Capítulo Dos

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SeokJin apenas tenía trece años cuando llego a la conclusión de que él nunca lograría ser realmente feliz o cumplir con sus sueños de infante en el futuro que tenía por venir, desde temprana edad lo tuvo que saber, porque no era normal que un niño omega a temprana edad tuviera la necesidad de trabajar para ayudar a su madre –quien al igual que él era una omega de baja clase– a salir adelante porque en su hogar nunca vio a un alfa al cual llamar padre. Y sin más tuvo que resignarse a ello esperando ferviente que él estuviera equivocado y entre tanta oscuridad volviera aparecer un pequeño rayo de luz como había sido Kim NamJoon para él.

Jin tuvo que trabajar en cosas que para su sociedad eran trabajos de alfas y no de un débil omega. Él tampoco tenía una personalidad encantadora; no era tierno a su pensar y no servía de mucho para las labores del hogar, su forma de portarse era arisca con los alfas, no era bueno para la cría de cachorros, no era amante de las cosas lindas, estaba en contra de los roles asignados a los omegas marcando una gran diferencia entre lo que se suponía que era un omega normal y uno de su clase, y para completar era acusado de ser un busca problemas, un indecente, despistado y pretencioso omega.

Por esas y muchas más razones SeokJin no era cortejado por alfas de su edad a pesar de ya tener quince años y estar a muy poco tiempo de tener su primer celó, para todos él resultaba ser un omega insoportable y de temer. Jin se había acostumbrado a que lo único bueno que resaltaran en él fueran sus rasgos físicos cuando no estuviera cubierto de fango y polvo.

Y así mismo mientras todos los demás niños se divertían y socializaban él vivía un calvario por las burlas y el rechazo, pero esto nunca presentó un problema real para él, realmente perder gran parte de su infancia no lo fue, ya que lo único que le importaba a Jin era su mamá y esta con los años enfermaba o se ponía más débil por un lazo roto que aún seguía causando repercusiones en ella. Jin lo único que deseaba era ayudarla.

Y sabía que eso a su madre le preocupaba, mientras que a él seguía dándole lo mismo, pues no necesitaba de un alfa para vivir y siempre le dejaría eso en claro a todos.

• • •

—¿Qué está pasando por allá? —SeokJin preguntó a un omega que se encontraba viendo el disturbio que se armó en la entrada de la puerta del instituto, siendo ese el primer día del nuevo año de clases.

El peli naranja se giró y abrió los ojos sorprendido al ver al mayor, seguido hizo una pequeña inclinación.

—SeokJin-Hyung... —murmuro con un leve sonrojo porque él pelinegro le estuviera hablando a él— Por lo que pude ver unos alfas se están aprovechando de dos omegas de nuevo ingreso...

El mayor frunció el ceño al escuchar eso. Era el primer día de clases, Jin no podía meterse en peleas el primer día o su madre le regañaría, pero el escuchar que unas alfas se estaban pasando de listo con omegas le cabreaba mucho y él nunca dejaría solo a un omega que necesite ayuda.

Nuevamente ese año parecía que se envolvería en muchos problemas.

—Gracias, eh... —miro al peli naranja con pena esperando que este le dijera su nombre.

—Soy Jung HoSeok —el menor le tendió la mano y Jin la tomo dándole una sonrisa, para luego pedirle que le agarrada su bolso por un momento—. ¡Patéales el trasero, Hyung!

HoSeok le ánimo y el pelinegro sonrió un poco avergonzado levantando su pulgar en forma de confirmación. Jin se adentró entre la multitud para ver lo que realmente sucedía; viendo como tres alfas de un curso mayor tenían los bolsos de dos omegas que apenas eran unos niños de nuevo ingreso. Seok apretó los puños y camino hasta estar detrás del bastardo y arrebatárselos de las manos. Los que únicamente observaban hicieron exclamaciones y el pelirrojo se giró con el ceño fruncido para ver quién se había metido en sus asuntos.

Diferentes Ideales |NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora