CAPITULO 26 MARIO

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Mario estaba bastante ocupado, había tenido una junta que se prolongó hasta más de medio día, haciendo que ahora su hora de salida se prolongara más extensa de lo normal, no había comido y se encontraba de malas, no deseaba hablar con nadie, pero solo le había contestado a su esposa, después de la tercera llamada y solo fue para hacerla enojar, pues irían a casa de sus suegros, fue lo único por lo que Mario agradeció el trabajo, pues tenía un pretexto para no ver a su familia.

Comenzó a pensar en Antonio, pero en el instante se obligó a no hacerlo y era lo que había hecho desde hace días, cuando le envió un mensaje y Antonio solo lo dejo en visto. Cada cuando abrió el chat solo para ver las dos palomitas azules, <no pienses en el>, se dijo otra vez.

En ese momento fue cuando entro pedro, entro bastante molesto, le entrego unos papeles a Mario, que se dio cuenta de la actitud de su empleado.

-¿Qué es lo que tienes? –le pregunto mario sin dejar de escribir en la computadora

-no he vendido nada – dijo pedro sentándose en una de las sillas que estaban frente al escritorio

-muchos días no has vendido nada y nunca te enojas –le dijo sin dejar de escribir

-es una puta

Mario supo enseguida de quien hablaba-no hables así de ella –le regaño

-es que supe que le gusta alguien más

-¿y eso la hace una puta?

-tal vez

-claro que no, no hables así de las mujeres, porque ahora pienso que tal vez no te mereces a alguien como ella

Pedro lo miro enojado, pues seguramente esperaba alguna clase de apoyo, que no estaba recibiendo

-tal vez solo deberías dejarla y ya

-es que no puedo, estoy como loco por ella, no sé qué me paso –dijo lo último con un suspiro al final

-debería de tratar de saber quién es el que le gusta

-¿para qué? – mario levanto la vista de la pantalla de la computadora, y espero no haber sonado algo sospechoso

-necesito saber que le ve a él, no le basta con esto – pedro flexiono los brazos mostrando sus grandes bíceps, que no eran tan grandes como los de mario, pero aun así parecía estar a punto de reventar la camisa

-Tú crees que es todo en lo que se fija una mujer, porque en verdad estas mal

-lo dices porque todas las mujeres de la oficina parecen enamoradas de ti, solo te ven y parece que tienen un orgasmo, seguramente hasta a ella le gustas

-¿yo? –mario puso la mejor cara de extrañeza y sorpresa que pudo

-sí, pero me dijo que estuvo a punto de hacer algo con ese tipo y que no trabaja aquí, así que no puedes ser tu

-entonces no te preocupes, tal vez solo deberían de seguir saliendo y trata de conquistarla

-¿Cómo le haces tú?

-¿hacer qué?

-tienes una mujer hermosa, felizmente casado, tienes un gran cuerpo, que hasta al joto de almacén, al gordito ¿lo conoces?

-creo que sí y no digas "joto"

-hasta a él le gustas, cabrán, a mí a penas y me voltean a ver. Tienes bastante suerte

-escucha –mario dejo de hacer lo que hacía y lo miro a los ojos- debes de dejar de sentir lastima por ti, aun eres joven, no tienes que preocuparte

LA FORTUNA  (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora