CAPITULO 15 - CARLOS

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El domingo había pasado rápidamente, Carlos se entretuvo jugando con sus hijos en el parque, y otro tanto jugando videojuegos en casa, se sentía relajado y feliz, pues su hijo mayor no salió para nada de casa, in día sin preocuparse valía oro.

-¿No has conocido alguna chica de tu edad? –Pregunto Carlos

-No, todas las chicas lindas tienen novios, algunos son muy estúpidos –Contesto su hijo Jonathan

-No desesperes, pronto te encontrara alguna chica

-Tal vez, no creo necesitarla ahora

-¿Por qué? –Pregunto Carlos – ¿Has visto a lucia?-

Jonathan no contesto

Con eso en mente se fue a la cama, Pensando en lo que podría hacer, tenía que alejar a su hijo de esa mujer, que solo le traería problemas, podría demandarla incluso, pero sabía que probablemente su hijo fuera quien quisiera estar con ella, no Lucia con el chico.

El lunes llevo a sus hijos a la escuela, y rompió un poco la dieta, comiendo de mas, era como parte de la rutina de la semana, comenzar rompiendo las reglas, se sentía emocionado Pues hoy sería el día en que vería a Rudy, podría tener incluso algo de acción con el chico, pero preferiría no pensar más allá que eso. Llego a la fortuna, antes de su hora de entrada, el lugar estaba vacío, solo estaba el otro entrenador, al que solo saludo rápidamente. Cada vez que escuchaba que alguien subía la escalera, volvía la mirada esperando encontrarse con el gordito, Pero no tuvo tanta suerte hasta las seis de la tarde cuando llego con pants negro y una playera deportiva de dibujos animados. Al cruzar las miradas, ambos se sonrieron.

-¡Hola Martin!–Dijo Carlos extendiendo su brazo hacia Rudy

-Hola, Pues aquí estoy –Dijo Rudy con una tímida sonrisa

-Deja tus cosas en el locker y luego vienes –Le dijo Carlos, señalando la mochila que llevaba colgada

-Claro –Rudy subió al vestidor, mientras Carlos sonreía mirándole el trasero

Para mala suerte de Carlos, el Gym, comenzó a tener concurrencia, pues el lunes asistían la mayoría de los socios, que no se aparecían el resto de la semana. Las personas no dejaban de preguntarle sobre que seguía en la rutina, otros le entretenían tratando de conversar, algunos hablando sobre mujeres y su cuerpo. Y como siempre alguna mujer mayor de edad que preguntaba por su esposa. Abecés les respondía que lo esperaban en casa, solo por que dejaran de preguntarle o para que no intentaran hacer preguntas más íntimas, las cuales no pensaba responder.

-Como te ha ido –Le pregunto a Rudy, mientras este estaba en la caminadora

-Bien –respondió, después de quitarse los audífonos

-Me alegra mucho que hayas venido –le dijo, no sin antes haber revisado su perímetro visualmente, para no cometer el error de hablar con alguien cerca- de verdad sentía ganas de verte

-¿Por qué? –Puso cara de extrañeza, como si le estuvieran hablando en otro idioma y no entendiera lo que le decía

-Me agradas – le dijo

-Apenas y nos hemos visto –le dijo bajando la velocidad de la caminadora a una velocidad lenta

-Lo sé, y no sé porque...

-¿Eres gay? –Preguntó en voz baja

Carlos sintió que las piernas le temblaban, miro hacia todos lados, escucho lo que pregunto perfectamente, pero creyó que todos al menos a una distancia de cien metros escucharon la pregunta –Soy Bi... bisexual –Le contesto después de reponerse de la pregunta

-Ah –Dijo Rudy como desilusionado –Creí que alguien de tu edad ya habría pasado por eso

-¿por qué cosa? –Pregunto después de esperar que alguien a su espalda se alejara

-Me refiero a que yo también creía que era bisexual, pero fue hace años, y creo que alguien de tu edad, debió de haber pasado por eso hace ya mucho más tiempo

-Yo si soy bisexual completamente –le susurro

-Nunca he conocido a uno –le dijo Rudy, que seguía caminando –No creo que mucha gente sepa eso sobre ti

-No

-No te preocupes, no le diré a nadie –le dijo con una sonrisa –Puedes decirme Rudy

El temor de Carlos desapareció –Deberías de seguir con barra –le aconsejo, al ver que un socio se acomodaba en la siguiente caminadora para comenzar a usarla

-Si –Rudy apago la caminadora y se dirigió al área de barras

Carlos le explico cómo debía de hacer el entrenamiento, siguieron sin hablar, pues cada vez había más gente que los rodeaba, más gente que los escuchara o que hablaran de lo que escucharan. Rudy se encontraba en la ducha, llevaba allí veinte minutos, los estaba contando, pues sentía algo de temor o celos de que se encontrara con alguien más arriba. Aun no era la hora en que los vestidores y la ducha se convertían en un área sexual, por lo que dudaba que estuviera haciendo algo indebido. Pero aun así no pudo evitar subir las escaleras, entrar al vestidor, donde dos hombres se estaban vistiendo, un hombre salía de la ducha en toalla. Entro al área de las regaderas y encontró a varios hombres desnudos y hasta el final estaba Rudy, de frente a la pared, Al fin Carlos podía mirar ese rico trasero. Sintió el agua cayendo en su mano, que se dirigía a tocar el trasero del chico, que enseguida se dio media vuelta. Llevando sus manos a su pene. Que Carlos alcanzo a ver perfectamente, se veía pequeño, seguro erecto era enorme

-Lo siento –Fue lo único que dijo Carlos y salió del lugar

¿Qué rayos me pasa?, se preguntó mientras bajaba las escaleras, ahora estaba actuando como un estúpido adolescente y no de los buenos que hacen estupideces, sino de los que son acosadores. Se sentía tan estúpido. Seguro Rudy no le hablaría más. Diez minutos más tarde Rudy, camino hacia la salida, donde se encontraba Carlos, que no podía dejar de temer que se había se equivocado.

-Me voy –le dijo

-Lo siento –Volvió a decir Carlos

-Creo que ya sé porque querías verme – Rudy le dedico una sonrisa

-lo Siento –repitió –Es que sentía ganas de verte

-Deberíamos de salir el fin de semana –

-Sí, claro –solo eso pudo contestar

-Solo llámame –Dijo Rudy y bajo las escaleras hacia la calle

Carlos se miró en el espejo, estaba sonriendo, se sentía estúpido y feliz. Estúpidamente Feliz

LA FORTUNA  (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora