—Simba
—¿Padre?
—Simba me has olvidado
—No, eso jamás
—Has olvidado quién eres, por lo tanto me has olvidado. Mira en tu interior Simba, eres más de lo que eres ahora. Debes ocupar tu lugar en el ciclo de la vida.
—¿Cómo puedo regresar? No soy el mismo.
—Recuerda quién eres, eres mi hijo, el único y verdadero rey.
Recuerda quién eres...
Recuerda quién eres Simba...
Inspiré profundamente al revivir en mis sueños aquella escena de la película, me removí en la cama en busca de calor mientras que a la vez intentaba arrebujabarme entre las mantas de nuevo. Sin embargo, durante ese pequeño espacio de tiempo que me encontraba debatiendo entre el sueño y la consciencia, acaricié la tela de las sábanas blancas mientras hundía mis dedos en el relleno de la almohada.
Inmediatamente los pensamientos de aquella habitación volvieron como los recuerdos de mi infancia que eran.
No sabéis cuánto extrañaba esta cama. El delicado olor que caracterizaba las sábanas y la almohada se colaba entre mis sueños indicando la hora del despertar como habitualmente era de esperar. Bajo todas esas capas de mantas y colchas, pude respirar en paz. Sin llamadas, sin nuevos institutos, sin nadie,...
Tan solo la tranquilidad de un nuevo día, asimilando que en cuanto corriera las cortinas y mirase por la ventana, el sol brillaría en el cielo colando sus curiosos rayos por las gigantescas ventanas de la buhardilla; mientras la dulce melodía que entonaban los pájaros en primavera se escuchaba a lo lejos llenando con su canción los rincones de la calle, dejando un rastro de vida allí donde miraras.
Pero espera un momento, como ya era de esperar, había algo que no cuadraba en mi mente, siempre pasaba eso.
¿Por qué me toca a mí tener una mente tan irremediablemente calculadora?
Hice amago de mi fuerza interna para obligar a mi cerebro a congelar las maravillosas sensaciones de un día normal y a la vez ordené abandonar todo pensamiento ajeno que no sea el sol y los pájaros cantando como un despertar digno de las películas Disney.
A diferencia de mis deseos, mi mente, o, en este caso mi cerebro, ¡hace lo que le da la gana, siempre! De nuevo volvió a alejarme de aquel pensamiento idílico y me transportó de nuevo al lugar de origen, es decir, una cama.
Ya está visto que siempre pasan cosas que me impiden tener un mísero minuto de relajación y tranquilidad en mi vida.
Finalmente me dejé ganar por él y empecé a remolonear en la cama exactamente igual como hacía cuando era pequeña. Moví la mano sobre la superficie tersa de lo que parecía ser una cama, una cama en la que supuestamente no debería encontrarme. O al menos, eso creía yo.
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Darkness: El Cisne Blanco © | #pgp2021
Teen FictionTras una vida llena de lujos, escenarios y perteneciendo a una de las familias más poderosas de Londres, Edine Harford descubrirá lo que hay debajo de todo aquel lustre, el peligro. Todo comenzó con el fortuito encuentro en su nuevo instituto con el...