Capítulo Doce

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Con el tiempo el amor se consolida y crece

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Con el tiempo el amor se consolida y crece. Con un intervalo el amor cambia y se transforma. Con un ciclo el amor madura. Pero como una fase, el amor también se fracciona, carece y pierde su lozanees; el amor era duro y difícil de mantener. El amor crecía o desaparecía. Era así de simple.

Pero a pesar de todo, NamJoon no acababa de comprender a la perfección el significado del amor; NamJoon aún no lo entendía y por eso cuando a veces sus emociones y sentimientos parecían estar en un punto bajo, uno que no conocía, se cuestionaba si algo estaba mal con él y si hasta ese punto podían llegar sus sentimientos. Pero entonces, cuando encontraba sus ojos en la distancia brillando como las estrellas, se sentía estar contemplando el cielo infinito y distantes galaxias. Una sonrisa se dibujaba en su rostro, una que se pegaba a su rostro por un tiempo indefinido...

Entonces, eran esos instantes, cuando corrientes eléctricas recorrían su cuerpo de pies a cabeza desplazándose por la basta calidez que surgía en su alma; haciendo surgir huracanes en su interior que destruían todo paso a paso. Huracanes que no desaparecían y pocas veces apaciguaban. Eran esos jodidos momentos donde parecía no lograr medir el amor y el cariño que surgía en él. NamJoon pensaba entonces, en especial en esas ocasiones, que el amor no necesitaba ser comprendido para sentirlo con cada parte, trozo, y fracción de su cuerpo.

Y NamJoon también creía estar loco, ya no se sentía amar cuerdamente cuando todas esas emociones golpeaban en los puntos correctos de su cuerpo. NamJoon ya no se sentía ser capaz, no lo hacía, porque el amor también era un camino recto y corto hacía la locura.

Entonces, en esas circunstancias se preguntaba si era capaz de herir al mismo dueño de su amor por el mismo amor.

● ● ●

NamJoon caminó por el pueblo con los ojos fijos en el suelo, aquella era la forma de evitar que las personas curiosas miraran su rostro. Su cabeza y cuerpo estaban cubiertos por una capa color enebro, parecía ser un comerciante, como cualquiera de los muchos betas y alfas que transcurrían aquella calle del mercado a esas horas del día.

Con pasos moderadamente rápidos giro a la izquierda y se adentró en una joyería la cual, convenientemente, estaba vacía de personas al ser hora del almuerzo. Al verlo, el encargado del medio día de inmediato se acercó a él con una expresión curiosa. NamJoon tampoco lo conocía.

—¿Puedo ayudarle en algo, señor...? —cuestiono, viendo al alfa de arriba abajo, como preguntándose si realmente tenía el suficiente dinero para si quiera mirar las joyas en la vitrina de la tienda.

—¿Dónde está el encargado?

El alfa no se detuvo a darle vueltas a las miradas que el encargado le estaba echando, estaba apresurado, aún tenía que comprar algunas cosas; entre ellas medicinas para su omega, el cual no estaba bien de salud esos últimos días, y cambiar unos libros en la biblioteca del pueblo.

Diferentes Ideales |NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora