Epílogo

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Un tiempo después...

¿Sabes qué es lo peor de perder a alguien? Que llorar no cambia nada, así llores lágrimas de sangre las cosas no cambian, siguen siendo tan malditamente doloroso como siempre.

Las cosas han cambiado desde que Brett se marchó.

Justin ha estado consumiendo mucho alcohol y drogas. Él y Tamara creo que mantuvieron una relación, pero parece que esto no funcionó y Justin cayó aún más que antes. Hablé con él para que parara; sin embargo, al ver sus ojos me di cuenta que ahora es un chico tan roto, tan triste y destrozado que nada de lo que yo pueda decir lo hará cambiar de opinión.

El señor Bruno después de todo lo ocurrido decidió irse a Europa, estoy en constante contacto con él y la última vez que hablé con él me informó con mucha alegría que adoptaría a un pequeño, lo cual llenó mi corazón de felicidad.

Y yo, pues, he sido más fuerte de lo que imaginé ser, me he esforzado por tener las mejores calificaciones y trato de sonreír siempre, aunque cada vez que cierro mis ojos el rostros de Brett aparece en mi mente, puedo observar sus largas pestañas, sus gruesas cejas, su nariz perfilada, sus prominente barbilla, sus labios curvándose de lado y sus muy hermosos ojos. Pero cuando abro mis ojos y me doy cuenta que de verdad él no está todo es peor, todo se desmorona y vuelvo a caer.

Desearía que alguien me dijera que él de verdad está bien, que se ha ido a un lugar mejor y que ahora está descansando. Sin embargo, nadie puede asegurarme esto.

Hoy es uno de esos días que no quiero ser fuerte.

Tamara deja algunos libros en la mesa y se sienta frente de mí.

—Hola, Sel —me saluda.

Pestañeo un par de veces —Hola, Tam —trato de sonreír.

Ella al instante se da cuenta que he fingido una sonrisa —¿Qué pasa? —me pregunta, colocando sus codos en la mesa.

Sacudo mi cabeza —estoy bien —bajo mi mirada y esta se pierde en un punto en específico —... solo...

—Solo es que aún duele —completa ella.

Levanto mi mirada y siento como las lágrimas se comienzan a agrupar en mis ojos.

—Hoy aprobé el tercer semestre de mi carrera —una lágrima resbala y rápidamente la limpio —. Obtuve las mejores calificaciones y... —mi voz se quiebra y nuevas lágrimas caen —quisiera que él estuviese aquí.

Tamara asiente con su cabeza y algunos mechones de su cabello caen alrededor de su rostro —él estaría muy orgulloso de ti. Lo sé.

Las palabras muchas veces nos afectan mucho más que cualquier golpe y están han sido una de ellas porque por más que yo quiera creerme lo que ha dicho Tamara en lo más profundo de mí quisiera que él fuese la persona que me dijera que está orgulloso.

Limpio las lágrimas e inhalo —espero que así sea —es lo único que se me ocurre decir.

Veo a Alex caminado con actitud hasta nuestra mesa. Se sienta a mi par y le da un sorbo al Frapuccino que sostiene en su mano derecha.

—Creo que le gusto —murmura.

Alex y sus cosas.

Tamara pone sus ojos en blanco y suelta un suspiro —no otra vez, por favor.

Una mueca de disgusto aparece en el rostro de Alex.

—Troy me ama, chicas —nos asegura, llevando la pajarita de su bebida hasta sus labios —. Después de todo este tiempo me he dado cuenta que yo también le gusto.

Mil Enigmas| Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora