» Trauma físico
Era 21 de junio, tenía cuanto ¿siete, ocho años? No recordaba, solo recordaba la fecha y el crepitar de unas pequeñas llamas en su patio trasero, era de noche y lo único que los iluminaba era ese fuego alimentado poco a poco gracias a su madre, sentada algo incomoda sobre una caja de madera vieja que a veces le servía a el mismo para sentarse a leer en el patio, siempre había sido así, durante estas fechas era la misma rutina, ella le decía que saliera y juntos uno al lado del otro se sentaban a ver el fuego, extendiendo sus manos para calentarse de vez en cuando.
--- ¿por los otros niños me dicen huacho mama?
Se había atrevido a preguntar esa vez, ella lo miro y por primera vez pudo ver tan de cerca sus ojos, ella no era alta, pero igual estaba lejos de su alcance, muy pocas veces la miraba de forma directa, más por respeto, la verdad es que se sentía muy pequeño ante ella, y ella, era joven, pero sobre su rostro cargaba con mas años de los que en realidad aparentaba, y contra todo pronóstico sus ojos mostraron tristeza.
— los niños pueden ser muy crueles José Manuel, también los adultos
Ahí supo, con su nombre completo, que sus palabras eran verdad.
— debes tener cuidado en quien confías, o si no, te lastimarán muchas veces
— sigo sin entender que significa huacho mamá...
— son los que no tienen padre
— ¿no sabes donde está?
El rostro de Rayen se contrae en una mueca de dolor, lo suficientemente disimulada para escapar de la mirada curiosa de su hijo, no le gustaba revivir esa historia, pero no podía evitarlo al ver a su pequeño, si al fin y al cabo parecía tener su cabello, el de Él. Por un momento dejo de estar presente, las casas y el pavimento se transformaron en Los Altos y frondosos árboles de su Araucania natal, muy alejados del estresado ritmo de la capital.
Volvía a tener 17 años y su largo cabello negro era invadido por las hojas de araucarias, y allí cuando volvía a casa junto a su madre fue cuando lo vio, sus ojos verdes no se acercaban al color de los árboles, sin embargo eran aún más brillantes.Al principio no sabía como se llamaba, solo que era más alto que ella, tenía el cabello medianamente largo y castaño y esos hipnotizantes ojos color esmeralda, se encontraban de vez en cuando pero nunca tuvieron la oportunidad de hablar, o porque él iba acompañado por una mujer que supuso seria su madre o ella por la suya así lo único que se dieron fueron un par de miradas furtivas y sonrisas disimuladas en la calle. Pero un dia cuando ella se había alejado un poco de sus tierras fue cuando lo vio, finalmente solo, pero ella no era el tipo de chica que saltaba al encuentro de los hombres como lo hacían otras, ella solo se mantuvo a la distancia con una leve sonrisa en el rostro, no porque el chico le gustara, si no porque era muy diferente a los demás, tanto a los chilenos como a los de su comunidad, no todos los días se ven esos ojos de color tan brillantes, incluso ahí, cuando sonreía parecían resaltar aun más. Fue cuando él se acercó, despacio, con su cabeza levemente inclinada y extendiendo una mano finalmente supo su nombre
Antonio
Era sólo dos años mayor que ella y venía de otro continente junto a su familia, pero cuando rayen supo que él era español la sonrisa se le borró del rostro, frunció el ceño y se alejó con cautela.
— ¿qué te ocurre?
— la historia que tiene tu sangre, no estoy segura de confiar en ti, la verdad creo que ni debería de hablarte
Inquieta como estaba dio un giro en misión de alejarse, Antonio la miro perplejo un momento hasta que tomo como señal de alerta su huida, dio un resoplido confuso y con rapidez le bloqueo el paso, también sus intentos de rodearlo.
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The angst challenge 『 MexChi 』
FanfictionPerdón 😔 And sorry not sorry » pedritou y Manolo no me pertenecen solo los quiero ver sufrir