Epílogo II

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Epílogo II

Narrado por Selene López:

15 años después.

¿Morir? Morir nunca me había sonado tan maravilloso como hoy. Hoy es el día.

Desde que Brett se fue no he dejado de pensar en que en algún momento nos volveríamos a encontrar, cada noche antes de dormir me imaginaba como seria ese ese instante donde me volvería a conseguir con esos fascinantes ojos verdes mientras su sonrisa me da la bienvenida a la eternidad.

Estoy tranquila, me siento plena con la vida que pude construir y todo lo que conseguí hacer. La tranquilidad que hoy alberga mi alma es la sensación más gratificante que jamás haya sentido.

Lo que restó de mi vida sin Brett fue tan triste como reconfortante, porque en muchas oportunidades pude sentir su presencia. Lo pude sentir en la ausencia de mi habitación, lo vi allí, donde creía no estar, y escuché su voz, ahí, donde el silencio no callaba. Pero hoy nos volveremos a encontrar y eso me es suficiente para perder el miedo del más allá.

—Adiós, cariño —la voz rasgada, salpicadas de sollozos por parte de mi madre llega a mis oídos de una forma lejana. —Te amo.

No puedo abrir los ojos, pero sus palabras se quedan grabadas en lo más profundo de mi ser.

Noto que alguien coge mi mano del otro lado y está vez es la voz de mi padre la que se oye:

—Te amo, hija —lloriquea —. Perdóname por todo —se lamenta.

No tengo nada que perdonarle, en este momento ningún sentimiento negativo puede penetrar mi alma, ahora estoy completamente en paz. Quisiera decirle esto a él, pero ya no hay tiempo.

Voy a morir en una primavera, donde los nudillos de los robles rojos están a punto de florecer. Ya siento como el frio acuchilla mi piel. Brett es el último pensamiento que se cruza por mi cabeza antes de dejarme llevar por la muerte. Él me prometió que nos volveríamos a ver, así que espero que me esté esperando.

Por un momento solo hay silencio, un silencio cargado de tranquilidad.

Pestañeo al despertar, una cascada gigantesca llega a con lucides a mi vista y el sonido que provoca el agua al caer es un sonido único. Un cálido sol me da en la cara y el olor a naturaleza llena mis pulmones.

—Por fin llegaste.

El solo sonido de esa voz provoca que mi corazón comience a latir con fuerza. Me giro de inmediato y me quedo sin respiración por un microsegundo. Brett esta delante de mí. Siento mi corazón estallar y me sorprendo de que aun después de morir pueda hacerme sentir tan viva. Una amplia sonrisa danza en sus labios mientras sus brazos están abiertos, me lanzo hacia ellos sin pensar en nada más.

—¡Brett! —gimoteo y me aferro a su cuerpo. Es su calor. Son sus brazos. Es él — ¡Brett! —repito con toda la felicidad que me llena el pecho.

—Selene —susurra en mi oído y sus labios se aprietan en mi cabello —Te he extrañado tanto.

Dos traviesas lágrimas me obstaculizan la vista para luego resbalar de mis ojos.

—Te he extrañado con toda mi vida —murmuro entre sollozos.

Alza mi barbilla entre sus manos y con sus dedos pulgares aparta las gotas.

—Te prometí que nos volveríamos a ver y ya sabes que no me gusta mentir —me recuerda sin dejar de sonreír.

Me alejo un poco para poder detallar su rostro: sus ojos verdes, su cabello lleno de vida y esa sonrisa que ahora se mira más real que nunca. Se ve tan hermoso como la primera vez que mis pupilas embebieron su precioso rostro.

Mil Enigmas| Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora