Este capítulo va dedicado especialmente a:
Yajaira Alt Santos
Es cierto que por mucho tiempo estuve sumergido en cosas de las cuales no estoy nada orgulloso, hice cosas que hoy en día no haría y me ahogué en mi propia oscuridad, pero cuando Selene llego a mi vida me mostró que de verdad soy alguien, que hay alguien que desea tenerme en su vida y por primera vez en toda mi vida me sentí amado.
Los ojos de Bruno están fijos en los míos —yo te amo, Brett.
Mis labios se convierten en una línea recta.
—No quiero hablar de eso, Bruno —replico y siento mi cuerpo tensarse.
No entiendo como alguien puede decir que te ama cuando todo el tiempo te dejó solo en una casa con alguna mujer desconocida, pagándole una gran cantidad de dinero para que esa mujer le diera el amor que al pequeño niño que llamaba "hijo". Eso no es amor, o no para mí.
El da un paso más cerca de mí, nuestros cuerpos quedan a unos pocos centímetros de distancia.
—Te amé, te amo y te amaré por el resto de mi vida, hijo —su vista de nubla un poco.
Niego con mi cabeza, riendo sin humor —deja de mentir, deja de fingir, por favor —sentencio, fulminándolo con la mirada.
Su mirada se rompe y con eso él también. Algunas lágrimas resbalan de sus ojos, pero las limpia al instante.
—Deseaba cuidarte, pero también necesitaba darte una buena vida...
Una carcajada rota escapa de mis labios —¿una buena vida? —inquiero con ironía —. Lo siento, pero nunca me diste una buena vida —aprieto amabas manos en puños y los recuerdos me golpean como una rayo.
He querido eliminar todos esos recuerdos, he deseado poder borrar mi memoria y no poder recordar absolutamente nada de todos esos largos y oscuros días en los que necesité a mi madre o a mi padre y ninguno estuvo allí para decirme que todo iba a estar bien.
No he hablado de esto con nadie, me lo he guardado en lo más profundo de mí, pero hoy esos recuerdos vienen a mí como cientos de misiles estallando dentro, abriendo heridas que nunca pudieron cicatrizar, recordándome que mi alma tiene algunos parches que yo mismo confeccioné.
Bruno cierta sus ojos y al abrirlos de nuevo se ve el arrepiento en ellos —tenía que trabajar...
—¡Tu trabajo era quedarte! —grito con voz áspera.
Mi voz desgarradora me hace entender que eso que quiero borrar aún sigue ahí, punzante y doloroso. El dolor no ha disminuido a pesar del tiempo.
—Tu trabajo era estar ahí —insisto, sintiendo mi mirada arder —. Cuando era un pequeño niño e iba a la escuela veía que todos los niños iban tomados de las manos de sus padres. Iban felices y yo aún lado me preguntaba ¿qué hicieron ellos que yo no? Me lo pregunté una y otra vez.
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Mil Enigmas| Completa ✔️
Teen FictionSegundo libro de "Cero Flacas" Selene luego de vivir momentos devastadores ha aprendido a amarse, su confianza y autoestima han mejorado, convirtiéndola en una persona más fuerte. Ha logrado entrar a la universidad para estudiar lo que tanto le gus...