Narrado por Brett Herrera:
Hay momentos en la vida en los que la realidad te golpea con tanta fuerza que quedamos fuera de lugar, no entendemos cómo es que tu propia realidad te puede escudriñar a tal punto que quedamos neutros. No sientes, ni felicidad, ni tristeza, ni dolor. No siente nada. Sólo deseas que tu realidad sea otra. Tal vez una más justa o una menos frívola.
Cuando Selene se sienta a mi lado deja escapar un suspiro, uno que clama por saber la verdad.
Mis ojos contemplan las aguas cristalinas del río que tenemos delante y por un momento desearía estar sumergido en ellas, sin sentir dolor, sintiéndome en paz.
—Quería traerte aquí y sentirme feliz —rompo con el silencio que se ha instalado entre los dos —, pero creo que no es el caso —murmuro sin apartar mis ojos de aquella obra de arte.
—Dilo —su voz se escucha fuerte y firme.
Sé que ahora ella se está haciendo la fuerte, quiere demostrarme que puede estar conmigo a pesar de cualquier cosa. Pero, está más que claro que al decirle la verdad todas esas fuerzas que está demostrando ahora se romperán y ella también. Eso es lo que no quiero.
Mis labios se unen en una línea recta —Selene, por favor...
—¡Quiero saber la verdad, Brett! —me interrumpe con un fuerte y contundente grito; sin embargo, puedo sentir como el miedo congela sus pulmones.
Quiero poder enfrentarla, poder mirarla a la cara y decirle que estoy muriendo, que me queda poco tiempo de vida y que no podremos construir un futuro juntos, pero sé que al ver ese rostro que refleja cómo se rompe su alma no podré contener las ganas de llorar, ni es mismísimo diablo podría contenerse al ver esos ojos quedarse.
—Estaremos bien —murmuro, queriendo creer las palabras que escapan de mis labios.
Su cuerpo se inclina más hacia al mío y solo con ese acercamiento un escalofrío eriza mi piel. El dolor me está dando la bienvenida de esta manera.
—No, Brett ¡Dilo! —otro grito agudo abandona su garganta.
Esta es la peor de las torturas, es tan doloroso que podría jurar que el dolor más grande que he sentido en toda mi miserable vida.
El aire escapa de mis pulmones como si tuviera vida propia.
—Por favor, Selene —estoy suplicando, suplicando que no permita que destroce su corazón.
—¡DILO! —sus manos atrapan mi rostro, mis ojos se encuentran con los suyos; en ellos ya hay melancolía.
Un nudo se forma en mi garganta así que trago grueso —¡es cierto! —esas palabras salen de lo profundo de mi alma —, tengo un tumor —confieso en voz baja.
Sus manos caen por la derrota.
Parece quedar aturdida por lo que acaba de escuchar. Sus ojos buscan algo en mi rostro... mentira, engaño, burla, pero al ver la seriedad en él entiende que esa en mi realidad, mi única verdad.
Me aferro a mi pecho tratando de recuperar el aire que mis pulmones han perdido.
La enormidad de lo que he dicho se filtra lentamente en mi cerebro. Mi corazón late con fuerza contra mí pecho. Late por el impacto que han producido mis palabras. Late y se acelera por el pánico de lo que acabo de admitir.
Mis ojos se conectan con los de ella y en este momento me odio con todo mí ser, me odio por esa mirada en sus ojos, esa atormentada mirada consumida por el dolor.
—Brett —pronuncia mi nombre y su mirada se terminan de romper
Su rostro ha palidecido tanto que ahora su piel se ve tan blanca como una hoja de papel.
—Fue detectado hace unos meses. Es maligno —no puedo evitar que mis voz tiemble —. No creo que me quede mucho tiempo...meses o semanas.
Espero. Espero para escuchar lo que tiene que decir Selene, pero ella no dice nada. Pasan los minutos y solo está sumergida en sus más profundos pensamientos.
—No —es lo único que escapa de sus labios.
Parece no poder respirar así que Inhala y en eso niega con su cabeza. Se coloca de pie de golpe, pero apenas veo que ella se levanta yo hago lo mismo. Al intentar poner en marcha sus pasos sus piernas no reaccionan así que la tomó por el antebrazo.
—¡No! —exclama e intenta soltarse de mi agarre, sin embargo, yo me aferro a ella con fuerza, atrayendo su cuerpo hacia el mío —¡No! —insiste, colocando sus manos en mi pecho, empujándome para apartarme, pero no estoy dispuesto a soltarla —¡No! —lucha conmigo para que no la abrace. Sin esperar más la rodeo con mis brazos y sus esfuerzos finalizan. Termina vencedora cuando su cabeza se hunde en mi pecho y allí se quiebra, justo como lo está haciendo mi corazón.
—No —susurra y con su mano golpea mi pecho —no —repite y un sollozo la ahoga.
Las lágrimas se agrupan en mis ojos y al escuchar que otro sollozo arremete contra ella no puedo seguir reprimiendo las lágrimas, ellas resbalan por mi rostro.
—Estaremos bien —pronuncio estas palabras en voz baja y rota. Sin darme cuenta un sollozo sacude mi cuerpo y es lo que necesito para terminar de entender que está en mi realidad.
No es justo, no es justo que rompa un corazón que siempre se ha esforzado por salvarme.
Siento que algo dentro de mí se derrumba al tiempo que recuerdo toda nuestra historia. Sus ojos impactando los míos por primera vez, las veces que la hice sentir mal sin ningún motivo, el baile de Halloween, cuando admiré su rostro mientras dormía, esa vez que se entregó a mí. Recordar duele.
—Estaremos... bien —mi voz se quiebra poco a poco, mientras las lágrimas corren por mis mejillas.
El llanto se apodera de Selene, llora como una pequeña niña que ha perdido su juguete favorito o como una anciana al perder el amor de su vida en una fría habitación de hospital. El dolor la sacude a su placer y ella no sabe cómo defenderse, así que permite que él arremeta contra ella.
Y así me rompo.
Lloro con ella, aferrándome a su cuerpo con todas mis fuerzas.
Mi garganta ya no es obstruida por mis gritos. Ellos son liberados y mi cuerpo se estremece con ellos.
No, no estaremos bien, esa es una maldita mentira que deseo creer.
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Antes de continuar necesitaba narrar como se sintió Brett.
Espero me dejen mucho amor.
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Mil Enigmas| Completa ✔️
Novela JuvenilSegundo libro de "Cero Flacas" Selene luego de vivir momentos devastadores ha aprendido a amarse, su confianza y autoestima han mejorado, convirtiéndola en una persona más fuerte. Ha logrado entrar a la universidad para estudiar lo que tanto le gus...