Cap:18 Domingo parte 2

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Hubo unos segundos de silencio antes que todos empezarán a celebrar y dar felicitaciones a la muchacha, ya que no todo los días pasaba algo así.

—Oye tú. —Llamó Danilo después de que la emoción inicial se disipara—. Ponle mi nombre al bebé. —Intentaba convencerla—. Mi nombre es hermoso.

—Cállate, no le hagas casó, ese nombre es horrible, mejor que sea Guadalupe. —Razonaba Carlos cruzándose de brazos.

El Jefe que se mantenía ajeno levantó la vista al escuchar eso y curioso preguntó.

—¿Por qué Guadalupe?

—Es que si le ponemos ese nombre, le enseñamos a robar desde pequeña y como se va a llamar así nadie va a sospechar. ¿Quién sospecharía de una Guadalupe? —Se encogió de hombros.

Muchos asentían a la lógica de Carlos, era brillante.

—Si, tienes razón. —Dijo César procesando la información.

—Para que veas que soy inteligente, mejor que el universitario que ni sabe cerrar la boca. —Apuntó a Maicol que en efecto tenía la boca abierta y los ojos tres veces más grande que de costumbre.

—Está en shock. —Dijo Mariana a un lado de Romina que miraba a su novio con nerviosismo.

—No reacciona. —César se paró a un lado de su amigo—. Carlos, ven a pegarle, haber si reacciona.

Carlos obediente levantó la mano y agarrando impulso le dio un buen golpe en la cabeza que hizo que Maicol parpadeara y empezará a festejar junto a los demás.

—¿Y la comida? —Pregunta alguien haciendo que todos paren y miren hacia atrás.

—Sabes Nacha, acabas de arruinar el ambiente...

Todos se sentaron, reprochando a Ignacia por haber dicho eso y se dispusieron a comer.

—Todo por tú culpa. —Le susurraba el Jefe cortándole la carne.

—Perdón. —Ella le dio una sonrisa traviesa haciendo que el Jefe rodó los ojos.

En la mesa todos hablaban de trivialidades mientras pasaban un buen rato hasta que Danilo se percató que Dominic estaba haciendo caras raras y preguntó.

—¿Te pasa algo? —Todas las miradas fueron a la chica que buscaba algo para tomar.

—No, nada solo me atore. —Decía insegura—. ¿Nadie fue a comprar bebida?

—¿Pero por qué esa cara? —Le dijo Vladimir con malicia—. Acaso no te gusta la comida... La abuelita Marta le puso mucho empeño.

—No, yo no dije eso. —Hablo rápido—. ¡Dónde está la bebida!

—No hay, somos pobres, si quieres hay agua. —Vladimir a sus adentros victoreaba que su plan había funcionado—. ¿Por qué? ¿Tiene algo la ensalada?

En ese momento Dominic entendió que había sido él y furiosa le tiró la lechuga.

Todos se rieron a excepción del Jefe que miraba a Vladimir pensando que en cualquier momento iba a sacar su arma y empezar a disparar.

—En tú cara. —Dominic estaba casi llorando de la risa.

Él en venganza le tiró un montón de cebolla, disfrutando verla enfadada.

Entre eso la abuelita Marta se para de su silla y todos miran atentos sus movimientos.

—Y a mi que me costó tanto... bueno. —Dice agarra un poco de puré y lo tira a la persona que estaba enfrente de ella, quien era Brayatan y es cuando comienzan todos a tirarse la comida mientras que Vladimir protege al Jefe y él sigue comiendo como si nada.

La Mafia: Una Mentira Para Una TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora