Después de todo aquello, Paul entró por las puertas de Hilltop como si nada hubiese pasado.
Su cara al enterarse fue un maldito poema.
Maggie convocó una reunion para ver qué es lo que íbamos a hacer ahora. Las cosas están demasiado tensas pero no nos podemos rendir ahora. No después de haber pasado por un puto infierno.
—No les quedarán balas para lanzar otro ataque como ese. —afirma ella con seguridad.
Oigo a Rosita bufar.
—No tendrán balas, pero tienen a Eugene. —resopla.
Bueno, ahora sí estamos jodidos. Tienen el sitio adecuado para crearlas, lo descubrieron Abraham y Eugene cuando pasó lo de Denise. Y si tienen al cerebro, significa que pueden acribillarnos en cuestión de segundos.
—Simple, iremos a por él. —comenta Daryl. —Si no nos esperan será tarea fácil.
—Es arriesgado. —advierte Rick. —Y no podemos dejar Hilltop desprotegido.
En un gesto de cansancio, meto mis manos en los bolsillos traseros de mi pantalón, encontrándome con la sorpresa de que tengo una carta en uno de ellos.
Y no es la mía, la dejé en Alexandria. Es la de Negan.
—Iremos Daryl, Bella y yo, sabemos dónde está. —sugiere Rosita.
—Yo no voy. —niego con la cabeza. —Me necesitan aquí. Ha habido muchos heridos.
Ellos no insisten, ya que comprenden la situación.
Lo peor es que es mentira. No me voy a quedar aquí, esa carta merece ser entregada. Se lo debo a Carl.
La reunión se dispersa y Daryl y Rosita se preparan para irse. Aunque no me haga gracia que vayan a arriesgar su vida, no puedo reprocharles nada. De una forma u otra yo voy a hacer lo mismo.
—Bella. —se acerca Daryl poniendo sus manos en mis caderas. —Volveré, ¿vale? —yo asiento. —Tú encárgate de salvar a esta gente. —besa mis labios delicadamente. —Te quiero.
—Yo también te quiero.
Él volverá pero, ¿y yo? ¿Podré volver?
En cuanto salen por la puerta yo voy al interior de la casa Barrington. Está llena de sacos de dormir porque obviamente dos comunidades enteras han tenido que refugiarse aquí.
Me dirijo a donde está el mío y cojo una pequeña mochila, la cual lleno con dos botellas de agua, un par de barritas energéticas, mis cuchillos y una glock, por si acaso.
Al instante se me ocurre una idea. ¿Qué mejor para ablandar el corazón de Negan que recordarle su pasado como James?
Por desgracia, dejé mi arco en Alexandria, pero sé que Dianne, una mujer del Reino, tiene uno. Aunque no se separa de él. Y si se lo pido podría contárselo a alguien.
Bingo.
Puedo coger uno de los que usamos en la reyerta contra los Salvadores anoche. En Hilltop no hay armería, todo se guarda en un gran cajón enorme, el cual está al lado de la enfermería.
Enseguida se me viene una persona a la cabeza. Siddiq. Es nuevo y no lo conoce todo el mundo todavía, es decir, que podría pasar fácilmente desapercibido.
Cuando lo encuentro está apunto de entrar en la enfermería.
—Hey, Siddiq. —le llamo. Este se gira sorprendido.
—Hola, Bella. Dime.
—Necesito que me hagas un favor. Pero no se lo puedes contar a nadie. —miro a mi alrededor pero no hay nadie prestando atención. Sólo somos dos médicos hablando de Dios sabe qué.
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Just Survive Somehow | Daryl Dixon
Hayran KurguEl primer suspiro del amor es el último de la cordura. 一Quizás y solo quizás estéis hechos el uno para el otro y no os habéis dado cuenta. Hay que parecerse un poco para comprenderse, pero hay que ser un poco diferentes para amarse. Esta novela c...