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Entré a la habitación, cerrando la nueva puerta.

(Ya que le había pedido a los chicos conseguir otra, mientras que yo buscaba a cross con error y dust)

Para luego dirigirme a la cama y sentarme.

Dispuesto Abrir la envoltura de la barra de chocolate. Pero me detuve.

Sentí la mirada de cross.

lo ví de reojo.

Estaba mirándome desde el otro lado de la cama.

-ha...... Si quieres chocolate, tendrás que venir a por el -dije dándome vuelta y acomodandome en mi cama.

Para luego guardar la barra de chocolate , en el bolsillo interior de mi poleron.

El cual, tenía abierto.

Ya que hacia un poco de calor.

Miré atentamente a cross, para luego suspirar y cerrar los ojos.

Y apoyarme en mis brazos, desapareciendo mis tentáculos.

-has lo que quieras, pero no te escapes - le advertí.

Me quedé quieto un largo rato.

Mi idea era, que tuviera más confianza de mi.

Y para eso, debía demostrar que no lo lastimaria.

Estaba pensando un poco en lo que haría.

Hasta que sentí como cross se acercaba lentamente.

Yo no me movi, para darle confianza.

Pero cuando sentí que se había subido a mi pecho, ahí recién abri mi cuenca.

Él me miraba serio, se notaba inseguro.

De apoco se acercó a mi poleron, para luego quedarse quieto.

Cuando me acomode nuevamente, sentí como se agachada, como si evitara algún ataque.

-que? Ahora no me puedo acomodar? -le dije en burla.

Él me Miró desconfiado.

Pero después Miró a otra parte.

Para luego acercarse a mi brazo derecho.

-solo es una herida, Ya no me duelen, porque se me hizo costumbre - le dije normal.

Acordandome cuando lo decía antes...

Él me Miró por un momento, para luego acercarse a mi brazo y rasgar la venda.

-ey! Auch... Eso dolió -me quejes un poco.

Pero ví como me empezó a lamer la herida, dándome un pequeño escalofrío.

Después de unos 10 segundos, se Alejo, sentándose en mi pecho.

Me observé el brazo, no tenía ninguna herida.

-ja, que práctico, no? -le dije.

Pero Miró a otro lado, acomodandose en mi pecho.

Yo no me queje.

Solo deje que se mantuviera ahí.

Cerré un poco los ojos.

Estaba relajante el momento.

Hasta que se arruinó por un gran estruendo de abajo.

Te elijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora