La mano de Ginés me sacó del trance en el que había entrado. Ni siquiera supe en qué momento había llorado tanto como para que mi cara estuviese empapada...
Me jaló lejos de aquella horrible escena hasta el coche en el que habíamos llegado.
Subió en su lado y condujo sin decir nada hasta el hotel... Era una idiota. Era una maldita estúpida al confiar en Sara y aún más imbécil por creer que para Chemi yo significaba algo.
Desde un inicio había empezado todo mal, me dejé llevar por la ilusión de que por primera vez me sentía enamorada... Y sentía que él lo estaba de mi. Ja, que ingenua.
Se detuvo al llegar, bajo y corrió a abrir mi puerta. Me tendió la mano, la tomé y bajé del auto. Caminamos, de nuevo en silencio hasta la recepción del hotel. Mostramos los pases y subimos hasta nuestras habitaciones. Antes de que entrara me detuvo su mano en la puerta.
— Nos vamos a arrepentir de esto luego, pero que valga la pena —murmuró y estampó sus labios contra lo míos. Esta vez, lo dejé hacerlo. Entré y cerré la puerta. Con mis manos acaricié los cabellos de su nuca enredándolos en mis dedos y tirando ligeramente de ellos.
Bajó sus manos hasta mis trasero, tiró del cordón que sujetaba mi vestido y como arte de magia, calló al suelo. Aún besándolo, me deshice de su camisa y caminé hacia atrás hasta mi cama.
Él seguía besándome sin detenerse ni un segundo, acariciaba mi cintura y jugaba con el elástico de mi braga.
Desabotoné su pantalón y él me arrojó contra la cama, caí, se puso sobre mí y me besó el cuello bajando hasta mis pechos...
Era increíble cómo había hecho que en ese momento, dejará de dolerme cualquier cosa. Solo podía pensar en lo mucho que disfrutaba estar con él... Y no quería que acabase.
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Abrí mis ojos, suspiré un poco y me giré sobre mi cuerpo para ver a mi acompañante. Ginés estaba dormido plácidamente. Su mano reposaba sobre mi cintura y me acorralada contra su abdomen.
Me quedé admirándolo, su cabello rubio, las pecas de su rostro. Su nariz recta y sus hermosos labios. Ese rostro sumergido en una paz absoluta. Envidiaba con todas mis fuerzas la tranquilidad con la que dormía.
Tres golpes en la puerta me regresaron a la tierra, abrí mis ojos a tope y me puse de pie de un brinco. Ginés abrió los ojos, hice una seña de que guardara silencio. Y obedeció.
— Eli, venimos por ti para ir a desayunar. Los chicos ya están esperando por ti arriba —gritó la inconfundible voz de Zasko — Sal ahora, mi niña —ese era Blon— por cierto, está Ginés aquí. No lo hemos visto desde anoche, y Bta nos dijo que estaban juntos anoche. — ehh... Sí, ya vamos —no supe más que decir. Saqué mi camisa de la maleta y me la puse, era una camisa enorme que Ginés me había regalado. Abroché mi short y me puse los zapatos, Ginés de puso la misma ropa que llevaba ayer; un pantalón negro y una camisa de botones azul.
Abrí la puerta, sonreí a ellos y salimos.
— ¿Como es posible que sea tan bonita en más mañanas? Dímelo Blon, a que es la más bonita —me abrazó Zasko, sonreí — Lo es hermano, me alejate de ella un toque, que me pertenece —Blon me jaló hasta quedar entre sus brazos. Imagino que se habrán enterado lo de Sara y Chemi y quieren hacer que me sienta mejor.
— ¿Dormieron juntos? —preguntó el Ginés alicantino. Ginés Murciano asintió. — Pero solo dormir pavo, no pienses mal. Que te conozco —apuntó a Zasko. Sonreí nerviosa. Ginés dejó salir una risa sutil que escondió mirando al suelo.
Entramos al elevador y esperamos unos minutos para estar en la terraza. Los chicos estaban ahí. Incluyendo a Skone y Sara.
Ellos me miraron al mismo tiempo. No me habrán visto ayer que están tan tranquilos.
Caminé hasta Javi, en el camino me detuvo su mano, me detuve sin mirarlo. — ¿Podemos hablar? Ayer no te ví en la fiesta y cuando quise buscarte me dijeron que ya te habías ido —sonaba dosil. Como si supiera que la había cagado y quisiera un perdón. — Ya no tenemos más que hablar, Chemi. Terminamos. Es todo —solté, esas palabras sabían amargas. Sabían a veneno.
Seguí mi camino hasta Javi y Sibel, pretendí que nada había pasado y me acoplé a su plática.
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@zadro.of: El odio es el sentimiento más estúpido de todos. Dijo alguien una vez que es como beberse una copa de veneno y esperar que el otro muera...
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Walls ~ Ginés
Toqué nuevamente su puerta sin encontrar respuesta. Desde hacía 4 días, cuando volvimos de Málaga a Madrid, se encerró en su habitación y no sale.
Blon había ido a Barcelona porque necesitaba arreglar asuntos de no sé qué, y Eude seguía en Argentina. Así que de momento, no saldría.
Volví abajo con lo chicos, Bnet me miró con una mueca, negué.
— me siento fatal por ella —me senté a su lado. Al final, Elisa les había contado todo. Lo que había visto, lo que le había hecho. Y estaban todos apoyándola en lo que podían.
Todos estábamos de acuerdo en que era una de las peores cosas que podían pasarte, y que sin duda debía estarle doliendo muy profundamente.
— no entiendo cómo Chemi pudo hacer algo así, parecía quererla mucho. —volvio a decir Bnet, alcé los hombros. — quizás lo hace, pero se volvió loco —respondió Manel, negué — No sé de qué modo la quiere, yo jamás le haría algo así... Bueno, para empezar yo jamás permitiría pelear con ella. —miré serio a los dos — No puedo creer que estés así de enamorado de ella... —bnet me miró con una intriga en sus ojos— imagino que tus razones tendrás
Y así era, y después de haberla tenido entre mis brazos disfrutando de mi, siendo los únicos en aquella habitación... Me había enamorado incluso más de ella.
