Segundo libro de "Cero Flacas"
Selene luego de vivir momentos devastadores ha aprendido a amarse, su confianza y autoestima han mejorado, convirtiéndola en una persona más fuerte. Ha logrado entrar a la universidad para estudiar lo que tanto le gus...
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Mis piernas no responden, es como si mi cuerpo ha quedado atrapado en un lugar.
Parpadeo un par de veces y paso una mano por mi rostro para asegurarme que esto de verdad está sucediendo. Me empeño en creer que solo es producto de mi imaginación; sin embargo, cuando caigo en cuenta de que estoy en mi presente una puntada se aloja en mi pecho.
Ella está mintiendo, me susurra una vocecilla en mi cabeza, pero el miedo que siento en mi interior contradice lo que dice mi mente.
Al sentir mi teléfono vibrar en el bolsillo de mi pantalón sacudo lentamente mi cabeza y busco el teléfono. Sin siquiera ver el número de contacto que me llama descuelgo la llamada.
—A...aló —mi voz se escucha torpe y entrecortada.
—Selene ya te estoy esperando en la cafetería —la voz áspera de Brett se escucha por la bocina del teléfono.
Humedezco mis labios con mi lengua y aclaro mi garganta para que mi voz no se escuche tan afectada.
—Ya voy para allá —respondo y sin esperar su respuesta finalizo la llamada.
Brett y yo quedamos en vernos en la cafetería para realizar algunos trabajos que debemos entregar antes de las vacaciones de Navidad, es mucho lo que tenemos que hacer, pero mi cerebro no deja de taladrarme con esas palabras que salieron de los labios de la pelirroja.
A Brett le detectaron un tumor cerebral hace unos cuantos meses.
Pero, ¿Cómo? ¿Cómo es que esto es real?
Guardo el teléfono donde antes se encontraba y sin tomar mi bolso salgo me encamino la puerta. Salgo del dormitorio.
Durante todo el camino a la cafetería me mantengo absorta en mi propio mundo, ignorando a todas las personas mí alrededor.
Brett no me mentiría.
No sería capaz de ocultarme algo tan delicado.
Él no haría eso.
Trato de darme ánimos a mí misma y esas palabras de aliento que ahora más que nunca necesito.
Al ya estar delante de todas esas mesas de la cafetería busco a Brett con la mirada y al encontrarme con él siento como mi corazón se acelera. Brett se encuentra sentado en una de las mesas de izquierda. Sus ojos verdes están puestos en un libro que tiene delante, su cabello se ve tan suave que siento unas repentinas ganas de alborotarlo, sus dientes muerden con suavidad su labio inferior. Mis ojos los detallan con determinación, dándome cuenta de que su rostro está más demacrado de lo que imagine, las ojeras debajo de sus ojos son evidencias de que dormir no es una opción para él y la palidez de su piel solo me confirma que algo no anda bien con él.
