Cap:16

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—Fue una pésima idea.

Decía Cesar, tenía una piel bronceada y el cabello negro corto cejas pobladas y una mueca permanente en su boca, traía una chaqueta al estilo militar y jeans rasgados en las rodillas, se encontraban junto a todos en la mesa esperando por la comida.

—No entiendo aún porque debía hacer una reunión si podría hacerlo todo más discreto y buscar a Ramón de forma menos llamativa, es obvio que todas las otras mafias también van a estar ahora mucho más atentos, y hasta diría yo que también lo buscarán...

—El punto es precisamente ese. —Carlos iba a su puesto, decidió contestarle y de paso pegarle en la cabeza—. No cuestiones las decisiones del jefe.

—Pero tengo razón. —Se enderezó con una mano sobándose en el golpe—. Cada vez tienes la mano más pesada, algún día me las cobraré todas y seré yo quien ría.

—Has estado diciendo eso los últimos diez años. —Río Carlos sentándose a un lado de Dimitri, que solo negaba con diversión.

Estaban nuevamente en el restaurante, casualmente había veces en la que se juntaban todos a simplemente comer, sin una reunión de por medio, o alguna otra excusa, en esos momentos solo eran personas normales, aunque no quitaba el hecho de que seguían en guardia.

—Es una estrategia, si lo piensas bien es la mejor opción que tenía el Jefe en esos momentos. —Era Dominic que tenía un plato con ensalada en sus manos—. Primero crear curiosidad. —Miró a Ignacia y le hizo una seña con la cabeza y ella levantó su dedo índice—. Segundo, el sentimiento de intriga y misterio. —Levantó otro dedo—. Y el hecho de que terminará tan abruptamente la reunión da a entender que la situación es grave por lo que ellos se lo tomarán más en serio. —Un último dedo y César se preguntaba cuál era la necesidad de eso sí pudo dejar fácilmente el plato en la mesa y hacer lo de los dedos ella sola—. Por lo que ellos mismos harán todo el trabajo y nosotros no tendremos que hacer mucho. —Dio por terminada la explicación sentándose y cuando el Jefe junto a Vladimir se sentaron, comenzaron todos a comer.

—Pero eso no quita el hecho de que tendrán todos diferentes misiones para intentar descubrir a Ramón. —Dijo Vladimir mirando a Dominic justo después de empezar.

—Pero lo que decía era que ellos tendrán el trabajo pesado.

—No, eso sólo nos lo facilitará un poco, no es como si lo tuviéramos acorralado. —La miraba atentamente al hablar y entrecerró sus ojos retándola silenciosamente.

—Pero quizás se sienta así ahora que tal vez sepa que todas las mafias lo van a estar persiguiendo, y va a ser más fácil atraparlo. —Dominic no se dejaba intimidar y ni siquiera pestañeaba.

—No, es fácil pensar que él sabía que algo así iba a pasar por lo que debe estar preparado, así que, no Dominic. —Dijo lo último recargando cada letra.

—Pero...

—No dije.

—Sólo lo dices porque no quieres perder, porque sabes que tengo razón.

—Hey Josh. —Llamó a cierto camarero que pasaba por el lugar—. Una palabra más y... —Apuntó al chico y Dominic se rindió bajando la mirada y se dispuso a comer.

—¿Desea algo señor? —Preguntó Josh con el mismo uniforme de siempre y su misma sonrisa.

—No era nada. —Movió su mano de forma desinteresada y miró burlonamente a la chica.

—Algún día descubriré tu debilidad. —Murmuraba Dominic apretando el tenedor.

—Buena suerte. —Dijo Octavio y elevó su copa.

—¿Por qué siempre bebes bebida en una copa? —Le preguntó el Jefe, mirándolo con el ceño fruncido, ignorando a los otros dos.

—Se llama tener clase Jefe, no necesariamente hay que servirse algún licor o algo extremadamente caro. —Decía mientras movía su mano haciendo que la bebida también se moviera—. Sigue siendo un utensilio hecho con la necesidad de verter algún líquido en él.

—Claro, el intelectual habla, silencio a las sabias palabras de Octavio. —Se burló Luciano, mientras levantaba las manos en un ademán exagerado.

—Carlos por favor pégale en la cabeza. —Dijo César risueño—. Creó que también lo necesita.

La mayoría río a excepción de los dos de siempre, todos se pusieron a comer y hablar tonterías como si no fueran mafiosos, como si no se hubiesen enterado de un traidor, como si no tuviesen algo que recuperar, como si fueran personas normales.




[. . .]




—Hay que empezar con lo que tenemos. —Dijo Mateo en frente de todos—. Lo primero que hicimos fue ocupar todas las conexiones y registros que estaban a nuestra disposición. —Busco unos papeles y los paso a todos los que se encontraban en el lugar—. Como era de esperarse no hay nada de ese hombre, por lo que lo más inteligente en su momento fue buscar su domicilio, el lugar donde se ha hospedado todos estos años era un buen comienzo, pero como ya saben de la mafia del Jefe no hay registros de nadie.

Mateo era el líder de la Wim, era pálido y ojeroso, con cabello ondulado y brillante, un rostro redondo y una mirada cansada.

—Se nos dificulta más está tarea, pero obtuvimos algo importante aunque no era lo que esperábamos, para nosotros que tenemos menos poder fácilmente se podría encontrar lo que sea con sólo dar nuestro nombre, pero con él, no obtuvimos mucho y buscamos otras alternativas y hasta ahora no tenemos mucho, las investigaciones no nos llevaban a nada. —Miró a todos seriamente y puso ambas manos en el escritorio—. Solo tenemos ese pequeño dato...

—¿Cuál es? —Se apresuró a preguntar Belén que se encontraba a un lado de Mijaíl.

—Tranquila. —Le dijo él al verla tan ansiosa.

Mateo los miro con una ceja arriba un momento antes de hablar.

—No sabemos exactamente su ubicación ahora mismo, pero sabemos que el hombre al que todos llaman Ramón se encontraba hace aproximadamente cuatro días a las afueras de la única escuela de todo el país que está fuera de todos los límites que se establecieron hace siete años.

Casi todos sabían de qué escuela estaba hablando, y cómo no, si eso era algo que todas las mafias compartían.

—Si tomamos los hechos y los ordenamos podemos decir que, en primer punto, de algún modo se enteró de lo que el Jefe estaba haciendo y citando sus palabras, él dijo que sólo cuatro personas contándolo a él sabían acerca de eso, segundo punto, Ramón encontró la manera de escabullirse, robarlo y escapar. Tercer punto, huyó y no dejó rastro, o eso creen ellos, pero lo que nos interesa de todo eso es que él, sabiendo, o por lo menos sospechando, fue hasta ese establecimiento a hacer quién sabe aún con el riesgo de ser visto o ser atrapado por alguna de las mafias, lo que me resulta muy sospechoso. —Frunció el ceño mientras ponía una de sus manos en su barbilla en pose pensativa—. No se me ocurre el porque habrá ido a hasta allá cuando había tanto en juego.

—Tal vez fue allí para ver a alguien. —Dijo Pato mirando una de las hojas—. ¿Cómo saben eso? ¿De donde sacaron está información? —Preguntó mirando a Mateo inquisitivo.

—Tengo mis contactos. —Fue lo único que le contestó—. Y aunque sea una zona muerta eso no quiere decir que no esté vigilada sólo es una parte segura del país en el que no hay nadie que rige en ese momento, o se dejó para ser solo eso, un punto muerto y seguro. —Mateo suspiró y pasó sus manos por su cara—. Miren, sé que va a ser algo difícil pero hay que investigar porqué y para qué fue ese día hasta ese lugar.... Porqué... Solo necesito eso y para esta tarea lo hará...

—Yo puedo hacerlo. —Se ofreció Karen con rapidez—. Confía en mí.

—Confió en ti. —Dijo con una mueca parecida a una sonrisa y asintió—. Te lo encargó, te daré las instrucciones después.

—Bien. —Fue lo último que dijo Karen para después mirar a Belén y ambas asentir sin decir absolutamente nada.

La Mafia: Una Mentira Para Una TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora