CAPITULO 27 CARLOS

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Carlos tenía una cita con una mujer, por primera vez en mucho, mucho tiempo. Si bien no era lo que se consideraría una cita, aun así estaba nervioso, por los temas que se tratarían, aun no le había dicho nada al respecto a su hijo, pero si fuera necesario tendría que contratar un abogado para asesorarse, solo esperaba que todo terminara siendo lo mejor, atando para lucia y sobre todo para su hijo.

Llevaba todo el día tarareando y cantando una canción de Pink Floyd todo el día, cada que tenía un momento en que se desocupada recordaba la canción, por alguna razón esa canción solía recordarle a Rudy, a quien trataba de no mandar mensaje, pues no quería interrumpirlo, no quería mandar un mensaje en un momento equivocado, que hiciera que el gordito le dejara de hablar o que incluso lo bloqueara, así que solo esperaba su mensaje.

Se vistió de manera casual, con jeans y una camisa tipo polo de color naranja, escucho como la costura de uno de los brazos se comenzaba a romper, pero decidió no cambiarse, pues era playera que hacía que se mostrara todo su cuerpo, tal vez así al menos podría distraer a la abogada, salió de casa, subió a su coche puso a todo volumen la canción que estuvo en su cabeza todo el día.
Llego a la cafetería, que tenía un estilo italiano, tal vez fuera por la hora, pero en ese momento no pudo evitar sentirse viejo, pues estaba lleno de estudiantes, al fondo de la cafetería había un grupito de tres chicas que sin tratar de ser discretas lo miraba y comentaban algo entre ellas, Carlos no les presto mucha atención, pues se veían bastante jóvenes. Pidió un café americano mientras esperaba. Unos minutos después las chicas que lo miraban estaban pagando y seguían mirándolo y discutiendo algo, para cuando Carlos se dio cuenta una de ellas, muy delgada con un par de pechos enormes y no muy atractivos se acercó a él.

-hola, buenas tardes

-buenas tardes señorita –le dijo tratando de ser lo más amable posible

-mi amiga –la chica señalo a alguna de las otras dos amigas que ya estaban caminando hacia la puerta- le interesaría conocerte –le dijo con una media sonrisa

La chica estiro la mano tratando de tocar su hombro, pero Carlos fuer más rápido y se movió, de manera que la chica no cumplió su cometido

-dile que gracias, pero ahora estoy esperando a alguien

-me está esperando a mí- dijo a un costado Laura

Carlos no vio en que momento entro ni tampoco cuando se puso a su lado, pero allí estaba ella, el cabello lacio, con sus rasgos finos, un vestido rojo que seguramente atraía las miradas de piel de uno y que quedaba perfecto con su piel morena. A demás tenía tacones muy altos.

-oh, lo siento –dijo la chica, que como no queriendo dejo un pedacito de papel sobre la mesa y se dio media vuelta

Carlos se puso de pie instintivamente y jalo la silla hacia afuera para que Laura se sentara

-no es necesario que hagas eso –le dijo, pero enseguida se sentó

-no sé porque lo hice

-hoy en día serias un machista misógino

Carlos solo sonrió

-pero estamos hechos a la antigua ¿verdad? –dijo ella mientras se acomodaba

-así es y lamento eso –dijo Carlos señalando hacia el lugar donde antes habían estado las chicas

-no te preocupes, supongo que no es la primera vez que te ocurre algo así

-Carlos, ojala sea la ultima

Ambos rieron de forma discreta, el mesero se acercó a ella, que también pidió un café americano

-entonces, a lo que venimos

-si –Carlos se puso tenso de repente

-entonces mi hermana me conto lo que ocurrió, hace unos días ¿tú sabes todo no?

-se lo que mi hijo me ha contado, no sé qué sea todo

-pues para resumirlo, mi hermana lucia y su hijo que es menor de edad han mantenido relaciones desde hace mucho tiempo

-¿Qué tanto?

-ya llevan casi dos años desde la primera vez que ocurrió

Carlos solo negó con el cabeza, enojado

-sé que parece abuso de menores, pero...

-¿Abuso? Mi hijo ya tenía quince años cuando ocurrió, si se hubiera sentido violentado de alguna manera lo sabría, esto ocurrió por que ambos quisieron

-sí, pero mi hermana es una persona adulta, con casi 40, que no quiere tener problemas con la ley

-no planeo demandar, ni mi hijo sobre abuso infantil, lo que me importa es que ocurre con él bebe

-¿él bebe?

-sí, ¿ella sabe si es de mi hijo?

-por ahora no lo sabemos, tendremos que esperar a que nazca

-¿Qué ocurrirá cuando nazca? ¿Qué planea hacer si es... mi nieto?

-Lo que ella no quiere es que el problema se sepa, ella está casada y no planea que nadie se entere de lo ocurrido

-pero si ese bebe es mi nieto, todos se enteraran, porque si es así me enfrentare a quien sea para no alejarnos de ese bebe

-pero tu hijo no tendría la oportunidad, ya que aún es menor de edad

-en ese caso tal vez tendríamos que comenzar a hablar de abuso a menores

Ella se quedó en silencio, Carlos se sentía furioso, pero se calmó igual de rápido

-escucha, yo no quiero tener problemas, no quiero meter a mi hijo en problemas legales, el aún tiene que terminar la preparatoria y tal vez ir a la universidad, así que comprenderás porque siempre buscare lo mejor para él, es un adolescente que ha hecho estupideces, pero tu hermana es una mujer adulta, conoce a mi hijo desde la primaria, así que sabemos quién pierde más aquí.

-entiendo perfectamente lo que dices, pero es mejor no adelantarnos, ese bebe podría no ser tu nieto

-eso sería lo mejor para todos

-estoy de acuerdo

Ambos se tomaron un momento para beber de su café. A Carlos le pareció muy linda la manera en que sorbía el café para no quemarse, ella se acomodaba el cabello cada tanto tiempo

-¿no quieres comer algo? Digo ya que estamos aquí

-no, estoy bien, gracias

-ok

-entonces esperaremos a que él bebe nazca, conocer quién es el padre y lo haremos sin que el esposo de Lucia se entere

-estoy de acuerdo

-pero si él bebe resulta ser mi nieto, tendremos que volvernos a ver para hablar

-comprendo

-así que mejor dame tu número de teléfono –le sugirió Carlos

Ella saco una tarjeta de presentación y se la entregó, Carlos solo le dio su número, el que ella guardo en su celular, ambos terminaron de beber su café, Carlos pidió la cuenta, cuando saco el dinero para pagar, Laura ya se había adelantado, había tomado la cuenta y entregado el dinero al mesero, al que le dijo que dejara lo que sobraba como propina.

-no debiste hacerlo

-claro que sí, yo te invite a esta cita

-pero yo soy el hombre

Ella puso los ojos en blanco –a veces me gusta ser tratada de manera antigua, pero otras prefiero ser progresista, si quieres la próxima vez invitas tu

Dicho esto ella se levantó, ya con el bolso colgando de su brazo y salió rápidamente del lugar. Dejando a Carlos con una gran erección, que le hacía imposible poder levantarse de la mesa.

LA FORTUNA  (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora