Al finalizar el ensayo, me masajeé las sienes con los dedos fuertemente, había acabado con un dolor de cabeza inmenso pero por lo menos me habían dado el papel para la variación. No os podéis ni imaginar lo que se le pasó por el rostro a Gwendolyn cuando la directora anunció mi nombre delante de toda la compañía en vez del suyo.
Ahora mismo tenía el tiempo justo para terminar de prepararme, hacer los últimos retoques al maquillaje y al peinado, además de terminar de coser un par de puntas por si acaso se me rompían los dos pares de repuesto que tenía.
Sin duda alguna, el moño era lo más complicado; tenía que aguantar perfectamente las tres horas y media de función y no podía salirse ni un solo pelo de este, ni tampoco se debería de caer el tocado.
Deshice mi destrozado moño y me despojé de las horquillas una a una sin apartar la vista de mis ojos, a mi alrededor los mechones castaños caían sin ningún orden sobre hombros y espalda. Al quitar la coleta que sujetaba el resto de mi mata de pelo de nuevo sentí su presencia fantasmal.
Julian.
Fue un simple recuerdo fugaz que se coló por mi después, pues aquel recuerdo era parte de nuestra rutina antes de salir al escenario.
Julian podía ser la persona más tranquila que había conocido jamás y siempre después de un ensayo venía a mi camerino y se posicionaba detrás de mí con una sonrisa perfecta de dientes blancos; después, con una destreza digna de admirar, cogía un cepillo y comenzaba a desenredar todos aquellos nudos de mi voluptuosa melena, que en muchas ocasiones me sacaban de mis casillas.
Mi mente y mi cuerpo eran tan traicioneros que perfectamente podía aún sentir cómo sus hábiles dedos se deslizaban por mi pelo o masajeaban mi cuello; aún podía sentir su aroma de agua fresca y colonia de Hugo Boss envolviendome.
Conforme su recuerdo divagaba a mi alrededor como humeantes hilos de locura, conseguí ir esquivándolos y coger un cepillo entre mis dedos y pasarlo lentamente por mi pelo. Estaba tan enfocada en su recuerdo que por un momento llegué a imaginar que su reflejo en el espejo junto a mí era real; pude incluso llegar a ver cómo una sonrisa torcida y melancólica se dibujaba en aquellos finos labios.
Pero el sonido de las risas efusivas de mis compañeras fueron ruido suficiente para ahuyentarlo hasta que desapareció lentamente de aquel espejo como un fantasma; un remordimiento se instaló en mi estómago.
Después de una hora, ya estaba preparada; tardé por lo menos 45 minutos en hacer el elaborado maquillaje, combinando distintas sombras, contornos, iluminadores,...
El problema que hay en el escenario, además de sus grandes dimensiones, eran las luces; cada tipo de foco hacía que tu cara se viera de una forma diferente desde el patio de butacas, por ello debías neutralizar todos los tonos en uno solo para que no parecer una galleta, ni tampoco el rostro cadavérico de un zombi. Suena bastante complicado conseguir eso, pero una vez te inicias en este mundillo te parece igual de sencillo que ponerte unas medias.
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Darkness: El Cisne Blanco © | #pgp2021
Teen FictionTras una vida llena de lujos, escenarios y perteneciendo a una de las familias más poderosas de Londres, Edine Harford descubrirá lo que hay debajo de todo aquel lustre, el peligro. Todo comenzó con el fortuito encuentro en su nuevo instituto con el...