» baja autoestima (odio a si mismo)
Ese día volvía a estar acostado sobre su cama con la ropa más formal que tenía en su armario, otro día y otra entrevista de trabajo fallida, había perdido la cuenta de cuantas llevaba ya, pero sabía que lo mejor era conseguir uno pronto o se comenzaría a sentir como un parasito, más de lo que ya era y se sentía. Seguiría probando suerte mañana.
En lo que seguía alimentando esos pensamientos de ser una escoria humana alguien toca la puerta, Pedro obviamente no podía ser por tener el su propia llave y no esperaban recibir visitas ese día, con un suspiro se levanta para abrirle al desconocido que resulto ser la argentina con una sonrisa en el rostro, nada más verla recordó lo vivido esa noche y una culpa horrible le recorrió las venas, aún así logra fingir su mejor sonrisa.— hola, todavía no llega de la pega pero adelante, estás en tu casa
Ella hizo más grande su sonrisa murmurando un saludo, seguido de un abrazo y un beso en la mejilla antes de pasar, si tan solo ella supiera lo que le había hecho no lo trataría de esta forma, retorna a su expresión seria antes de cerrar la puerta.
— ¿Como has estado manu?
— estoy bien, gracias
Ella lo miró directamente a los ojos, casi pudo sentir como veía a través de estos con la mirada de una madre consciente de que su hijo le estaba mintiendo, luego de unos segundos bastante incómodos en los que no dejaba de mirarlo le da la espalda para dejar su cartera sobre la mesa, ya libre le devuelve la mirada y cruza ambos brazos levantando una ceja.
— ¿De verdad estás bien?
— te lo dije... —se encoge de hombros quitándole importancia al tema — estoy bien
— mirá se que yo no te conozco tanto pero se ve que no estás bien
Niega con la cabeza apoyando su espalda en la puerta, sabía a dónde quería llegar pero no estaba tan dispuesto a soltarse con ella, seguía resentido consigo mismo y no se sentía digno de su confianza. Pareció notar su negativa con una sonrisa triste, Pedro le había comentado su preocupación respecto a el, lo sentía muy apagado este último tiempo y esa insistencia casi enfermiza de buscar un trabajo lo habían llevado a pensar que quizás el había hecho algo mal, quería intentar arreglar las cosas pero ese Manuel que le había ilustrado su vida con cierta melancolía parecía haberse marchado de forma indefinida, el nuevo se veía tan distante que le costaba reconocerlo, pensó en confrontarlo directamente pero conociendo su naturaleza media bruta quizás lo arruinara más, fue entonces que Martina se ofreció para averiguar que ocurría.
— no vine por Pedro... — dijo finalmente— vine por vos
Esa declaración lo toma por sorpresa y como se dice en buen chileno comienza a pasarse puros rollos al instante, quizás le quería recriminar la frialdad con la que la trataba, quizás al más puro estilo de las telenovelas (las malas) le confesaría que siempre estuvo interesada en el, por ultimo el peor de todos los escenarios, que ella se hubiera enterado de alguna forma que se había acostado con su pareja. Sin embargo, en sus ojos no había rencor, ni maldad, mucho menos odio, solo una mirada compresiva que podía igualarse a la de una madre, ya algo más calmado por la seguridad que le transmitían sus ojos verdes se acerca un poco.
— ¿yo?
— nos preocupás Manu — avanza dos pasos en su dirección, con el cuidado de no parecer demasiado invasiva — no sos el mismo, es obvio que algo te ocurrió, podés contar conmigo es malo guardarse las cosas
Poco a poco la argentina se va acercando más y más hasta el adulto joven que solo miraba al suelo aparentando estar bien, Manuel dio los últimos dos pasos que faltaban para sentir como lo escondía en su abrazo, tenía ambas manos colgando de sus hombros y la cabeza reposando en el hombro contrario, allí sintiéndose protegido supo que ella era la reina en cualquier situación, podría demostrar sin ningún problema su faceta inicial, alguien algo egocéntrica que sabía perfectamente lo bella que era, pero también dejar eso a un costado para demostrar lo preocupada que era con los demás cuando el caso lo ameritaba.
Se mantuvieron un buen rato así, ella acariciando sus cabellos castaños con delicadeza y el resistiendo sus ganas de llorar y soltar todo de un golpe, todo se sentía muy contradictorio a estas alturas, por un lado se encontraba más calmado mas por el otro se sentía fatal por sus acciones, la argentina se estaba mostrando tan comprensiva y el solo conseguía recordar su traición.— me siento fatal — finalmente soltó — por la mierda...
— tranquilo
— ¿podrías perdonarme, por favor?
— no hay nada que perdonar, vos solo cal...
Justo en ese momento comenzó a separarse con cuidado, sus ojos cristalizados la miraron como juzgando sus palabras y cuando Manuel susurro no entendió lo que dijo, por esto cuando se libera de sus brazos para ir a refugiarse a la soledad de su cuarto la toma con la guardia baja, intentó seguirlo pero le cerraron las puertas, adentro ignorando la voz entre preocupada y nerviosa de la argentina aquel de ojos cristalizados abrazándose a si mismo se deja caer al suelo con su espalda afirmándose en la puerta, aún así dentro del aparente silencio de su habitación no lloró, secó con brusquedad aquel intento de lagrimas esperando que ella lo odiara por tan repentino acto, quizás así volvería a tener paz mental, debía odiarlo era lo normal ¿por que no lo odiaba? Obvio, ella no sabía lo que había ocurrido haciéndolo debatirse la idea de contarle la verdad o mejor callar, si hablaba toda esa buena voluntad se esfumaría dejando paso al resentimiento que le deberían transmitir al hablar, y como siempre, se maldijo a si mismo y a sus impulsos, maldijo al alcohol que había bebido, maldijo a sus actos una vez más. No era nada más que un ser despreciables que aún así tenía el coraje para pretender que nada había pasado, su cuerpo se contrajo cada vez más sobre si mismo y tuvo la leve fantasía de desaparecer.
Sus oídos no escucharon nada más que el ruido que hacían sus propios pensamientos
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The angst challenge 『 MexChi 』
FanfictionPerdón 😔 And sorry not sorry » pedritou y Manolo no me pertenecen solo los quiero ver sufrir