Cap:37

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—Eso es todo. —Dijo Ignacia en frente de Dominic, le estaba contando lo que le habían dicho las chicas forenses—. Es más que obvio que fue la misma persona y con Megan y Giselle pensamos lo mismo, ya que el tipo de bala coincide en ambos casos y no solo en los que ocurrieron el fin de semana sino que en todos los robos que han habido en tiendas.

Fue al día siguiente, martes, ya que no vio a Dominic en el resto del lunes y no le quería preguntar a donde estuvo por lo que solo le decía cosas con respecto al caso.

—Pero lo único malo, creo yo. —Continuó dejando en el escritorio todas las notas y las fotografías—. Es que piensan que fue alguna de las mafias. —Su rostro se tornó en una expresión de descontento—. Sacando conclusiones, es por eso que Sokolov nos envió a ayudar a criminalística para que ellas nos enviaran a forense. —Miró con intensidad a su compañera, mordiendo sus labios, un mal hábito que tenía cuando pensaba arduamente en algo.

—Si es por eso, entonces él nos lo hubiera dicho desde un principio. —Dominic estaba concentrada y miraba la evidencia en su sitio pero no prestaba atención al peso de las palabras dichas por Ignacia—. El Jefe Sokolov quizás sólo quería que en verdad ayudáramos a Dara y Jessica. —Dijo casi sin interés, algo que Ignacia supo identificar.

—Y Daniela. —Corrigió al ver que no la mencionaba.

—Si Daniela... —Comentó un tanto distraída, procurando cambiar el tema rápidamente—. Pero eso de las mafias, es muy obvio que lo iban a pensar, siempre es así.

—Pero mira las ubicaciones. —Ignacia con su índice apuntó una de las hojas, comenzaba a desesperarse—. Casi todas o la mayoría están aquí en el centro, pero en el límite de las fronteras. —Lo dijo como si todo fuera totalmente obvio—. ¿Qué acaso no lo ves? —Preguntó extrañada.

Dominic en cambio tenía sus propios asuntos y sinceramente estaba con la cabeza en otro lado.

—¿Qué cosa? —Si, estaba confundida.

—Que yo sepa el Jefe no nos ha mandado a robar algo y si lo hubiera hecho nos habría avisado para saberlo de antemano, ya que, trabajamos en la policía. —Observó a su compañera que le devolvió la mirada aún más confundida—. Y ¿relojería o joyería? No es algo que hagamos. —Eran las diez en punto y las mañanas en la Brigada solían ser un poco ajetreadas, pero estaban solo ellas. Y suspirando Ignacia soltó lo que había estado pensando todo el día—. Nadie en las calles robaría tantas tiendas y no sería atrapado. —Indicó al fin—. Además de que desactivaron las cámaras o sacaron las memorias y ¡pero qué coincidencia que es cerca de la frontera! —Destacó esas palabras haciendo ademanes con las manos—. Esto lo hizo alguien que quiere que a nosotros nos encuentren culpables. —Terminó con una mirada afilada y amargura reflejada en su rostro.

Solo hasta ese momento Dominic cayó en cuenta de todo.

—Fue Ramón.




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León fue en su tiempo de los mejores en su campo, recuerda que cuando estaba en la Academia siempre le llegaban las felicitaciones y los vistos buenos, era el mejor y cuando empezaron con las clases de electrónica y espionaje no pudo resistirse, por lo que, comenzó a especializarse en eso y como siempre, fue el mejor, él lo creía así, que siempre iba a ser el mejor y nadie podía ganarle, o eso creyó en esos tiempos.

La Mafia: Una Mentira Para Una TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora