« Todo tesoro tiene su precio »
Los personajes ya conocidos por la audiencia son propiedad de Disney, la protagonista y unos cuantos más son de creatividad mía.
iniciada agost. 2019 - finalizada septiembre 2019.
En memoria de Cameron Boyce.
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Las tareas, ensayos para poder formar parte de este lugar como alguien de la realeza, prensa acosandote para saber sobre la relación de tu hermana con el rey del lugar era agobiante. Muchas veces ha pensado en cómo sería si ella jamás hubiera aceptado venir a Auradon junto a su hermana y amigos, si siguiera en aquella pocilga que había sido su hogar durante toda su vida.
Maddavil no entendía por qué la presionaban tanto, si mal no lo recuerda la que se casará con el rey sería su hermana Mal, aún así encontraba absurdo todo lo que ocurría en su vida, conocer personas importantes con títulos reales, comenzar a ser llamada "princesa" cosa que odiaba. Aunque no lo quisiera admitir, la sociedad la estaba obligando a ser una chica de Auradon, gracias a Lucifer había sacado una copia exacta del libro de su madre el cuál contenía hechizos de todo tipo, aquella reliquia era su salvación y mayor secreto, los hechizos para poder encajar en Aburridon.
Se preguntarán ¿por qué simplemente no se marchó a la Isla? ¿por qué no siguió el camino del mal en Auradon? Simple, Maddavil no quería arruinar la felicidad de su hermana y amigos, parecía ser que los cuatro chicos estaban formando parte de la sociedad de princesas primorosas, Madd podía ser cruel y egoísta, más no podía serlo con esos adolescentes que eran su familia.
A los segundos la hija de Maléfica llegó a procesar todo lo que ocurría frente a ella en estos minutos.
- ¡Princesa Madelaine! ¿Es cierto que usted está comenzando a seguir los pasos de su madre? - preguntó uno de los tantos reporteros que se encontraba acosando a Maddavil en las afueras de la escuela Auradon.
Madd abrió los ojos sorprendida por las palabras del reportero mientras su mente comenzaba a generar las diversas respuestas que podía ofrecerle, no sabía qué le había causado más incomodidad y enojo, si el hecho de que le dijeran "princesa", cambiaran su nombre a "Madelaine" o que la acusaran de algo que no planeaba hacer.
- ¡Okey! Creo que eso será todo por hoy, muchas gracias a todos ustedes, ya es momento de que se retiren - mencionó el Hada madrina a la prensa quienes no paraban de cegar con el flash de sus cámaras a Madd.
La cabeza de la castaña seguía pensando en lo que aquella masa de chismosos había dicho, quedó simplemente atónita.
- ¿Estás bien, querida? - La voz de Hada madrina sacó aquellos pensamientos de su pequeña cabeza.
Maddavil asintió con un intento de sonrisa que más parecía mueca.
- ¡Ahí estás! Te estaba buscando, necesitas probarte el vestido a menos que desees ir con una bata a la coronación de Mal - interrumpió Evie tomándola de la muñeca y comenzado a arrastrarla hacia el camino a las habitaciones sin siquiera poder despedirse del Hada madrina.
Al llegar a la habitación donde dormían Evie, Mal y ella, había unos cuantos útiles para coser en la mesa frente a la televisión, el vestido que utilizaría Mal estaba en una especie de maniquí con unas cuantas pinzas en diversos lugares dando a entender que faltaban unos toques mínimos para terminar aquella pieza de arte.
