras sus panoramas eran simples, jugaban a las maquinas en un negocio a un par de cuadras y compraban dulces con lo recaudado que nunca eran más de 5-6 frugelles a lo mucho, aun así quedaban conformes con su botín que ya había desaparecido antes de llegar a una plaza chica que apenas tenía dos columpios, pero si un grupo considerable de árboles que los protegían del sol de la tarde. Allí Manuel escribía en su cuaderno mientras pedro hablaba y cortaba hebras de pasto.

--- oye... ¿Qué escribes?

--- unos poemas todos locos te dije el otro día

--- pero si se habló de, el tema lírico, el objeto lírico, ya sabes lo que dice la profe de lenguaje

--- ah, yo no escribo tan estructurado pero... ¿de la soledad? Algo así, solo escribo

--- ¿se puede leer?

Manuel hizo una cara extraña, casi como si entregarle el cuaderno supusiera a entregarle su alma pero lo reconsidero pasándoselo con la condición de que no husmeara mas allá, pedro rueda para así poder levantarse y recibirlo como corresponde, ya en sus manos lee con atención pero algunos restos extraños en su rostro ponen a Manuel medio nervioso ¿Qué acaso era muy extraño? ¿Qué no le gusto como trataba el constante sentimiento de soledad que lo atormentaba? ¿Lo estaba juzgando? La espalda le suda frio y se revuelve algo incómodo. Finalmente termina de leer, da un respiro para decir.

--- eres muy... ¿lírico? No sé si se dice así pero es como leer a Gabriela mistral, no exactamente sus poemas, ese manuscrito que nos hicieron leer de la lengua española que no entendía nada

Manuel frunce el ceño confundido

--- a ver me explico --- casi excusándose--- es complicado de entender pero comprendo la idea fundamental, no sé, según yo mientras más complicado mejor es

--- piensas muy raro

--- ya déjame yo no leo tanto como tú, que tienes más vocabulario, tu explícame que significa soslayo

--- mirar algo de forma no directa

--- ¿lo ves? Te dejo las letras yo me quedo con la música

Le devolvió el cuaderno y vuelve a echarse sobre el suelo, las figuras literarias siempre le habían costado y solo con la ayuda de Manuel pudo dar vuelta la balanza, coloca ambos brazos detrás de su cabeza para darse soporte mientras el poema seguía dando vueltas por su cabeza, si lo había entendido, a excepción de un par de palabras pero lo había hecho, de alguna manera se había puesto a pensar en cómo se debía sentir Manuel al respecto.

--- deberías publicar algún día

La frase quedo dando vueltas en el aire, nunca fue escuchada, el cielo azul pronto se fue volviendo cada vez más blanco, pero un blanco sucio, ya no estaba en la plaza ni tenía 17 años, la sala de estar de su departamento estaba medio invadida por cajas y etiquetas, bolsos y demás, el pasto no era más que un pedazo de tela que cubría el sillón y él se encontraba justo en el centro. Totalmente solo.

Lo sabía, todo había sido producto de su mente algo cansada por ordenar todas sus pertenencias, da un suspiro volviéndose a sentar retornando poco a poco de sus memorias del pasado, pero...

Sin voltearse alcanza aquel viejo cuaderno abriéndolo en una página en particular, más que nada una estrofa.

Acá postrado veo mi realidad
De soslayo la intento observar
No hay nada a quien hablar
No hay nadie a quien llorar

Allí, más que nunca pudo comprender como se sintió Manuel todos esos años.

Ya era hora de dejarlo descansar.

» su humilde servidora a vueltooo ^^
Solo nos quedan dos capítulos más
Espero sus lágrimas ^^

The angst challenge 『  MexChi 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora