20. ➵ letters to madd!

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La mañana siguiente a la fiesta, Harry Hook se encontraba en su camarote tratando de procesar todos los incidentes que habían ocurrido la noche anterior, el flashback más potente que llegó a su subconsciente fue el del golpe que le dió a un chico de la tripulación y soltó una risa ante su impulsividad, estaba algo, casi nada, fuera de sus cabales.

Nótese el sarcasmo.

Después de viajar entre tantos pensamientos, suposiciones y momentos imaginados, se dedicó a hacer lo que debía hacer desde que Maddavil había vuelto a ese basurero flotante, se levantó con pereza de la pequeña cama en la que podía "descansar" después de un día ajetreado, se encaminó al pequeño baño que se encontraba atravesando el oscuro y angosto pasillo de la casa, Hook caminó descalzo hasta ahí y se observó en el espejo trizado.

La sombra negra que hacía resaltar sus ojos estaba corrida hasta el punto de que llegara a sus pómulos, sus rosados labios ahora estaban blancos y resecos, su cabello medio rizado se encontraba hecho un desastre debido a que se movía mucho al dormir, logrando como consecuencia una melena casi indomable la mañana siguiente.

Casi, porque nada es imposible para Harry Hook.

O eso dice él.

— Que apuesto estás hoy, Capitán Hook — se auto elogió frente al pequeño espejo que se encontraba en la habitación, soltó una de sus características sonrisas coquetas y procedió a adentrar su cuerpo al metro cuadrado que llamaba ducha luego de desnudarse por completo, antes de dar el agua que se encargaría de limpiarlo se preparó mentalmente ya que por milagro de Dios, aquél líquido no salía como cubos de hielo.

— Mierda — gruñó entre dientes con la mandíbula apretada al sentir el primer chorro de agua recorrer su cabello y su espalda para perderse en lo que seguía del cuerpo del pirata.

Y así comenzó la mañana de el descendiente de Garfio.

Cómo la mierda.

  . . .


Cuando por fin logró salir de su hogar, sin encontrar nada que estuviera caducadamente digerible sin correr riesgo de morir o enfermar de gravedad, se encaminó al restaurante que era prácticamente su segundo hogar, donde se encontraban sus más cercanos y su ambiente natural.

El grito de Heathell fue lo que despaviló al pirata al entrar a la taberna de Úrsula — ¡Te dije que esa es la única mierda que hay en esta pocilga, si te gusta, bien, si no, pues vete al mismísimo infierno! — le estaba gritando a un pobre chiquillo que miraba la comida como era, una mierda, el tipo se levantó rápidamente del taburete y salió a paso apresurado del local con una mueca.

— Creo que alguien no está de muy buen humor — molestó Hook caminando hacia la barra donde se encontraba su pelirroja amiga solo que del otro lado — ¿Te habían dicho que te ves horrible con el ceño fruncido?

Heathell lo miró mal — Cállate, maldito bacalao.

— ¡Hey, globito, a mí no me agarres que no has tenido problemas conmigo! — respondió al comentario de la hija de la reina roja — Quién me busca, me encuentra.

La pelirroja siguió con su celo fruncido y la mala mirada hacia el pirata — Pues entonces ve a hacer tu jodido trabajo bien — Hook la miró con el ceño fruncido — No te hagas el desentendido, Harry, estás cambiándole el rumbo al plan, estás cayendo en las garras de esa arpía desquiciada.

— ¿De qué mierdas hablas?

— ¿Con que no lo sabes? — preguntó Heathell con una sonrisa maliciosa, ante la negación del pirata con su cabeza prosiguió — Tu querida cuñada, máxima traidora, arpía desquiciada dos, alimañ...— la chica de labios rojos dejó de insultarla cuando la mirada de Hook se posó sobre ella incitándola a llegar al punto — Vendrá a la Isla junto al Rey Ben esta noche, ¿que tu novia no te lo dijo?

 𝗠𝗮 𝗦𝗶𝗿è𝗻𝗲 (harry hook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora