CAPITULO 40 MARIO

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Lo primero que sintió al despertar fue el cuerpo pesado encima de él, como pudo logro salir de debajo de ese cuerpo musculoso, Antonio se quedó dormido otra vez, Susana llegaría en cualquier momento, hizo lo posible por despertarlo, pero el parecía no reaccionar, tuvieron sexo durante toda la mañana y tarde, pero en algún momento debieron de quedarse dormidos, si Susana los volvía a encontrar, Mario sabía lo que ocurriría, pues ella le había amenazado con el divorcio, mientras el prometió no volverlo hacer.

Antonio despertó, le dio un beso de lengua a Mario, que hizo que ambos se volvieran a poner erectos, pero ya no tenían tiempo, le pidió que se vistiera, le despidió con otro beso en la puerta de la habitación, Ambos estaban bajando las escaleras cuando la puerta se abrió. Susana estaba allí, por un momento pareció bastante confundía, pero enseguida se repuso de la sorpresa y cerró la puerta

-¡otra vez estas aquí! –le grito a Antonio

-lo siento –dijeron ambos al unísono

-yo ya me voy –Mario le dio un beso en la mejilla a Mario y siguió bajando las escaleras y al pasar junto a Susana también le beso pero en la boca

Susana espero a que la puerta se cerrara

-¡no es posible esto otra vez!

-lo siento, no debí de hacerlo –Mario termino de bajar las escaleras

-pero lo hiciste, el vino otra vez y yo no estuve invitada –dijo ella, sonando muy herida y tirando su bolso sobre un sillón

-lo siento, no debí... -Mario abrazo a su esposa

-¿es que acaso...? Estás enamorado de Antonio

-¿Qué? NO –respondió tajante

-es que porque simplemente me están sacando de este juego, siento que te estoy perdiendo, se oponía en mi fantasía que seriamos los tres

-¿sabes que eso no funcionaría verdad?

-no, esto no debe volver a ocurrir, la próxima vez que lo veas sin mí, comprenderá que es el fin de nosotros

-¿pero de que hablas? ¡Tú fuiste quien planeo todo!, hiciste que todo esto pasara, -Mario la soltó y le dio la espalda –simplemente caí en tu trampa

-sí, fui yo quien le dijo a Antonio que te sedujera y que hiciera todo lo posible para que te entregaras a él, pero pudiste permanecer indiferente, así que tampoco me eches la culpa

Mario escucho que Susana comenzaba a llorar al mismo tiempo que a él, le comenzaban a salir lágrimas de los ojos

-una relación así no funciona, no funciona porque no hay sinceridad, no hay confianza

-¿ya no confías en mí? –pregunto Mario dando media vuelta, para verla

-yo... no lo sé, se suponía que debíamos meternos en la cama los tres juntos y disfrutar juntos, mientras tu y yo seguíamos amándonos y ahora... no estoy segura ni siquiera de que me ames

-si te amo, todavía te amo –le dijo Mario

-pero... ¿amas a Antonio?

Mario se acercó a ella y la envolvió en sus brazos, le dio un ligero beso en los labios y no respondio.

LA FORTUNA  (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora