CAPITULO 11 CARLOS

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La semana comenzó muy tranquila para Carlos, En el Gimnasio muchos socios precian haber tirado la toalla pues en momentos no había quien se acercará a preguntar algo sobre su rutina aun que le gustaba hacerlo y se ejercitaba, llevaba la dieta, con ganas de terminar con ella todos los días, pero no se atrevía, aquello le hacía sentir algo enojado durante algunos momentos, pero siempre terminaba sintiéndose orgulloso de su aspecto físico.

Su deseo sexual fue satisfecho con creces el fin de semana pasado, tal vez volvería a probar el fin de semana, pero ahora evitando toda la parte del ligue en algún bar. Contaba con el número de Sergio, quien se ofreció a complacer cualquier deseo que tuviera, podría usar cualquier empleado, pero el acuerdo siempre seria el mismo. Sergio me mantendría como un espectador constante.

Pero por ahora solo trataba de concentrarse en ejercitarse. tratando de no crear algún sonido extraño, que saliera por su boca. El gimnasio estaba casi vacío, usaba poleas que hacían grandes sus músculos de los brazos. Por los grandes ventanales, se veía como el cielo comenzaba a pintarse de un tono rojizo y puso en Spotify a Metallica, para motivarse un poco mas

-Hola, ¿tú me puedes guiar en la rutina? -Pregunto la voz de un hombre a sus espaldas

Carlos no pudo evitar sonreír, soltando rápido las poleas, que terminaron en un gran estruendo por las pesas que soltó.

-Creí que no te animaste a entrar -dijo Carlos, tratando de disimular una sonrisa

-Si, llevo desde el lunes -contesto el gordito, que llevaba pants negro y una playera blanca, con tenis negros

-Pues... empecemos-dijo Carlos, después de escanearlo rápidamente con la mirada, se encamino al área de pesas, tomo un par de Dos kilos -Toma, -Le entrego- Tienes que hacer esto...- comenzó a mover los brazos hacia delante y a los costados, enseñándole a hacer el ejercicio

El gordito, imito lo que hacía Carlos, pero con una mancuerna en cada mano

- ¿A si?

-Si, lo haces muy bien, -Le indico las repeticiones que debía hacer, dio unos pasos hacia el aparato de poleas que con el que había estado ejercitándose, pero volvió enseguida sobre sus pasos - ¿Cómo te llamas?

-Martin... Rudy, me dicen Rudy - dijo, después de pensarlo un segundo, como dudando

-Mucho gusto, Rudy -Le tendió la mano, Rudy, soltó una mancuerna y lo saludo- Estoy aquí para lo que quieras -Se ofreció Carlos

- ¿Enserio?

-Si, tu solo pídelo -Ya no hablaban de ayudarle en el entrenamiento

Rudy sonrió -Gracias -y siguió con lo que hacia

Carlos se sentía, feliz, verlo era como conocer lo que nunca había conocido y aparte le parecía agradable, ahora hacia ejercicio al lado contrario de cómo lo había estado haciendo, logrando ver, no tan discretamente el trasero que se veía grande, del que ahora sabia se llamaba Martin o Rudy. Quien al darse cuenta de lo que el entrenador hacía, por el espejo enorme frente a él, solamente le sonrió. Aquella situación parecía agradable para los dos.

Durante casi dos horas mantuvo a Rudy haciendo diferentes ejercicios y le enseño a usar algunas máquinas, atendió a otros clientes, pero ponía especial atención en Rudy, no pensaba en a donde podría llevarles aquella situación, pero era realmente feliz, al compartir tiempo con el aún desconocido, pues solo sabía su nombre. Y que mantenía una relación, con otro chico. Y no era de closet. Probablemente ni le importaba la discreción.

Aún faltaban dos horas para que Carlos pudiera dejar el puesto, pero como si lo hiciera normalmente siguió caminando junto al chico, no hablaron más que de cosas triviales, sobre los estudios de Rudy, la música, pero sobre todo el ejercicio y como podía Rudy, bajar de peso más rápido.

-Necesito hacer dieta -Dijo Rudy- lo he intentado, pero... no puedo -dijo con un tono de vergüenza hacia sí mismo

-No debe preocuparte eso, eras muy joven

-porque soy joven, es que necesito bajar de peso

-Pero no tienes que hacerlo -Las palabras salieron de la boca de Carlos son pensarlo, pues nunca decía cosas

-no creo que eso lo diga muy seguido a sus clientes

-No, claro que no...- Carlos miro a su alrededor, los socios de la fortuna parecían estar muy concentrados en lo que hacían- es solo que... me parece que no necesitas bajar de peso, me parece que te ves muy bien

Rudy, frunció el ceño, pero enseguida le dio una sonrisa

-es lo que creo yo, especialmente tú, te ves muy bien

-sonó el celular de Rudy en ese momento y él lo saco de su bolsillo, -escribió muy rápido un mensaje algo y volvió a guardar el celular

- ¿La novia?

-no

- ¿El novio?

El gordito rio con un par de carcajadas -yo no tengo... pareja

¿Por qué mientes? -pensó Carlos

-Debo irme -dijo Rudy

-deberías de bañarte -le dijo carlos, lanzando una discreta propuesta al gordito

-No, solo subiré por mis cosas, me tengo que ir-

Carlos no se dio cuenta en que momento salió Rudy de la fortuna, pues una mujer le entretuvo durante los siguientes minutos, pero durante las siguientes horas no podía hacer otra cosa que no pensar en verse junto a Rudy, en la cama, mirando televisión, cenando en algún restaurante elegante, yendo a un concierto de rock, Aunque no sabia que clase de música le gustaba, pero estaba dispuesto a seguirlo a donde fuera. Incluso se vio llevándolo a casa y presentándole a sus hijos. ¿Cómo reaccionarían?, siempre trataba de enseñarles honestidad. Pero el era quien mas mentía respecto a lo que siempre ha sido. Entonces la realidad llego y le dejo congelado. Sus hijos, seguro le odiarían, no solo por todos los años de mentira. Tendría que enfrentarse a una dura realidad que no estaba dispuesto a enfrentar en ninguna situación.

Nunca se había sentido tan cobarde en toda su vida.

LA FORTUNA  (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora