Cap:13 Reunión

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—Todos saben porqué están aquí. —Anunció con voz omnipotente mirando a su alrededor—. Quizás todos ustedes tengan una concisa idea de porque los llamé, y quiero aclararles las dudas. —Silencio, sólo eso, y una bruma de tensión todos, escuchaban atentamente algo que ya sabían, y que algunos sólo querían confirmar—. Si, me han traicionado.

No hubieron caras sorprendidas o de confusión, esa parte sólo fue la gran confirmación que todas las mafias habían esperado, el Jefe lo sabía, tampoco era como que le importará mucho, de hecho era beneficioso, era sólo una pequeña introducción para lo que se vendría después, mirando a su alrededor se dijo a sí mismo que era la hora.

—Si no me equivoco todos aquí presentes ya sabían eso, pero lo que realmente quiero que sepan, y por una de las razones por la que convoque a esta reunión, fue para darles una simple advertencia...

—Una amenaza querrás decir. —Anunció una voz entre la multitud, provenía de la Mawe, era Vidal, erguido seriamente, y cruzado de brazos habló fuerte y claro, sin miedo.

El Jefe no se inmutó y observó a Vidal fijamente unos cuantos segundos, mientras todos en la sala quedaron estupefactos, al ver como uno de los presentes lo interrumpió.

—Si queremos ser directos, si, tienes razón. —Lo miró con altanería una última vez para después fijar su vista en todos los demás—. Una persona de mi mafia me traicionó. —Su voz sonó más fuerte, retumbando en la sala, mientras Vladimir se dirigió al centro del lugar entre las mesas para mostrar una fotografía—. Quiero decirles que si me llegó a enterar que alguno de los presentes tiene algo que ver con él. —Un deje de desprecio se filtró en su declaración—. Se romperán las fronteras y no me haré responsable. —Sonaba tan frío e impotente mientras su rostro era inexpresivo—. Si lo mantienen ocultó, si encuentro un solo rastro de él en alguna de sus mafias. si me mienten. Morirán. —Sentenció con una mirada oscura.

Belén estaba inmóvil en su sitio, mirando la fotografía, la persona en la imagen era él, era Ramón, debió haberlo esperado, pero no quería creer que fuera verdad, Karen disimuladamente divisó a Belén temblando y entendió enseguida, por lo que sólo suspiró y esperó.

Quizás lo peor.

Segundos después de dada la orden e iniciar oficialmente la reunión todos estaban tensos en sus asientos, nadie rompía el silencio, sólo el sonido de las respiraciones era lo que se escuchaba, lentamente Vladimir volvió a su lugar mientras las mafias no estaban sorprendidas, era el Jefe después de todo, él era la persona de más alto rango y peor reputación entre todos allí, al entrar por la puerta de la mansión sabían que saldrían de allí mínimo con una amenaza de muerte, pero no se iban a quedar callados.

—¿Por qué quiere que no lo retengamos? Sería muy satisfactorio tener a alguien de la gran mafia de el Jefe en nuestro poder. —Habló una chica de la Elecma de forma insolente, recalcando el gran sarcasmo en cada palabra.

—¡Carolina! —Exclamó Ernesto dándose vuelta y mirando a la chica, detrás de él, era de estatura promedio su cabello era ligeramente corto y caía hasta sus hombros, totalmente liso, su piel morena y orbes oscuros estaban fijos en el Jefe—. ¡Haz silencio, no tienes permitido hablar!

—Yo pienso que ella tiene razón. —Valentino tenía su usual ceño fruncido, pero miraba a la chica al hablar con una extraña tranquilidad.

—En cierto modo, es verdad, si tenemos al traidor en nuestro poder podríamos hacer que nos dé información de usted. —Intervino Valentina, con ambas manos entrelazadas en frente de ella y sentada con la espalda recta, una sutil sonrisa no desapareciendo de su rostro.

La Mafia: Una Mentira Para Una TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora