Just Survive Somehow | Daryl Dixon

Scars

Se podría decir que después de la tormenta llega la calma, pero todavía quedan por caer algunas gotas de agua.

Y esas gotas son nada más y nada menos que arreglar todo el desastre.

Sacar todos los cadaveres de las calles, limpiar la sangre del suelo y las paredes de las casas, reconstruir el muro, etc.

Con el último caminante llegaron los primeros rayos de sol. Y con ellos la vuelta a la realidad.

Ahora tocaba ponerse manos a la obra. Así que aquí estoy, en la enfermería. Atendiendo a todos los que han sufrido alguna lesión.

Me enteré de que Ron quiso disparar a Rick, pero la bala llegó a parar en uno de los ojos de Carl.

Denise hizo un increíble trabajo. Consiguió sacar la bala y estabilizar a Carl. Ahora está inconsciente, pero estoy segura de que tarde o temprano despertará.

Ahora también sé qué fue ese claxon. Un grupo entró en Alexandria. Los lobos se hacían llamar. Básicamente entraron para matarlos a todos. Casi lo consiguen de no ser por Maggie, Carol y Morgan. Aún así, gran parte murieron, y no de la mejor manera. Fueron descuartizados.

Se me eriza la piel tan sólo de pensarlo.

Mientras Denise se encarga de algunas magulladuras de Rosita, yo veo a Daryl entrar por la puerta.

Le sonrío y me devuelve la sonrisa. Se aproxima lentamente y se sienta en la camilla que está a mi lado.

—Déjame ver tu cabeza. —digo con voz calmada mientras reúno un par de gasas, agua oxigenada, algodón, aguja e hilo. —Llevas la herida abierta desde lo de Dwight.

—Maldito cabrón. —masculla entre dientes. Se queja cuando el algodón hace contacto con su piel.

—No es nada grave, cicatrizará pronto. —pongo una gasa para evitar que se cuele más suciedad. —Bien, ahora déjame ver tu hombro.

Su cara adopta un semblante que no puedo descifrar. Empieza a quitarse el chaleco y la camiseta mientras mira al suelo.

Mientras lo hace yo miro a otro lado. No quiero admitirlo, pero creo que me he sonrojado. No puedo parar de visualizar nuestro beso.

—Ya. —bufa él.

Doy la vuelta para quedar detrás de él e inmediatamente me concentro en su herida. Esta no tiene tan buena pinta como la anterior.

La limpio con algodón y procedo a cosérsela.

En cuanto mis manos se apoyan en su piel, sus músculos se tensan completamente, aunque decido no darle mucha importancia. Es obvio que se imagina el dolor que le espera en los próximos diez minutos.

Cuando termino de coser la herida, doy un paso hacia atrás para ver como ha quedado.

Y es en ese momento en el que veo todas las cicatrices de su espalda.

Varias líneas rosadas la recorren de arriba a abajo, algunas cruzándose entre sí.

Mi mente va a mil por hora intentando descifrar quién le ha hecho eso. Porque está claro que es un quien.

Mi dedo índice se posa sobre una de ellas.

En cuanto Daryl siente mi toque, se levanta bruscamente de la camilla. Ni si quiera me mira a la cara, tan sólo se pone la camiseta y se va de la enfermería dando un portazo.

Por suerte Denise y Rosita acabaron hace cinco minutos y se fueron.

Tengo que admitir que la he cagado. A lo mejor es algo duro para él y yo se lo he recordado.