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E-estas de broma?

-ah... No me puedo acobardar ahora! -grité molesto y determinado.

Busqué alguna ventana abierta, para luego entrar silenciosamente.

Estube intentando oler mi collar, pero no lo percibía.

-el jefe anda más gruñón, no crees? -escuché.

Rápidamente me escondí.

-si, el jefe anda molestoso desde que volvió de su salida -dijo otro que tenía... Que es eso? Tenía unas... Lágrimas o... Que cosa negra en sus ojos.

Mejor no pregunto.

Seguí olfatenado todo el lugar. Habían distintos olores.

-mmm.. Creo que hay como.... -olfateaba cuantas personas podrían haber en esa casa. - como unas.. 8 personas vivas?

Al decir eso, me dio un escalofrío.

Ya que también se podía oler a... Cadáveres... Que no iba a averiguar de donde venían.

Intenté no olfatear mucho.

Pero seguí un olor, parecía que estaba lastimado.

Por instinto lo seguí.

Llegue a... Una clase de sótano.

Bajé por muchas escaleras.

O mejor dicho escalones.

-Maldición... Porque soy tan pequeño? -me dije molesto por mi estatura.

Al por fin llegar abajo, escuché unas cadenas.

Con un poco de Nerviosismo, me acerqué a aquella puerta.

La cuál estaba cerrada, pero la abrí.

Se escuchó un chillido que me asustó.

-ah!! -grité alejandome de la puerta ahora cerrada.

-mh!? Mmg! -escuché detrás mío.

Me di cuenta rápidamente.

Había.. O por Dios...habia un chico encadenado.

Estaba cubierto de heridas!

- o no! Te salvare! -dije alertado.

Salté a sus piernas.

El chico solo pataleaba.

Parecia estar más asustado que yo.

-ey, tranquilo, tranquilo, no te haré daño -dije, hasta que me golpee mentalmente - Ash... A quien engaño? nadie me escucha si no tiene el collar puesto.

Dije para luego sacarle aquella venda que cubría sus ojos.

- mh!? Mmh? -escuché a aquel chico, abriendo con dificultad sus ojos.

-ey, me ves? Hola? -dije, aún sabiendo que no me escucharía.

Él me miro, tenía lágrimas en los ojos, empezó a negar con la cabeza.

Pero cada vez que se movía, gritaba del dolor.

-ey! quédate Quieto!

Empecé a lamer algunas heridas de sus manos.

Él pareció relajarse. Para luego utilizar mis uñas para poder abrir las cadenas.

Lo miré serio.

-por fin te callas -me queje.

Aquel chico solo me quedo mirando.

Él parece sorprendido.

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