Just Survive Somehow | Daryl Dixon

Past memories

A este paso dentro de poco no me quedarán uñas que morder. Hace ya 20 minutos que el resto se fueron y el corazón no me ha dejado de latir con frenesí en todo ese tiempo.

Sólo de pensar que algo podría pasarles... todo se viene abajo.

De repente una alarma empieza a sonar. Causa tanto estruendo que empiezo a oír a caminantes a lo lejos.

—Tengo que ir. —habla Maggie nerviosa.

—¡No! —decimos Carol y yo al unísono. —Maggie, entiende que no puedes correr riesgos, por favor. Iré yo. —me ofrezco. —Tú quédate con Carol.

Como si hubiese visto un fantasma, Carol levanta su arma y apunta a algo detrás de nosotras.

Al girarnos descubrimos que, más que algo, es alguien.

Ella no duda en dispararle y la bala impacta en su brazo, haciéndole caer al suelo.

—¡Vámonos de aquí! —exclama la peliblanca.

—No, hay que matarlo. —susurro con rabia, apuntándole a la cabeza. Estos hijos de puta le han estado haciendo la vida imposible a mi hermano.

—Baja el arma. —dice rotundamente una voz detrás de mí. Una voz que me es tremendamente familiar.

En cuanto me giro la reconozco. Su pelo pelirrojo y las expresiones de su cara no han cambiado en nada. Paula, la secretaria de Gareth.

—¿Bella? —está tan sorprendida como yo. Pero su semblante cambia rápido de la sorpresa al enfado.

—Esperaba no volverte a ver en la vida. —me río irónicamente. Carol y Maggie me miran extrañadas sin comprender la situación.

Ella no responde. Sabe que se encuentran en una situación demasiado crucial como para perder los nervios y montar un numerito ahora.

Coge unos prismáticos y dirige su mirada a la base de los Salvadores.

—Tienen a Primo, dame el puto walkie. —exige al hombre al que Carol disparó. —Suelta el arma capullo.

—Salid y hablaremos. —se escucha la voz de Rick a través del walkie.

—¿Se piensa que somos imbéciles? —dice otra mujer.

—No vamos a salir, pero hablaremos. —se acerca a nosotras con su cara intranquila desmejorada por los años. No viene a cuento, pero jamás entenderé como le pudo gustar a Gareth. —Decid vuestros nombres.

—Maggie.

—Carol. —musita esta con una voz temblorosa.

—Bella. —con la última letra de mi nombre le lanzo una mirada llena de rencor a Paula. Si piensa que he olvidado todo lo que me hizo está muy equivocada. Y pienso vengarme.

—Tenemos a uno de vuestros hombres. Haremos un intercambio.

—Os escuchamos.

—Vosotros nos devolvéis a Maggie, Carol y Bella, y nosotros a vuestro hombre. Él vive y vosotros también.

—¿Tres por uno? No creo que sea un buen trato. —juro por mi madre que voy a matar a esta perra como no acepte el intercambio.

—Vamos Paula, podemos prescindir de Primo. —masculla el hombre. —¿Por qué no las matamos de una vez por todas?

—Cállate la puta boca. —le lanza una mirada fulminante. —Luego te llamaré. —concluye la conversación con Rick.

Lo último que veo es su cara antes de que nos cubran las cabezas con nuestras propias chaquetas.

[...]