Segundo libro de "Cero Flacas"
Selene luego de vivir momentos devastadores ha aprendido a amarse, su confianza y autoestima han mejorado, convirtiéndola en una persona más fuerte. Ha logrado entrar a la universidad para estudiar lo que tanto le gus...
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Mis ojos no dejan de mirar ese negro que por un momento hace que me pierda.
—¡Oye, suéltala! —exclama Alex, aproximándose a pasos airados hasta Stephen. Intenta soltar el agarre que Stephen tiene en mi brazo, pero es en vano.
Sus ojos en ningún momento se apartan de los míos.
Parpadeo, sacudiendo mi cabeza para dejar de mirarlo.
—Yo... —hago una pausa para llenar mis pulmones de aire —no sé de lo que me hablas.
De su garganta estalla una ruidosa carcajada que no se escucha para nada graciosa. Más bien se escucha escalofriante.
—No quieras engañarme —sentencia, apretando más su mano en mi brazo.
Subo mi mirada de golpe hasta que nuevamente impacto mis ojos en los suyos.
—¿¡Quieres la verdad?! —pregunto, alzando mi voz.
Él de repente relaja el agarre que tiene en su brazo.
—Si —su mano termina de soltar mi brazo —, quiero que me digas que hiciste con mi billetera.
Al escuchar aquello le lanzo una mirada a Alex que tiene su cejo fruncido.
—¿Qué? —cuestionamos Alex y yo al mismo tiempo.
Stephen pasa una mano por su cabello —el día de la fiesta perdí mi billetera y ustedes fueron las únicas personas que estuvieron cerca de mí.
Un largo suspiro escapa de lo profundo de mi ser, siento alivio dentro de mí y podría decir que algo de paz.
Alex se ríe sonoramente —¿De verdad crees que queríamos una billetera?
Los ojos de Stephen van a los de Alex —necesito que me devuelvan mi billetera —ordena.
Mirar su rostro con tantas perforaciones es algo que me incomoda, jamás imagine que se vería así de adolescente. Siempre lo imagine como un chico bueno que no pensaría en perforar ninguna parte de su cuerpo, un chico con buenas notas y con un carisma extraordinario. Sin embargo, caigo en cuenta que este Stephen no es el que yo conocí.
Alex me toma por el brazo, obligándome a girar para seguir con nuestra búsqueda.
—Anda a buscar tu billetera y deja de molestarnos.
Mis piernas siguen a Alex, pero son movimientos involuntarios.
—¡Deberán atenerse a las consecuencias! —grita cuando ya estamos a unos metros de distancia.
