Caramel Frappe {Larry Stylinson} (EDITANDO lentamente)

Capitulo O3 - Oops! Hi.

Comenzó un nuevo día y la alarma aún no había sonado, me levanté exactamente 10 minutos antes. Que alguien me mate, por favor ¿Desde cuando yo, Louis Tomlinson, me levanto antes de que la alarma suene? En fin, eso significaría no toparme con nadie en la mañana y salir sin que alguien me moleste y arruine mi día desde el maldito comienzo. Hice lo de siempre, me dirigí al baño, me duche, lavé mis dientes y me peiné – o al menos eso intenté. – luego me dirigí hacia la cocina para prepararme un miserable desayuno. Té con dos tostadas quemadas. El día que viva solo moriré de hambre.

Nadie pareció notar que yo me había levantado, lo cual agradecí con mi alma, así que le dejé una nota a mi madre y a Lottie, mi hermana. Mi padre que se joda.

                                               "Mamá y Lottie:

                            Me he despertado antes y salí para el colegio. Louis."

Es cierto que el instituto no quedaba demasiado cerca caminando, pero, al tener unos 40 minutos libres, no es tanto. Llegué allí mucho antes de lo normal, lo que quiero decir es que no tuve que entrar corriendo porque cerraban las malditas puertas. Parecía estar vacío excepto, claro, por la parte donde estaban los "populares" que, aunque a esa hora eran menos, seguían siendo muchos y demasiado ruidosos para mí gusto. Estaba a punto de irme cuando algo llamó mi atención. Alguien llamó mi atención.  Vamos, Louis, estás imaginando cosas me dije. Pero no puedo creerlo, no podía estar imaginando esto.  Debe ser algún efecto secundario de levantarse tan temprano, vamos, sigue caminando pensé, pero no me hice caso. Caminé hacia allí y sí, estaba imaginando. Hubiese jurado que había visto al chico que trabaja en Starbucks. No, este no era él. No tiene esos ojos esmeralda ni esos hermosos labios del color de las sandías ni mucho menos sus hoyuelos.  Cursi fue lo primero que se me vino a la mente al pensar esas cosas sobre una persona que no conozco. Reí ante mi pensamiento y seguí caminando hasta mi salón, aún tenía 10 minutos para poder dormir allí. Esos 10 minutos pasaron volando, para cuando quise darme cuenta la campana ya había sonado y todos estaban entrando al salón. Obviamente estaban los que hacían comentarios respecto a mi.

–  El marica llegó temprano hoy, de seguro le hizo algún trabajo a un profesor para poder aprobar su asignatura. – dijo el más alto.

–¿Para aprobar? De seguro se lo regaló, anda de necesitado. Estúpido maricón. – dijo uno más bajo.

Sólo me limité a escuchar, sin decir nada. No quiero meterme en problemas. Además ¿de qué me serviría? Sólo aumentaría el número de insultos. A lo cual también le causaría problemas a Niall, lo que tampoco quiero, él ya tiene demasiado con tener un mejor amigo gay al que todos molestan y tiene que salir siempre en su rescate.

Ah, es verdad, también soy el "emo gay" del instituto. Porque ahora se me da por llevar una bandita elástica en mi muñeca y cada vez que me siento triste o inútil tiro de ella para sentir dolor. Dicen que el dolor físico duele menos que el psíquico, y es verdad. Al hacerlo es como si todo lo que llevo dentro se fuera desvaneciendo con el dolor que me causó la bandita. Es algo así como mi método para escapar, además de aquel hermoso Starbucks. Un día llegué a hacerlo hasta que conseguí que mi muñeca sangrara, ese fue el día que mejor me sentí. Pero Niall armó un escándalo diciendo que si ahora iba a comenzar a cortarme él me lo haría, comenzando por mis pelotas. Muy tierno de su parte.

Volviendo, mientras más insultos salían de sus asquerosas bocas apareció Niall. Por dios, desearía tener una jodida cámara, sus caras de terror al sentir las manos de mi amigo en sus espaldas. Intenté reprimir una risa pero fallé y ellos me miraron con mala cara e intentaron acercarse a mí para golpearme. Mala idea. Niall tiró del cuello de sus camisas y cayeron de trasero al piso.