Lo siento, chico/as, se me fue la olla y por unas razones u otras no subí Capítulos de nada así que, como compensación, os dejo dos Capítulos muy especiales "De cómo venció Annie Cresta" y "Despertar". Espero que os agraden. :)
26: De cómo venció Annie Cresta.
Finnick Odair, 19 años, mentor de Annie Cresta en los juegos del hambre.
—¡Roy! —El grito de Annie resulta más que desgarrador, mientras sus ojos observan hipnotizados la trayectoria de la cabeza de su mejor amigo y compañero de distrito. Noto un brillo distinto en ellos, un brillo que me suena tan familiar como aterrador.
Locura.
Lo mismo que acostumbraba ver en mi difunto mejor amigo cuando se enfadaba. Sheet sonríe esperanzada, entiendo porqué lo esté, Roy fue uno de los tributos más hábiles que tuvimos, su muerte a sus manos es casi como una victoria. Una victoria que desaparece tan rápido como apareció.
Lo sé cuando esta se acerca a Annie, pretendiendo atacarla y el golpe que le da mi tributo la hace retroceder más que asustada.
Está loca, rabiosa y descontrolada, con cada golpe de machete que lanza las manos de Sheet ceden más, desesperadas por proteger su cuello de la encolerizada profesional, hasta que su mano diestra vuela por los aires. Annie ni siquiera sonríe cuando aquello ocurre, simplemente la decapita de la misma forma que decapitó ella a Roy.
Circe, por su parte, es más comedida, blande su estilete con auténtica maestría pero a cada herida que le provoca, incluso superficial, la enloquece más. Annie es tan rápida como lo era su hermana, incluso más. Le clava un cuchillo en la rodilla, haciéndola trastabillar y su cabeza es la segunda en aterrizar en el suelo, cuando el cañonazo la despierta.
El cañonazo y el ambiente tranquilo que la rodea, mientras el cansancio hace mella en ella, extinguiendo su locura.
No.
No toda.
Lo noto al instante de verla observar la sangre a sus pies, la ira que fluye por sus ojos como un vendaval y casi es de prever lo que suelta después.
—¡Esto es por vuestra culpa, ¿sabéis?! —Increpa al Capitolio. —Por mandar a mi hermana a los juegos y ahora a él, haciéndolos morir en rojo, el mismo que acabo de derramar ahora mismo. Loca me diríais y, en cierto modo, lo estoy, pero, ¿sabéis qué? ¡vosotros también! Sois unos locos sanguinarios que disfrutan del sufrimiento de los demás. Mi hermana, Denalie, Neil Fisher, peor todavía, Sean Kingsley, al cual destrozasteis por completo. Por ellos soy voluntaria, me convertí en un juguete más solo por ganar, ser diferente. Al igual que mi hermana, al igual que Roy. Y al final, ¿para qué? ¡Para nada! ¡Voy a morir para vuestro goce, al igual que todos!
Las últimas palabras me desarman de una forma más que nueva. Haciéndole posar la mano sobre mi pantalla personal como si por ello pudiera alcanzarla. Va a morir, lo sé, y aun así...
No me siento capaz de afrontarlo.
O al menos no la forma en que lo hará el Capitolio. El como la harán sufrir, pueden hacerlo ya que los ratos de audiencia que la protegían han descendido de golpe, ahora nadie desea su victoria.
Nadie salvo yo.
La pregunta es, ¿por qué? Quizás porque se ha convertido en lo más parecido a una amiga durante los juegos. Alguien que podría comprenderme hasta que enloqueció, al igual que él...
Sean.
Es tan parecida y diferente a él que casi duele.
—Finnick, ¿qué te ocurre, querido? —Mags me rodea los hombros y, por primera vez, no me siento seguro entre ellos, no con la amenaza invisible que asecha mi tributo. La cual ya dejó de gritar y boquea de forma repetitiva, una sola frase: "No es mi culpa." —¿Finnick?
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El color de la locura
FanfictionRojo, así es el color de la venganza. Rojo brillante, lo único que me domina desde la muerte de mi hermana Denalie. Pero, ¿quién me diría que ese color me llevaría a la locura? Nadie, ¿verdad? Ni siquiera yo misma. Me llamo Annie Cresta y soy la ven...