Hay lazos que nunca se rompen, hay lugares que nunca se olvidan y hay personas que te marcan para toda la vida.
Arrugo mi rostro al sentir el fuerte liquido bajar por mi garganta, gruño un poco al tragar.
—Brett, espero esta nueva etapa...
Me coloco de pie, dejando el vaso con Vodka en la mesa que tengo delante.
Mi padre se queda en silencio y para tratar de salir del incomodo momento también se coloca de pie, tocando la corbata que presiona su cuello.
—No me desees suerte —sentencio con los dientes apretados —. No necesito tus buenos deseos.
Desde hace mucho siento que mi mirada es candente, siento que el odio que siento se ve reflejado en mis ojos.
Mi padre camina unos pasos más cerca de mí y cuando su mano cae en mi hombro la rabia me ciega. Retrocedo un par de pasos, negando con mi cabeza. Al subir mi mirada e impactarla en los ojos de mi padre este se tensa.
—Brett...
Apuño mis manos.
—No vuelvas a tocarme —ordeno con voz ronca.
Veo que la mirada de mi padre se llena de tristeza, pero eso ya no me importa. Deseo que sufra tanto como yo, que sé de cuenta que está completamente solo y nadie puede ayudarlo.
—Bebiendo no vas a arreglar nada —señala el vaso que hace unos momentos deje en la mesa —, eso te destruye cada vez más.
Una carcajada escalofriante estalla de mi garganta, pasó mi lengua por el contorno de mis labios antes de volver a hablar.
—¿Sabes quién me destruyó? —me aproximo a él hasta que puedo sentir su respiración —¿¡Sabes quién acabo con mi vida!? —voy alzando mi voz hasta que ya mi padre no puede con mi presencia y termina retrocediendo.
Él asiente con su cabeza, sus ojos se han llenado de miedo.
—Yo lo hice —responde con dolor.
Mis labios se curvan de lado en una sonrisa retorcida.
—Exacto, tú eres el culpable de lo que me he convertido.
Los labios de mi padre se juntan hasta convertirse en una línea recta.
Eso es lo que él sabe hacer. Nada, absolutamente nada.
Le lanzo la mirada más indignada que puedo y sin decir una sola palabra tomo el bolso y el casco que descansan en el mueble que antes ocupaba.
—¿Y sabes algo? Seguiré destruyéndome —mi mano viaja hasta el vaso lleno de alcohol, llevándolo conmigo.
Salgo a toda prisa de esa casa.
Antes de subirme a la motocicleta me bebo todo el líquido que hay en el vaso, mi pecho arde y me gusta, me gusta sentir ese dolor.
No me importa comenzar la universidad, eso es lo que menos me importa.
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Nos leemos en Agosto.
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Mil Enigmas| Completa ✔️
Teen FictionSegundo libro de "Cero Flacas" Selene luego de vivir momentos devastadores ha aprendido a amarse, su confianza y autoestima han mejorado, convirtiéndola en una persona más fuerte. Ha logrado entrar a la universidad para estudiar lo que tanto le gus...