Segundo libro de "Cero Flacas"
Selene luego de vivir momentos devastadores ha aprendido a amarse, su confianza y autoestima han mejorado, convirtiéndola en una persona más fuerte. Ha logrado entrar a la universidad para estudiar lo que tanto le gus...
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Narrado por Brett Herrera:
¿Qué rayos estás haciendo? ¿Por qué te sientes así?
Mis pasos se detienen en seco.
Veo como le han afectado mis palabras a esa chica que ahora tengo frente a mí. Sus ojos brillan y la luz de la luna solo hace que su mirada se vea más sincera.
—Pro...prométeme que no dirás nada —se esfuerza por hacer que su voz suene precisa, pero no lo logra.
Suelto el suéter que he colocado en sus hombros y es allí donde entiendo que lo que acabo de hacer es una locura.
Sacudo mi cabeza, mi cabello se mueve —estar aquí es una verdadera estupidez —rio con sarcasmo —. Lo que dije —una carcajada estalla de mi garganta —...nuca me perteneciste, ni yo te pertenecí. Fuimos un amor tan efímero que no logramos sentir absolutamente nada.
Sus ojos miran los míos por un corto momento y al ver que mi mirada quema noto que sus ojos se van cristalizando. Aparta el suéter que hace un momento coloque en sus hombros y lo arroja al piso.
—Tú fuiste efímero —parpadea, enfrentándome cara a cara —, lo que yo sentí fue real y aunque fuiste la persona equivocada no me arrepiento de haberme enamorado —una sutil brisa alborota su cabello y sus mejillas comienzan a ruborizarse —. Enamorarme de ti me enseño a no creer en el amor —da unos pasos más cerca de mí y sin darme cuenta yo retrocedo —. Por suerte no eres el único chico del mundo y cuando estaba decidida a no volver a enamorarme llegó Lucca —en sus labios se pinta una sonrisa —, él me ha enseñado lo que de verdad significa el amor.
Siento una opresión en mi pecho, pero no dejo que mi expresión me delate.
Mis ojos caen en el suéter —que bueno que alguien haya enmendado el erro que ocasioné —mis ojos vuelven a los suyos —. Nunca me he enamorado de nadie, nadie ha logrado hacerme sentir nada —lamo mis labios —. Cuando me fui no me importo lo que tú estabas sintiendo, por esa razón nunca te busque.
Ella asiente con su cabeza —lo sé, eso lo sabía desde hace mucho tiempo —enarca una ceja —. Hace unos meses sentía tanto por ti y ahora solo te tengo asco —se ríe sonoramente —. Has caído lo más bajo posible.
Sus palabras se entierran en mí, sus palabras hacen que mi pecho arda.
Es la primera vez en mucho tiempo que la mirada de alguien me intimida a tal punto que tengo que bajar mis ojos. Sin responder nada camino hasta el suéter y me agacho para recogerlo.
Con el rabillo del ojo veo que Selene toma aire y sin decir nada sigue su camino. Esperto un momento a que se aleje de mí para enderezar mi postura y sin ningún tipo de expresión en mi rostro pongo mis pasos en marcha para volver a esa habitación donde siento que me ahogo.
