N U E V E

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Abrí mis ojos, Blon estaba hablando con los chicos, Eude entró por la puerta y asintió.

— Venga chicos, vámonos —gritó
— Elisa está dormida, ¿La despierto? —preguntó Bnet, Eude negó
— No, es mi amiga, yo la llevo —se acercó, la cargó en sus brazos y salió del cuarto. Me puse de pie y caminé con un poco de torpeza.

Subimos a la camioneta, las calles estaban un poco inundadas, y la verdad sí daba miedo pensar en que podías quedarte atascado en algún lugar.

— pasa primero a esta dirección, tenemos que dejar a Elisa —dijo Eude y le dió un papel al conductor. El chófer asintió y siguió conduciendo.



La lluvia había comenzado de nuevo, las calles se inundaban más y más.

— Chicos, no creo que podamos alcanzar a llegar al hotel, aún estamos lejos. —dijo el conductor, Eude suspiró— pero la dirección que me diste no queda tan lejos de aquí, podemos llegar.

— ¿Creen que Elisa quiera recibirnos en su casa por esta noche? —preguntó Javi, Eude asintió.
— vamos ahí —el chófer volvió a conducir, un par de calles más adelante se detuvo en un edificio grande. Eude sacudió a Elisa un poco para despertarla. Abrió sus ojos y nos miró

— ¿Qué pasa? —Preguntó y se acomodó mejor en el pecho de Eude
— Elisa, la ciudad se inundó, no podemos ir al hotel porque todo está hecho un caos. Estamos afuera de tu casa, ¿Crees que podrías darnos asilo por esta noche? —hablo suave Eude, Elisa se incorporó al asiento
— Por supuesto, déjame bajar para decirle al portero que meta la camioneta en el estacionamiento, y mientras los demás bajen conmigo para irlos dejando entrar a mi apartamento. —se talló la cara y abrió la puerta de la camioneta, bajó y entró corriendo al edificio.

Nosotros bajamos y caminamos junto a ella.

Era una recepción, había un par de sillones, una televisión y una señora en un escritorio alto.
Elisa hablaba con ella

— Sí, la lluvia nos alcanzó, mis amigos se quedan conmigo esta noche —sonrió, la chica nos miró— ¿Crees que podrían meter su coche al estacionamiento? —preguntó— sé que es un coche por apartamento, pero será solo esta vez —suplicó— lo prometo
— está bien, dale más llaves a Jorge y él lo meterá, por lo pronto suban a descansar que se ve que no los ha tratado bien la lluvia —le acarició el cabello. Elisa sonrió y asintió.

Se acercó a nosotros

— Vengan conmigo, es arriba —nos guió hasta el elevador. Subimos ahí, Elisa hizo clic en el 7 y las puertas se cerraron. Por la mirada de todos, me decía que no conocían este lugar tampoco. El elevador se detuvo, Elisa puso una clave con los botones del elevador y las puertas se abrieron.

Era un departamento bonito, era en su mayoria blanco, con algunos detalles en gris o en verde limón.

— pasen, pónganse cómodos. Iré a ponerme una pijama, ¿Quieren cambiarse de ropa? —nos miró a Blon y a mi— Mi hermano dejo una maleta aquí, creo que puede quedarles algo —asentí, Blon igual. Caminamos hasta su habitación, era amplia, tenía una gran cama, un mueble con perfumes, maquillaje y un par de cepillos.

Elisa abrió una puerta, parecía ser su closet. Sacó una maleta negra y la alzó sobre su cama

— Estoy segura que les quedará —la abrió.

Había algunos chándales y camisetas grandes

— ¿Por qué tu hermano dejó esto aquí?
— Iba a mudarse conmigo, pero al final no lo hizo y nunca paso a recoger está maleta. Tiene más de un año conmigo. Le he dicho que venga por ella pero no le importa —alzó los hombros— y me gusta usar alguna de esta ropa como pijama así que... Tampoco me molesta tenerla aquí —sonrió, tomé uno negro— los dejo para que se vistan. Solo tomaré mi pijama e iré a vestirme al baño. —volvió a entrar al closet y descolgó una camiseta enorme de Harry Potter, junto a una pijama negra. Tomó un par de calcetines y sus pantuflas.

Finalmente salió del cuarto. Miré a Blon

— me gusta su casa —dijo Blon— es bonita
— lo sé, me gusta que su puerta es su elevador —sonreí
— Oye, tenemos algo de que hablar... Elisa me dijo un par de cosas interesantes... —sonrió, suspiré... De que se trataría?



Elisa

Los chicos estaban silenciosos en la sala, caminé hasta ellos.

— ¿Quieren comer algo? —pregunté— Creo que tengo un poco de lasaña que mandó mi mamá, o quizás algo de papas fritas —asintieron
— Yo quiero frituras —respondió Walls, Force caminó detrás de él y ambos vinieron hasta mi.
— yo puedo comer un poco de lasaña, suena bien —respondió Chuty
— yo igual, gracias Elisa —Nerea sonrió, asentí.

Abrí el refrigerador y saqué el refractario con lasaña dentro, le quité el plástico y lo metí al horno unos minutos.

Mientras, abrí mi alacena y saqué una bolsa de Sabritas. Las pusé en un tazón grande y se las di a los chicos.

— ¿Quieren jugar videojuegos? —les pregunté
— ¿Que tienes? —preguntó Chuty, sonreí
— Los videojuegos están en los muebles a los costados de la televisión. Y las consolas en el mueble de abajo —respondí mientras revisaba el horno. Se quedaron en silencio. Me levanté, todos miraban buscando la televisión— me olvidé que nunca habían venido —dije con gracia y caminé hasta los muebles.

Frente a los sillones había una pared blanca de madera que parecía dividida, pero no era una pared, era mi área de televisión.

Abrí las puertas que dejaban a la vista la televisión, y luego abrí las que dejaban a la vista las consolas. Vivir de YouTube era algo en verdad productivo. Y trabajar en la editorial era solo para poder guardar más dinero.

— ¿Como pagas todo esto? —preguntó Ginés
— YouTube Money baby —respondí— Force sabe de lo que hablo —apunté
— Y además tienes un trabajo, debes tener una cuenta bancaria enorme —agregó Manel
— bueno, dejemos de hablar de mi dinero, jueguen algo. Los juegos son esos compartimentos, la derecha son para el Xbox one y la izquierda para el PS4, disfruten —volví a la cocina por la lasaña.

Los chicos se quedaron rebuscando entre mis juegos algo divertido para entretenerse.







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Pᴇʀᴏ ᴍᴀɴ̃ᴀɴᴀ ~ Sᴋᴏɴᴇ (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora