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—Este es el plan... —MoonByul había dicho con una pequeña sonrisa en los labios— Cuando entremos en el bosque intercambiaremos nuestras ropas con las tuyas y correremos en diferentes direcciones a ti, eso ayudara a que tu aroma se disperse y sea más difícil para uno de estos alfas novatos rastrearte a oscuras por el bosque. Te dará tiempo para escapar.
—¡Así es! Luego MoonByul y yo nos encontraremos y nos las empeñaremos para escondernos —afirmo el pelirrojo con una sonrisa—. Mi olfato es muy bueno, así que no importa que este oscuro puedo rastrear a MoonByul mucho mejor que uno de esos alfas. No dejaremos que nos atrapen tan fácil y tú podrás concéntrate en escapar.
Jin sonrió un poco pase a no estar muy convencido en que ellos se arriesgaran así por él, pero sabía que con la ayuda de los chicos lograría llegar a NamJoon y después de eso el alfa se encargaría de protegerlo hasta llegar a la cabaña.
—Gracias chicos, eso es lo que haremos... —termino agradeciendo con sinceridad.
El poco tiempo que les quedo para hablar termino por agotarse y de un momento a otro Jin se tuvo que poner de pie y actuar lo mejor posible para no mostrar lo débil que se encontraba por culpa de la droga.
Pero él no era el único que ya estaba siendo afectado, claro que no.
La mayoría de los alfas desde hace más de diez minutos atrás parecían estar incrementando su aroma y agresividad al punto que el ambiente se había vuelto pesado y desagradable para los omegas. Todos ellos aparentemente estaban pasando por los efectos de las drogas y su metamorfosis se estaba acercando cada vez más rápido. Jin vio como algunos de los alfas vigilas tuvieron que detener a uno de los jóvenes que empezó a cambiar de forma entre gritos que sonaron un poco desgarradores, ahora parecía que los omegas no eran los únicos asustados por lo que fuera a suceder. El señor Kim sin duda había calculado muy bien el tiempo en que la droga hacía efecto, pero no los riesgos que podría correr con veinte alfas a punto casi de perder el control.
SeokJin miro a lo lejos y entre la opaca luz de las farolas pudo distinguir al padre de NamJoon acercándose a todos ellos con la expresión de un verdugo a punto de castigar a sus víctimas. Él venía para dar inicio a la tan afanada cacería que había preparado con antelación por sus nefastos deseos.
El imponente alfa se acercó con una sonrisa sardónica y prepotente hasta estar parado frente a los dos grupos, el de alfas y el de omegas, que ya empezaban enlistándose para correr cuando diera el permiso. Los pies de Jin estaba tensos, pero él también correría junto a los demás para no dejar visible su estado.
— Todos están conscientes que esta actividad es recreativa y para observar sus habilidades, ¿cierto? —El hombre pregunto y la mayoría se miró entre sí con duda para después asentir a regañadientes— ¡Me alegra saber que todos ustedes están en tan maravilloso estado! Espero que en esta noche logren divertirse... y mostrar su dominio como cambia formas.
