Capítulo Diecinueve

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Él observó detenidamente la nieve caer y cubrir todo de blanco por el opacado cristal de la ventana

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Él observó detenidamente la nieve caer y cubrir todo de blanco por el opacado cristal de la ventana. Sus antiguos orbes brillantes ahora se encontraban sombríos y carecientes de emoción.

Todos los días él se sentaba junto a esa ventana y observaba ensimismado hacia la distancia, como si esperara pacientemente a que de forma súbita la persona que dejo atrás aquella fría madrugada apareciera en su campo de visión y terminara con su amargura.

Él seguía esperando, día y noche, por la persona que amaba.

Él tenía fe en que, esta persona, regresaría y cumpliría todas sus promesas.

Pero el invierno había llegado y las mañanas calurosas eran frías. Las frías venticas habían congelado su corazón. Y su corazón había perdido una de sus funciones.

En ese momento, viendo su reflejo en el cristal de la ventana, él se desconocía a sí mismo; ¿quién era esa persona? ¿Qué estaba haciendo? ¿Y por qué lucia tan lamentable? Pero el dolor era un sentimiento desagradable. Un sentimiento lleno de amargura, recuerdos y palabras que flotaban en el aire como dientes de león. Era difícil para SeokJin seguir cuando el dolor físico y emocional cada día se transformaba en uno solo para destruir todo lo que quedaba de él.

Las noches iluminadas por la bella luna eran deprimentes; mirar la luna ya no brillar igual y el atardecer volverse melancólico y sombrío no era apreciable.

Pero, incluso cuando ya no sentía su lazo con NamJoon, él todavía tenía un ancla que lo ataba y le recordaba que todavía tenía fuerzas para seguir y cobrar venganza...

—¿Cómo te sientes?

Al escuchar esta voz, SeokJin giro lentamente el rostro y observó a Soo mirarle. Incluso después de pasar cuatro meses siendo acompañado y cuidado por este hombre, SeokJin todavía no descubría la verdadera razón de porque este le brindaba tanta ayuda. Él tampoco tenía deseos de mantener conversaciones largas, pero creía en la sinceridad de este omega que le había asegurado conocer a NamJoon.

Él miro su abultado abdomen y luego dijo: —Hoy ha estado bastante tranquilo...

Soo le tendió una taza de chocolate caliente y se sentó frente a él con una sonrisa, miro la panza de SeokJin y dijo: —Ah, me recuerda a mi hijo cuando estaba en el vientre... Pero no tienes que preocuparte, por ahí escuche que cuando son inquietos luego de nacer son tranquilos. Mi hijo era bastante tranquilo después, ¿sabes?

Soo siempre trataba de entablar conversaciones alegres y largas, pero él siempre estaba estoico y distraído. Los ojos de Soo también parecían brillar siempre que mencionaba a su hijo, pero SeokJin podía notar la profunda tristeza que se escondía detrás de esos orbes avellana cuando terminaba cada oración. Y por primera vez en todos esos meses a SeokJin le dio un poco más de curiosidad saber acerca del hijo del que tanto hablaba. Él preguntó en voz baja: —Tu hijo... ¿Dónde está él ahora?

Diferentes Ideales |NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora