« Todo tesoro tiene su precio »
Los personajes ya conocidos por la audiencia son propiedad de Disney, la protagonista y unos cuantos más son de creatividad mía.
iniciada agost. 2019 - finalizada septiembre 2019.
En memoria de Cameron Boyce.
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El sonido de los golpeteos en la puerta de la guarida, que solía ser de ella y los cuatro vk's que ahora se encontraban en Auradon, la hicieron levantar rápidamente del sofá viejo que se hallaba en la sala del lugar.
Antes comenzar a caminar hacia la puerta de entrada, Harry la tomó de la mano haciendo que se voltee - Tranquila, respira y relájate, pronto acabará - Maddavil asintió nerviosa mientras frotaba sus manos, Hook al ver aquello decidió acercarse y romper todo espacio entre ellos dándole un suave y cálido beso que dejó a la chica por las nubes - Ve.
Madd asintió nuevamente y comenzó a recorrer el pequeño tramo que había desde donde estaba hasta la entrada, suspiró pesadamente mientras llevaba su mano al manilla de la puerta y se preparaba mentalmente para ver a su melliza otra vez, el rencor corría de a poco por las venas de la chica de ojos verdes y trataba de controlarse - Vamos Maddho, tu puedes - se auto alentó, miró una última vez a Hook quién estaba mirándola desde el pasillo y éste sonrió dándole apoyo, la chica sonrió sutilmente sin mostar sus dientes y giró el pomo de la puerta para abrirla dejando ver a su hermana y su cuñado abrazados frente a ella.
- Hola Madd - murmuró Mal mientras recorría con la mirada lentamente a su hermana, por lo que se veía a simple vista estaba bien, algo que la tranquilizó completamente.
- Hey - respondió la melliza de la Isla con una fría mirada que desconcertó a Mal, no entendía como y qué fue lo que cambió tanto a su hermana - No hablaremos aquí afuera, puede que el tiempo en Auradon rodeada de comodidades te haya hecho olvidar lo que es vivir en la Isla, hermanita - murmuró con recelo haciendo que Mal frunza el ceño.
- Madd, es un agrado saber que estás bien - intervino Ben al ver que su novia y cuñada estaban a punto de comenzar una discusión - ¿Podemos pasar?
Maddavil dirigió su verde mirada al rey de Auradon quién estaba con aquél semblante serio pero no severo en su rostro, algo tan familiar en él, la hija de Maléfica asintió levemente y se volteó para comenzar a caminar hacia la "sala" dejando al par de tórtolos detrás, los cuales la siguieron cerrando la puerta una vez que estaban adentro.
Mal y Ben recorrían el lugar con la mirada a medida que iban caminando, hacia mucho tiempo ya que ninguno de los dos entraba a aquella guarida y les impresionó un poco los pequeños cambios que hizo Madd, sólo detalles pero que hacían la diferencia totalmente notoria, los futuros reyes de Auradon comenzaron a hablarle a Madd sin más mientras esta los escuchaba atentamente.
- Tenemos una propuesta para ti, como te lo dije en la carta - comenzó Mal sentándose en el sofá frente al que estaba Madd sentada, Ben imitó la acción de su novia sentándose a su lado - Queríamos llevar...
- Aguanta, necesito que esté presente - interrumpió Madd a su hermana quién la miró desconcertada - Falta alguien más en esta reunión.
Y con dichas palabras, el hijo de Garfio salió de su escondite mientras acariciaba su garfio con esa sonrisa tan delirantemente sexy, el ojiazul se acercó a la pareja de reyes y los saludó con una, no muy bien hecha, reverencia para luego sentarse al lado de Maddavil y rodear la cintura de esta con su brazo.
- ¿Es una broma? - preguntó un poco alterada la hija mayor, por segundos, de Hades - ¿Que hace este bacalao aquí?
- Buenos días a ti también, moraleza- comentó el pirata haciendo un ademán con su sombrero, causando una pequeña risa en Madd.
- No Mal, no lo es, Harry es mí novio y tiene derecho a escuchar lo que vienes a decir - explicó la otra hija de Hades - Estoy segura que nos ayudará a ambos.
Mal suspiró pesadamente y sintió los reconfortantes brazos de Ben acariciarla para calmar aquel revoltijo de dudas y emociones que estaban comenzado a tomar riendas totales del pequeño cuerpo y mente de la futura reina de Auradon, pero aún así, continuó.
- Vengo a ofrecerte un trato, Maddavil - siseó la hija de Maléfica mirando a su hermana.
- ¿Sobre...? - la incitó.
Mal miró a Ben con ojos de súplica, el rey de Auradon entendió la referencia y comenzó a hablar él - Verás Madd, con Mal lo estuvimos pensando y sería genial que volvieras a Auradon, hay muchas oportunidades para ti, para que seas lo que de verdad desees con tu corazón - exclamó el hijo de Bestia observando a Maddavil con esa suave mirada que hacía confiar a cualquiera - Mal te extraña, Evie, Carlos, Jay te extrañan, te extrañamos ahí con nosotros Maddavil - sonrió melancolicamente mientras miraba a la novia de Hook, la cual tenía una facción que trataba de esconder una sonrisa - ¿Qué dices? ¿Vendrás?
Maddavil lo pensó unos segundos, no entendía por qué esas palabras habían removido algo en su corazón, ¿acaso ella y su hermana no se odiaban? No quería estar al lado de esa traidora.
Pero por otro lado nos encontrábamos a una Maddavil vengativa, una Maddavil que juró tomar venganza con la más mínima oportunidad y así poder darles un mejor futuro a los chicos de la Isla, algo que Mal fue incapaz de hacer.
Luego de meditar cada lado de la historia, Madd dio su decisión al rey Ben - Acepto... - la futura reina fue incapaz de esconder la enorme sonrisa que se asomó en su cara, tendrían a su hermana y mejor amiga de vuelta, era fantástico - Pero Harry va conmigo - ordenó la hija de Hades y sintió como su novio se tensaba a su lado, de igual manera que la pareja real.
Mal rápidamente se opuso - ¿Qué? No, estás loca Madd.
La recién nombrada rodó los ojos - No estoy loca, Mal, sólo quiero que Harry vaya conmigo - miró suplicante al rey quién la miraba con desaprobación - Si Hook no va, yo tampoco ¿trato?
Aquellas palabras dejaron helada a Mal, no podía perder la oportunidad de saber qué carajos le pasaba a su hermana y en Auradon tenía todas las herramientas para saberlo, la necesita allá, necesitaba saber qué estaba bien todo el día, necesitaba a su otra mitad.
La pareja Real se levantó del sofá y se alejaron unos minutos para hablar entre ellos.
- ¿Estás loca? - un susurro en su oído la hizo quitar la vista de su hermana, Madd volteó hacia Harry quién no paraba de mirarla - ¿Por qué hiciste eso?
- Porque una vez te dije que si yo salía, tu irías conmigo - respondió con una sonrisa sin mostrar los dientes, haciendo que por un segundo Harry se sintiera querido, pero era efecto de la poción.
Finalmente los reyes de Auradon se acercaron a la pareja de maleantes de la Isla, quienes los miraban expectantes ante cualquier respuesta, sin sentarse, comenzaron a hablar como si lo que fueran a decir les acabaría la vida.
- Empaquen sus cosas - tartamudeó Mal - Nos vamos a Auradon.
La sonrisa que se formó en el rostro de Madd fue imposible de ocultar esta vez, miró al chico a su derecha y sonrió cuando éste le guiñó un ojo.
