CAPITULO 13 CARLOS

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Rudy no apareció el resto de la semana, era ya sábado y Carlos, no tanto por curiosidad, sino porque siempre deseaba encontrarse con el gordito, busco en el registro de la fortuna, Escribió el nombre Martin, aparecieron más de diez resultados, la mitad de ellos con foto, ninguno de ellos era Rudy, así que debía que ser uno de los que no tenía foto, dudaba solo de dos hombres llamados Martin, uno de 21 y otro de 22, podría ser cualquiera. Anoto los dos números que estaban en la base de datos, justo en el momento que el siguiente encargado del gimnasio iba entrando.

Se despidió y salió sin haber tomado si quiera un baño, iba manejando hacia su casa, poniendo el numero en el celular, para hablar por el altavoz, marco el primer número, dudo durante un momento en hacerlo, dejo el celular sobre el tablero, pero a penas avanzadas una cuadra más adelante lo volvió a tomar, más seguro de llamar.

- ¿Hola? - dijeron, al escuchar la voz supo que no era a quien buscaba, pues la voz se escuchaba la reconoció enseguida, un hombre mayos que tenía poco tiempo asistiendo a la fortuna, enseguida acabo con la llamada

Marco el segundo número, sonó hasta el cuarto timbre, cuando alguien hablo del otro lado

- ¿Hola? –

- ¿Martin? –

- ¿Quién habla? –

-Soy Carlos, tu entrenador –dijo

Le siguió un momento de silencio del otro lado de la línea

-sé que es raro que te llame, pero en la fortuna, nos preocupamos por los nuevos asociados que dejan de asistir- Mintió Carlos, ni siquiera había pensado en lo que diría

-Está bien, pero yo no he faltado- dijo Martin

- ¿Cómo? - dijo sorprendido

-He ido todos los días

-entonces soy yo el que no te ha visto

-Si, aun te recuerdo

- ¿Cuándo iras de nuevo? -pregunto Carlos con una sonrisa

-Iré el lunes, -contesto después de un momento- ¿en qué horario estarás?

-estaré por la tarde, amigo,

-Me gusta ir en la tarde, hay mucho movimiento

-Si, eso he escuchado

Carlos sabia a lo que se refería, todos o al menos los que prestan un poco de atención saben lo que ocurre por las tardes, solo Carlos esperaba que Martin no hubiera formado parte de nada dentro de los vestidores

-Entonces allí te veo- dijo Martin y colgó enseguida

Al entrar a su casa, se dio cuenta que estaría solo, pues sus hijos estarían con sus respectivas madres, tenía la casa sola, para hacer lo que deseara, y en aquel momento deseaba un poco de actividad sexual

Tomo su celular y descargo las aplicaciones en las que tenía alguna cuenta falsa, casi nunca recurría a ellas, pero había conseguido a un par de deliciosos gorditos atraves de ellas. Esperaba tener la suerte de encontrar a alguno de ellos o a ambos.

Tenía como foto de perfil sus marcados pectorales, describiéndose completamente y aclarando que buscaba gorditos, aun así, recibía mensajes de toda clase de personas; la mayoría de los hombres con cuerpos bien formados, pero enseguida borraba los mensajes, seguía en su búsqueda, viendo la foto de penes de diferentes tamaños, las nalgas bien torneadas de otros y unos pocos valientes que sin temer a la vergüenza ponían su propia foto de perfil.

Hola – le escribió un hombre que de foto de perfil tenía una panza enorme y rosada, Carlos checo su perfil, era un hombre pasivo, y peludo, pero de más edad, de la que la tenía, así que desecho cualquier oportunidad con él, pues buscaba a algún jovencito, que necesitara una buena sesión de sexo.

LA FORTUNA  (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora