Cap:31

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Los días habían pasado extremadamente rápido y ya pronto Ignacia y Dominic estaban sentadas en el Audi volviendo del sur donde estuvieron con Ivo y Santos, apenas había llegado el lunes fueron en seguida donde los chicos para entregarles la decepcionante -aunque no para ellas- noticia de que la foto no había servido y que el supuesto hijo del mafioso no estaba registrado, porque eso era obvio, el registro era falso y ellas estuvieron todo el domingo buscando en los documentos de la Brigada para ver si encontraban algo, ni siquiera pudieron ir donde la abuelita Marta, y el día de investigación no las había llevado a nada.

A los chicos claro les sintió fatal esa noticia, ya que según sus propias palabras: " Esa información nos costó casi ser descubiertos".

Por supuesto intentaron subirle el ánimo pero sólo lograron que ellos las ignoraran, igual no es que les importara tanto pero vieron el esfuerzo de los chicos, de eso ya habían pasado cinco días y ahora se dirigían hacia la Brigada para entregar el informe que obligatoriamente tenían que hacer, como fue una semana más o menos ajetreada no pudieron avanzar en el caso y eso las exasperaba un poco por no decir mucho, pero cuando en la semana Ignacia estuvo con el Jefe el le había dicho que se mantuvieron tranquilas, ya saben lo de siempre.

—Deben tener cuidado y ser discretas. —Como siempre estaban en la cabaña y con poca luminosidad, el Jefe estaba en su escritorio vestido con una blusa blanca y una chaqueta de cuero negra, una muy buena combinación si le preguntaban a Ignacia—. No podemos arriesgarnos, no después de que la Elecma nos amenazó, así que lo estuve pensando y voy a enviar a Mariana y Brayatan para que no estén tan expuestas.

Los primeros botones estaban abiertos y mostraban ligeramente su cuello bronceado y mientras más hablaba menos ella escuchaba pero cuando se dio cuenta que se había quedado mirando fijamente se golpeó mentalmente y se concentró para escuchar.

—... No pasó mucho y Danilo los mató. —Al parecer estaba contándole cómo les había ido en la misión e Ignacia ya se había perdido más de la mitad de la historia. Por lo que sólo asintió cuando el Jefe la miró fijamente—. Y veo que tú no estás escuchando. —Suspiró—. No sé porque no me sorprende. —Dejó pasar un momento para meditar qué decir—. Pero eso era lo más destacable, así que... ¿Te parece? —Y eso lo hizo a propósito sabiendo que no había escuchado.

—Me parece perfecto. —Contestó moviendo su cabeza de arriba a abajo.

Unos segundos del Jefe mirándola con escepticismo y entendió que quizás había aceptado algo que no debía.

—Entonces está decidido. —Y esas palabras dejaron en Ignacia una incertidumbre y deseó haber prestado atención.

—Si me permite preguntar. —Dijo con precaución—. ¿Qué es lo que está decidido?

El Jefe la juzgó con su mirada más no dijo nada de eso al respecto y solo la mando a irse con Dominic.

Han pasado unos cinco días después de eso y aún no sabe a lo sé estaba refiriendo cuando le dijo eso, pero Ignacia no se preocupaba, bueno no tanto, pero sí que estaba ansiosa ya que según ella el Jefe no la mandaría a nada peligroso.

—¡Te estoy hablando! —Eso la sacó de sus pensamientos y miró a su lado a Dominic conduciendo.

—¿Me estabas hablando? —Preguntó temerosa de que su compañera la golpeara—. Perdón estaba pensando.

Estaban a unas pocas cuadras de la Brigada, era un día nublado e Ignacia creía que iba a llover.

—Te decía que yo le voy a entregar el informe a Sokolov y que tú mientras tanto me hagas un café.

La Mafia: Una Mentira Para Una TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora