Cap:21

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Estaban alrededor del escritorio del Jefe, acababan de llegar todos juntos y esperaban a que Dominic hiciera su entrada, la estancia estaba ocupada por Octavio al lado derecho del escritorio junto con Brayatan, al lado izquierdo Dimitri y Carlos estaban murmurando, Ignacia seguía sentada en frente del Jefe y atrás de este Vladimir estaba igual que siempre, serio, en cambio Danilo, él sólo se mantenía atrás de todos apoyado en la pared sin decir nada.

El sonido peculiar de pasos apresurados hizo que todos voltearan y a los pocos segundos apareció Dominic, el Jefe les dijo a todos que se callaran y que se acercaran al escritorio donde Dominic se sentó al lado de su compañera.

—¿Tienes todo? —Le preguntó el Jefe.

—Si, realmente no lo entiendo. —Opinó mostrando la fotografía de la nota impresa y el pendrive con toda la información—. Es extraño.

—Para los que no estén informados quiero que escuchen bien de ahora en adelante porque no voy a repetir la información. —Habló el Jefe mirando a todos los que se encontraban en la sala—. Bien, Dominic comienza.

—A eso de las cuatro o cinco de la mañana en la Brigada del norte se produjo un atraco por parte de una de las mafias más importantes que rigen en Rusia. —Todos escuchaban a la chica, procesando la información, estaban serios y un tanto curiosos por las siguientes palabras que fueran a salir de su boca—. Creemos, en realidad sabemos que fue la Elecma, ya que, como sabrán dejaron una nota, allí como es costumbre firmaron con el distintivo logo de su mafia, pero cabe la posibilidad que sea cualquier otra y quiera usar a la Elecma, pero dudamos que sea así porque estamos investigando un posible robo de documentos en los registros, y los únicos que podrían pasar desapercibidos y robar algo sin que los de la Brigada se den cuenta son ellos.

—¿Pero cómo que una nota? —Interrumpió Octavio acercándose al escritorio—. No solemos hacer eso. —Levantó la vista curioso.

—Sólo escucha, se vuelve más interesante. —Dijo Ignacia con un semblante oscuro.

—En la nota se inscribió un código y...

—¿Con la letra que usamos nosotros? —Inquirió Brayatan ladeando el rostro con una expresión confusa.

—Claramente. —Dominic parecía harta de que la interrumpieran.

—Entonces los de la Brigada no saben lo que dice. —Habló otra vez—. Así que porque hay que preocuparse. —Encogió sus hombros en un gesto despreocupado.

—Si te callaras podríamos decir todo. —Le reprocho Dominic, cuando él asintió continuó hablando—. En fin, la nota decía esto. —Enseñó la impresión a todos y cuando estuvo segura de que la habían visto lo dejó en frente del Jefe.

—Lo de ustedes es información que nadie además de nosotros debería saber. —Danilo seguía en su sitio—. ¿Entonces cómo se enteraron?

—No lo sabemos. —Contestó el Jefe con las manos entrelazadas—. Pero he estado pensando en algo, ustedes me dijeron que hace una semana cuando empezaron con el caso de las mafias una persona las estuvo siguiendo. —Le hablo a las chicas que asintieron—. Y para la reunión estaba esa persona en la sección de la Elecma... Podría ser que él las reconoció y crearon todo un plan para dar ventaja a la información que saben. —Razonó cada vez más serio—. El único punto en blanco es el motivo, no veo razón para que ellos hagan algo así, ya que como sabrán por años la Elecma a sido la menor de nuestras preocupaciones, y una mafia que ha sabido mantenerse a raya, por lo que no me viene a la mente porque querrán algo que no saben nisiquiera que es.

—Quizás jefe. —Opinó Octavio entrecerrando los ojos—. Ellos lo quieren por precisamente eso y no por una razón especial.

—No lo creo, ya que de las otras mafias esperábamos que se manifestaran e hicieran alguna jugada, porque suelen ser más activos, pero de la Elecma sinceramente yo esperaba que se mantuvieran más tranquilos. —Mientras lo decía se iba haciendo más adelante y se apoyaba en sus codos—. Que siguieran siendo igual que siempre y actuaran como lo de hace siete años, pero veo que me equivoqué.

—No lo entiendo, porque lo quieren si en la reunión no dimos información que fuera más allá de lo acordado, además que ellos sólo han estado en las sombras por todos estos años, recuerdo que uno insinuó que lo que había robado Ramón era un arma, y si sospechan algo así entonces para que la necesitan, no logró encajar las piezas. —Manifestó Carlos de brazos cruzados—. No confió en todo esto Jefe, simplemente es muy sospechoso.

—Lo sé, pero no hay que dejar que piensen que nos intimidan, esa amenaza no son más que palabras, en cuanto a ustedes dos, sigan igual que siempre, sus órdenes son las mismas, así que no se dejen llevar por el pánico y miedo, está bien. —Las miraba casi sin pestañear y cuando ellas le confirmaron volvió a su posición original—. Eso es lo más destacable de todo lo que ocurrió, lo que hay en el pendrive es el logaritmo usado para descifrar el código de la nota y las grabaciones de seguridad de la Brigada, ¿no es así?

—Es correcto Jefe. —Respondió Dominic.

—Por ahora lo que quiero es que manden a personas a la frontera, a todas. —Destacó las últimas palabras—. Díganles a sus escuadrones que deben estar mil veces más alertas y si hay algún movimiento quiero que disparen a matar, si hay actividad por parte de alguna otra mafia quiero que me lo digan enseguida, y cualquier novedad, hasta si se mueve una roca quiero saberlo, nada de ahora en adelante va a pasar desapercibido me oyeron.

—¡Sí, Jefe! —Respondieron al unísono y se fueron retirando.

Todos se fueron del lugar y en la sala sólo quedó él junto con Vladimir, estaban un poco tensos y el ambiente era pesado.

—No estará pensando en llamarlos ¿cierto? —Le cuestionó Vladimir sentándose en frente de él.

—Tengo que hacerlo, nadie debería saber lo de Ignacia y Dominic, nadie aparte de nosotros. —Aclaró—. Ahora ellas están expuestas y su papel en todo esto está más vulnerable que nunca, de ahora en adelante es código rojo, lo que significa que debo tener a todos de mi lado y con todos también va para los infiltrados en otras mafias.

—Pero quizás ellos no sigan estando de nuestro lado Jefe, hace años que no nos contactamos y si...

—No lo creó, si son infiltrados es porque ellos son de mi confianza, y no confiaría en cualquiera tu lo sabes bien, así que. ¿Por qué piensas así Vladimir? —El Jefe lo miro directamente con sus ojos negros—. No necesito a todos sólo a uno, él es alguien por quien estoy dispuesto a arriesgarlo todo, no te preocupes, además aún no te he dicho a quien llamaré.

—¿Quién va a ser? —Preguntó Vladimir sin esconder su curiosidad—. Supongo que alguien de la Elecma.

—Te equivocas. —Lo corrigió—. Es de otra mafia y tú lo conoces bien, muy bien.

O eso era antes, pensó.

Cuando el Jefe quedó solo en la cabaña decidió lo que tenía que hacer, paso por paso, se paró de la cómoda silla de cuero y camino de largo en el gran pasillo, pero está vez sí prendió las luces, siguió hasta la última puerta y cerró con una sutil sensación de seguridad y confort, él no temía que algo malo fuese a pasar, ya que todo lo que estaba ocurriendo estaba predispuesto hace mucho tiempo, por eso al llegar a la habitación en que todas las fotos estaban colgadas en la pared y los papeles cubrían el suelo, tránsito de largo hasta una cajonera y sacó un teléfono celular antiguo y un tanto desgastado, presionó el primer contacto y espero.

—Jefe. —Contestaron del otro lado pasados unos minutos—. Estaba empezando a creer que ya no me necesitaba.

Él bufó mirando a su alrededor.

—Por algo te envíe a la Mawe, por qué más si no es por necesidad.

—Es verdad, perdón. —La voz era gruesa y hablaba tranquilamente—. Solo que han sido casi...

—Siete años. —Terminó la oración—. Lo sé, ha sido un largo tiempo Jefferson.


La Mafia: Una Mentira Para Una TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora