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Cucú!! :D

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Una jaula

Es lo que parece la arena desde nuestra primera noche en ella. Una jaula de cristal a merced de los vigilantes. Me hace sentir estúpida por creer que podría ganarles, es obvio que yo no soy Sean, no conozco el juego tan bien, menos tengo sus ventajas.

Y, sin embargo, aquel hombre que me estudiaba...

Elevo la mirada al cielo estrellado, pensativa. Esta noche decidí quedarme en la Cornucopia, ya que ayer Geld recibió un obsequio de Gloss, cicatrizándole las heridas. Y yo prefiero estar lo más lejos posible de él, es tan imprevisible y mortífero que da miedo.

Imprevisible.

Lo que supuestamente debería ser yo hasta para los vigilantes. La cuestión es, ¿cómo? Finnick me proporcionó un disolvente para mi invisible telaraña, permitiéndome así arrancar la espina y alejar las arañas de la pradera de mi posición. Pero su nota...

"¿Sabes?, no me fiaba de tu plan pero esa idea de las notas te dio bastante fama. Piensa como ellos, Annie, y tendrás la clave."

Suelto un bufido, frustrada, yo que no quería parecerme a los vigilantes y resulta que ahora debo pensar como ellos. Menuda ironía, al igual que parece mi voluntariado ahora mismo. Estoy comenzando a pensar que mi padre tiene razón, que hice una locura. Siempre he visto los profesionales voluntarios como jugadores y no juguetes, escogen ir a los juegos, lo lógico es que eso nos dé un privilegio.

—Piensa como ellos... —Susurro al cielo y me quedo callada recordando las ediciones anteriores a la mía. Obviando el año de Sean, los vigilantes siempre tuvieron una mano de hierro para controlarlo todo. De un modo u otro, tributos incluidos. Los cuales, se dejaban llevar por algo obvio, lo que dijo Sheet, seguirles la corriente es la mejor forma de ganar.

Mi problema con ello no es tanto mi carácter incontrolable, que también, sino otra cosa. Ya desde la edición de mi hermana, hubo tributos de mi distrito a los cuales el seguir su camino no hizo más traerles desgracia. Neil Fisher, su compañero de distrito, un voluntario que no quería más que salvar a su hermano, un chico astuto llamado Matt cuyo problema era que odiaba la violencia. Este, al contrario que mi hermana, no fue a la academia profesional. Se limitaba a acudir a la escuela las mañanas y ayudar a sus padres, con la única taberna del distrito, en la tarde. Y, sin embargo, era un experto en trampas y dagas...

Lo cual, junto con su voluntariado, lo unió a los demás profesionales. Sin embargo, desde entonces, la alianza tuvo peligros que afrontar, hasta que, inesperadamente, se encontraron con muto que era un cruce entre un lobo y araña enorme con patas filosas. Tuvieron que huir a través de la arena tenebrosa y en su camino un rayo rompió un árbol retrasando a Neil.

Y, como los profesionales no volvieron por él, le tocó sufrir una lenta agonía a sus manos. Fue entonces cuando mi hermana, hallándose cerca, escuchó sus gritos, encontró la criatura y usó su técnica para matarla. Al Capitolio aquello le encantó, ya que no se esperaban verla actuando así. No, cuando él era un tributo de la alianza enemiga. Se salió de los planes por completo.

Y así sobrevivió hasta que, el día del banquete, los vigilantes no le dieron otra opción que huir de la roja lava y así enfrentarse al que, por entonces fue líder de los profesionales, el tributo del distrito dos. Su plan era mantenerse alejada y disparar sorpresivamente a todos, pero ellos lo echaron a perder.

Las ediciones siguientes no escondieron muchos secretos. Gloss Shine del distrito uno, vencedor de la Sexagésimo tercera, se presentó voluntario por la misma razón que Silber, era el favorito del público, y, cuando mostró que no le importaba a quién matar por ello, también de los vigilantes. La edición de Cashmere creo que fue trucada porque la chica nunca tuvo problemas con ellos, a pesar de que su técnica fuese encandilar a otros y usarlos para ganar. La misma que usó Finnick, con una diferencia obvia, lo que me dijo él en el tejado, lo que les permitió a Sean y Nolan vivir hasta el cuarto día de la arena, cada sistema tiene su punto débil y el de los juegos es el público.

El problema es que los vigilantes no son sistemas, son personas, al igual que yo, personas que, visto lo de ayer, nos conocen lo suficiente para saber conque flaqueamos. Silber es un poco como yo, piensa que por ser profesional y voluntaria todo le irá bien, de ahí que la tormenta la sacara de quicio. Cassius está tan obsesionado con matar a todos que cada segundo sin ver tributos lo pone peor. De ahí que un temblor bastase para desatarlo y yo...

Tengo las emociones demasiado intensas como para soportar cualquier contratiempo, eso sin contar mis instintos desafiantes. Lo que explica porque este año su juego va de emociones. Están todos en contra mía salvo uno. Porque yo pretendo salirme de sus planes y eso no les gusta nada. Soy la persona que intentarán manejar a todo precio.

—El punto débil... —Digo entonces en un susurro y luego sofoco una carcajada, pues claro, cada sistema tiene su punto débil, cada persona también, y el de los vigilantes son los tributos como yo o Sean. Ahora me toca buscar un modo de aprovecharlo para ganar. Y sé como...

Aceptando el juego solo mientras me permita vencer.

El color de la locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora