Segundo libro de "Cero Flacas"
Selene luego de vivir momentos devastadores ha aprendido a amarse, su confianza y autoestima han mejorado, convirtiéndola en una persona más fuerte. Ha logrado entrar a la universidad para estudiar lo que tanto le gus...
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Narrado por Alex Gómez :
Escandalosos golpes en la puerta de mi dormitorio me hacen abrir los ojos de golpe, al sentir la luz impactar mis ojos tengo que volver a apretar mis parpados.
—¡Alex! Abre la puerta —grita la voz de Selene del otro lado de la madera.
Ella se escucha desesperada.
Peleando conmigo mismo vuelvo a abrir los ojos y aclaro mi garganta para responder.
—¡Voy!
Me despojo de las sabanas que cubren mi cuerpo al mismo tiempo que me pregunto quién pudo haberme arropado ya que ayer llegue más que borracho.
Arrastro mis pies hasta llegar a la puerta y giro la perilla.
—¿Qué haces aquí, Selene? —inquiero apenas veo su rostro.
Sus ojos grises se ven un poco raros, pero al verme una falsa sonrisa se estira en sus labios.
—Alex, necesito salir del campus —responde, temblándole un poco la voz.
Me rio sonoramente, pasando una mano por mi cabello desordenado.
—Estás jugando ¿Cierto?
La sonrisa que antes tenía en su rostro se desvanece y se convierte en una línea recta.
—Necesito que me ayudes a salir sin tener problemas —humedece sus labios —, por favor.
Siento una puntada en mi cabeza que me hace cerrar los ojos.
—Selene —llevo una de mis manos hasta mi cabello y lo acaricio —, ¿Me puedes decir que es lo que te sucede?
Al abrir mis ojos de nuevo estos viajan hasta su mano derecha en la que sostiene algo con demasiada fuerza.
—¿¡Me vas a ayudar o no!? —pregunta alzando su voz.
Frunzo mi cejo y sin darme cuenta asiento con mi cabeza.
—Está bien —abro la puerta de par en par y me giro en mis talones para ir por uno de los carnet falsos que utilizo para salir del campus sin tener problemas.
Abro el cajón de la mesita de noche que tengo a un lado de mi cama y de allí saco lo que mi mejor amiga necesita. Ya teniendo el carnet en la mano me aproximo nuevamente a ella.
—Este carnet te ayudara a salir del campus, es un carnet que no tienen ninguna salida registrada —estiro mi mano con dirección a su cuerpo.
Con su mano izquierda ella toma el carnet.
—Gracias —contesta y sin decir una sola palabra más se gira en sus talones, poniendo en marcha sus pasos.
Por unos segundos veo como ella se aleja de mí y cuando ya la tengo a unos cuantos metros de distancia se me ocurre gritar algo que solo retumba en mi cabeza.
