Just Survive Somehow | Daryl Dixon

Reunion

Nunca podré describir esta sensación. La sensación de los brazos de Paul rodeando mi cuerpo. La sensación de dos almas juntándose después de haber estado tanto tiempo separadas. La sensación de volver a despertar después de haber estado años dormida.

Tanto sus ojos como los míos están totalmente cristalizados.

Todos los que están en el salón nos miran sorprendidos. Ahora que lo pienso, jamás les había hablado de Paul, tan sólo de Nicole. Deben estar flipando.

Después de unos cinco minutos, al fin consigo separarme de Paul.

—Paul, Dios mío... —paso mis manos por toda su cara. —¿Estoy soñando?

—No. —susurra como puede. Las lágrimas y la emoción apenas le dejan hablar. —Creía que nunca jamás volvería a verte. —acaricia mi mejilla.

—Yo sabía que estabas vivo. Jamás perdí la esperanza. —nos limpiamos las lágrimas el uno al otro.

Oímos una garganta carraspear, concretamente la de Rick.

—¿Alguno de los dos puede decir que está pasando? —se levanta de la silla cruzando los brazos.

—Es mi hermano, Rick. —él levanta sus cejas, como si se hubiera dado cuenta de algo.

—Bella Rovia... Paul Rovia. —por fin ata los cabos. Yo sonrío. —Bueno, si te parece bien acabaremos de hablar con Jesús y después podéis poneros al día. —Jesús... hacía tanto tiempo que no oía su apodo.

No es por que sea mi hermano, ni nada de eso, pero Paul es extremadamente atractivo.

Tiene una larga melena rubia y los ojos azules. En general sus facciones hacen que se parezca a Jesús, por eso le llaman así.

Recuerdo ir caminando juntos por la calle y que todas y cada una de las personas se le quedaran fijamente mirando. No los culpo, yo también lo hubiese hecho. Al principio resultaba un poco raro, pero después nos acostumbramos.

—Sí, claro. —asiento con la cabeza. —¿De qué estabais hablando?

—Jesús pertenece a otra comunidad. —levanto las cejas sorprendida ante las palabras de Maggie. Miro a Paul y este está mirándome mientras sonríe. —Ellos tienen cosas que necesitamos, y nosotros tenemos cosas que ellos necesitan.

—No sabemos si es verdad, Maggie. —musita Rick desconfiado.

—Os lo enseñaré. Si vamos en coche estaréis de vuelta en el mismo día. —habla Paul.

—Yo le creo. —digo firmemente. —Está diciendo la verdad. —conozco a mi hermano y sé bien cuando miente. Esta no es una de esas veces.

Las expresiones de Rick y Daryl se van suavizando en cuanto ven la decisión en mi rostro.

—Vuestro mundo está apunto de hacerse mucho más grande. —las palabras de Paul me infunden una alegría en el pecho imposible de explicar con palabras.

Creo que no es alegría exactamente, es un cúmulo de emociones que no sé como exteriorizar.

Si todo sale bien, podríamos empezar a comerciar. A construir una nueva sociedad.

2:37 p.m.

—¿De verdad arriesgó su vida por ti? —me pregunta mi hermano sorprendido, a lo que yo asiento. —Wow. Aún así, por lo que me has contado, no parece que sea una persona fácil de tratar.

—No. —suspiro. —Todavía no consigo entender sus cambios de humor.

Le he contado todo lo de Daryl a Paul. Desde que nos conocimos hasta ahora.