D O C E

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Skone

Finalmente, estábamos sentados esperando a que nuestro avión saliera. Elisa estaba sentada junto a mi, y hablando con Blon.

— Los veré pronto, quizás tome mis vacaciones en un mes o algo así y quiero ir a España —sonreí— hagamos changuitos —cruzó sus dedos y cerró sus ojos.
— Aún no entiendo eso de los changuitos, ¿Qué significa? —Blon la miró confundido. Elisa sonrió
— Changuitos de la suerte, ¿No hacen eso en España? —negó— Wow... Bueno, cuando quieres tener suerte o desearle suerte a alguien haces changuitos —cruzó sus dedos, sonreí. Me daba ternura verla explicar un poco de su cultura.
— Oh, genial —Blon parecía emocionado de haber aprendido algo nuevo. Eude nos miró
— Nos llamarán en cualquier segundo, será mejor irnos despidiendo —se puso de pie, Elisa también y lo abrazó.

No sé que se dijeron, pero parecían reír.

Se separaron, Ginés se acercó a ella y la abrazó más fuerte. Ella suspiró, le dijo algo al oido y lo miró a la cara sin dejar de sonreír.

— nos veremos pronto Ginés —murmuró un poco más fuerte, suspiré, debía calmar los celos.

Finalmente abrazó a Force, Chuty y Nerea. Luego vino hasta nosotros a darle un abrazo a Blon, parecía que se habían entendido muy bien.

— Ten por seguro que si voy a España llegaré a Barcelona. No puedo irme de España sin ver de nuevo al hombre más guapo de las batallas —le abrazó otra vez y luego le soltó.

Se acercó a mí y me dió un beso en la mejilla, un abrazo y sin decir nada se separó.

— hasta luego —hizo una mueca— espero verte pronto —se dió la vuelta y caminó a la salida. Blon puso su mano en mi hombro.

—¿Estás bien? —asentí con una sonrisa
— Sí, es justo lo que esperaba —Blon me miró raro— la primera vez que abrí su perfil, la ví y pensé... "Mira, ahí está la chica que quiero que me rompa el corazón" —suspiré— y no me equivocaba Pablo. Es tan antipática como yo, tan poco demostrativa como yo. Pero sé que me quiere. —Blon suspiró.
— si tú lo dices —alzó los hombros y volvió con los chicos, yo me quedé viéndola salir. Sin perderla de vista hasta que subió a su auto y se fue.

Sin duda era una chica especial.



Elisa

Por alguna razón, no me sentía triste de verlos irse. Sabía que volvería a verlos pronto.

Llamé a mi amigo Hugo, que siempre estaba con Sara y que seguramente, me podría dar una buena recomendación de viajes.

Hugo era un amigo mío de tiempo atrás, nos habíamos conocido en preparatoria cuando yo tenía 15 años. Desde que tenía memoria Hugo y Sara se habían gustado. Eran una pareja preciosa.

Hugo viajaba mucho, era 2 años mayor que nosotras y siempre nos contaba de los lugares que conocía al rededor del mundo.

Asi que lo llamé, esperé un poco a que respondiera.

— Eli... Cariño, ¿Qué tal? —sonaba agitado, abrí mis ojos. Esperaba no haber interrumpido el sexo de mi amiga
— Amm... ¿Estás ocupado? Podemos hablar luego —me apresuré
— de hecho sí, te llamo cuando me desocupe, bye —y colgó. Sonreí

Como no tenía más a dónde ir, y no quería ir a mi apartamento ahora, conduje al trabajo. Mi oficina no sería un mal lugar para seguir trabajando.

Me detuve al llegar, estacioné en el lugar más cerca a la entrada y bajé del coche.

Mi atuendo no parecía de un empresario, pero a mí nunca me habían dado un código de vestimenta. A ellos les daba igual como vistiera en la oficina siempre y cuando usará ropa formal en las galas de un nuevo libro.

Me puse la chaqueta de cuero que llevaba porque me había empezado a dar un poco de frío. Llevaba un short tiro alto color negro con una camiseta ganada color blanco, Vans blancos y era todo.

El día de hoy era mi descanso, los domingos poca gente trabajaba.

Caminé directo a mi oficina saludando con la mano a las pocas personas que estaban ahí. Era temprano, como las 10 de la mañana, y la mayoría de gente aquí parecía no haber dormido mucho.

Pasé por la oficina de mi amiga Sara, ella estaba dentro. Abrí mis ojos a tope sin creerlo.

O Hugo estaba dentro y ellos dos estaban teniendo sexo en la oficina, o Hugo estaba con alguien más y ella no lo sabía.

Entré a su oficina, me miró extrañada y sonrió

— ¿Tienes tanto trabajo como yo? —preguntó— llevo aquí desde anoche, en verdad siento que no voy a acabar nunca. Con la nueva chica esta que va a publicar su libro no paran de hacer pedidos previos, de llamar, no paran de enviarme las portadas y otras cosas para que apruebe. Estoy agotada. —no sabía que decir, no dejaba de pensar en que Hugo le estaba viendo la cara y yo lo sabía. No está a segura, por eso no podía decirle nada, pero era algo poco erróneo.
— Eh... —balbuceé— Sí, mucho trabajo. Debo irme —sonreí y salí de su oficina sin más. Excelente, una cosa más en que pensar.



Había terminado mi trabajo, aunque no estaba segura de que estuviera bien porque no dejaba de pensar en lo que estaba pasando.

Tomé el teléfono y lo llamé de nuevo.

— Eli, ahora sí. ¿Qué pasa? —sonaba feliz, me dió rabia.
— ¿Podemos vernos? Tengo un par de cosas que contarte —trate de sonar amable
— claro, quieres que vaya a tu depa o vienes al mío? —suspiré
— voy al tuyo, espérame llegó en 10 —me puse de pie, tomé mis cosas y salí de prisa son ser vista hasta mi auto. Conduje hasta su departamento y toqué varias veces el timbre hasta que el interlocutor sonó de vuelta.

— Eli, está abierto ahora —jalé la puerta y entré corriendo hasta el elevador, subí hasta su piso y esperé a que se abrieran las puertas para correr a su puerta.

Toqué un par de veces y en seguida me abrió su cara, en bata.

— pasa Eli, hablemos —sonrió de lado. Debía grabar todo esto por si salía mal.

Pᴇʀᴏ ᴍᴀɴ̃ᴀɴᴀ ~ Sᴋᴏɴᴇ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora