CAPITULO 23 CARLOS

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No despertó hasta muy tarde, era ya casi medio día, cuando Jonathan toco a su puerta y la abrió sin esperar respuesta, Carlos abrió los ojos, para encontrarse con su hijo pequeño al lado. Jonathan desapareció de la puerta

-Hola papa

A Carlos le dolía la cabeza, aunque no sabía porque, si casi no había tomado, <La edad> pensó Carlos

-Hola hijo ¿Cómo estás?

-Bien, mi mama me trajo más temprano, ¿A dónde iremos?

-¿A dónde quieres ir?

-mmm Al cine –Dijo el niño emocionado

-Ok, solo porque te has portado bien

Carlos como pudo, se levantó de la cama, se dio un baño rápido, almorzó, junto a sus hijos, A Jonathan no le dirigió la palabra, no sabía qué hacer, necesitaba castigarlo, pero lo que le había contado hace menos de un día, no solo necesitaba un castigo, Jonathan tenía que madurar y hacerse cargo, Ojala Lucia, no esté embarazada, ojala no sea hijo de Jonathan. Al final decidió salir con su hijo mayor y el menor, no confiaba tanto de Jonathan para dejarlo solo en casa, hasta donde sabia podría ponerse a fumar mota en cualquier momento, hasta esa mañana parecía no haberlo hecho.

No hubo mensajes de Rudy, Carlos lo agradeció

Para el lunes tuvo la mañana libre, después de llevar a sus hijos a la escuela, solo se dedicó a ver una película, en ella aparecía un adolescente gay, al que todos en la historia parecían amar, Carlos no se había dado cuenta de lo mucho que habían cambiado las cosas, ser cualquier otra cosa que no fuera heterosexual, en su época de adolescente, habría implicado ser al menos golpeado por una buena parte de sus compañeros. Tal vez por eso no había películas de hombres gay de su edad, porque no serían tan divertidas si no tristes.

Contuvo sus ganas de llamar a Rudy, pues sabía que seguramente estaría en la universidad, no quería incomodarlo, ni asustarlo, pues no quería convertirse en un acosador y mucho menos, que pensara que él quería una relación más enserio.

En el trabajo todo estuvo muy intenso, siendo lunes siempre era así, las personas llegaban queriendo bajar todo eso que subieron de tanto comer en fin de semana, no tuvo un momento de descanso, pero ya por la tarde, cuando Carlos elegía una nuevo playlist de rock de los ochenta en inglés para motivar a los socios a hacer ejercicio, lo vio llegar

Rudy, vestía esta vez con un short y playera negra, Carlos se acercó a él, para saludarle de mano, algo que claramente nunca hacía, porque al hacerlo noto que muchas personas volvieron la mirada hacia ellos, Carlos le soltó la mano al darse cuenta de ello.

-Hola –le dijo tímido Rudy,

-Hola ¿Ya estás listo para entrenar?

-Sí, iré a dejar mi mochila al locker

-Claro –

Carlos no pudo evitar mirar el gran trasero de Rudy, que parecía más voluminoso al usar short, una mujer de mediana edad y con muchos kilos de más, le distrajo, al preguntarle sobre el seguimiento de su rutina.

Más tarde Carlos, de vez en cuando volvía la mirada, hacia donde se encontraba Rudy, que estaba recostado boca abajo, sobre la máquina para hacer pierna y glúteo, algo Carlos le había puesto hacer a propósito, no se dio cuenta en que momento, pero al mirarse en el espejo, podía ver que tenía una erección lo que hizo que se sonrojara, pues estaba en medio del gimnasio, lo único que hizo fue dejar de mirar y resguardarse tras el mostrador de la entrada.

Se sentía como un idiota, hacía mucho que no se sentía así por nadie, pero no podía estar enamorado, no a su edad, con alguien de la edad de Rudy, pero si lo estaba sentía que estaba arruinando su vida, tal vez no debería de verlo jamás, o mejor amarlo para siempre. Por ahora no existía otra posibilidad.

Cuando Rudy termino su rutina, se acercó a Carlos que en ese momento era quien ayudaba a un hombre mayor de cabello canoso a sostener la barra de pesas, cuando miro a Rudy, le pidió al señor que cambiara de ejercicio para así poder acercarse al gordito

-¿Ya terminaste?

-si –contesto Rudy con una tímida sonrisa

-pues eso es todo por hoy –dijo Carlos después de pensar en poner a hacer más ejercicio al gordito, solo como pretexto para verlo un rato más

-Ok, entonces me iré... -Rudy se quedó esperando

-sí, claro

-creo que hoy me bañare en las regaderas

Al decir esto, Rudy dio media vuelta, Carlos lo miro completo, se veía que estaba sudado, el gordito comenzó a subir las escaleras, no estaba completamente seguro, pero aquello parecía más una invitación para que le acompañara a bañarse, aquello le éxito, la sola idea de hacerlo en su trabajo, algo que nunca había hecho, pero... ¿si llegaba más gente?, camino hacia la entrada y se sentó tras el mostrador de recibidor, donde nadie podría ver la gran erección que volvía a tener, miro su celular y estuvo entrando en sus aplicaciones, pero no se concentraba en nada, pensaba en el gordito otra vez desnudo pegado a su piel.

Minutos después, de no decidirse, salió de detrás del mostrador, y subió las escaleras rápidamente, pensando en que si alguien preguntaba, solo estaba en el baño.

Entro al vestidor que ya estaba vacío, fue a las regaderas y vio como Rudy solo con una toalla salía de un cubículo, el cabello mojado.

-pensé que no me habías entendido

-claro que entendí- dijo Carlos mientras pasaba por los otros cubículos y miraba que no hubiera nadie –pero estoy en el trabajo

-¿no puedes tomarte cinco minutos?

-No creo que solo sean cinco minutos, tal vez necesite una hora –ya estaba frente a él, cuando dijo esto y lo beso, un beso profundo y más largo de lo que se podía permitir en aquel lugar.

Carlos lo tomo de la mano y lo llevo al último cubículo, Rudy ya había soltado su toalla, Carlos ya no llevaba playera, pues Rudy se la quitó rápidamente, mientras pasaba sus labios por cada parte del cuerpo muscular de Carlos, Rudy desabrocho su pantalón, pero Carlos le interrumpió y comenzó a tomar el control, tenía el pene erecto de Rudy en su mano derecha y ya había comenzado a morder sus tetillas, se le salió un pujido a Rudy, que retumbo en el baño, como si hubiera sido un sonido fuerte, Carlos le tapó la boca, había perdido por completo el control, pero no tenía tiempo, dejo que Rudy se arrodillara y comenzara a pasar su legua por su miembro, que ya comenzaba a sacar liquido presiminal, Rudy comenzó a chupar toda la envergadura de Carlos, que no podía más que guardar todos su placer para no hacer ruido.

Rudy se masturbaba al ritmo que chupaba, hasta que minutos después Carlos no aguanto, le aviso a Rudy que se correría, el gordito la saco y dejo que todo saliera sobre su cara, que enseguida quedo cubierta por el semen espeso de Carlos. Al mismo tiempo que Rudy se corría.

Al final Carlos ayudo a Rudy a ponerse en pie, se volvieron a dar un beso profundo pero esta vez corto, Carlos se subió el pantalón y se puso la playera. Le volvió a besar y salió del cubículo. Sentía su cuerpo sudado, además sentía la adrenalina, parecía que nadie les vio. Se limpió el sudor de la frente, había olvidado lavar sus manos, se dio cuenta que el lugar ya estaba más concurrido así que siguió dando instrucciones a los socios, miro de lejos a los hombres que subían hacia los vestidores, donde aún se encontraba Rudy, sintió de repente una oleada intensa de celos, pues seguramente Rudy vería a todos y cada uno de esos hombres. Pero no podía hacer nada. Lo que hacía que se odiara un poquito a si mismo por no poder ni siquiera atreverse a pensar en estar a su lado, aunque sea tomados de la mano.

Carlos no perdió de vista a Rudy, cuando lo vio bajar las escaleras, vestía jeans rotos de las rodillas y una playera rosa y cargaba una sudadera negra. Rudy salió, pero antes de hacerlo volvió la vista a Carlos solo para decirle adiós con la mano levantada, Carlos correspondió el saludo.

Durante el resto de su jornada de trabajo, trajo una sonrisa, que nadie le pudo quitar.

LA FORTUNA  (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora