Capítulo 3.

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Entro al palacio a la vez que suelto un suspiro lleno de cansancio, al parecer al bebé no le gusta mucho la cama de mi hermana y su cuna aun no llega, así que fue una noche muy larga llena de llantos y mis brazos adoloridos por cargarlo la mayor p...

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Entro al palacio a la vez que suelto un suspiro lleno de cansancio, al parecer al bebé no le gusta mucho la cama de mi hermana y su cuna aun no llega, así que fue una noche muy larga llena de llantos y mis brazos adoloridos por cargarlo la mayor parte del tiempo.

Luego de que me revisen asegurándose que no lleve algún tipo de arma y dar mis documentos personales para confirmar mi identidad me hacen pasar, cruzo la puerta y el olor a perfume de mujer me llega directo, debe haber unas quince chicas con los mejores vestidos y joyas, miro mi vestimenta que consiste en un jean negro, unos botines, una blusa y un abrigo, muero de frío.

Mantengo mi mirada firme al sentir sus ojos puestos en mí.

—Disculpa ¿tú también estas concursando? —pregunta una voz chillona a mi lado derecho, yo la miro, lleva un vestido extremadamente apretado, me pregunto si podrá respirar bien con eso puesto.

—Si—es lo único que respondo y ella suelta una risita, que juro la detesto, como alguien puede reírse así sin la necesidad de que me diga algo puedo sentir su burla, yo la miro un tanto molesta.

— ¿Qué te causa tanta gracia? — pregunto fastidiada, no soporto que las personas se burlen de los demás.

—Es que ósea, es imposible que tu estés concursando, ósea mírate pareces una pobre sirvienta, ósea que asco— habla con hastió, cierro los puños y cuando estoy a punto de responder entran los reyes, yo la asesino con la mirada, ojala y fuera legal deshacernos de ese tipo de escoria definitavemente me ofreciera de voluntaria para encargarse de eso, es una típica niña de papi que le dieron todas las comodidades y se nota que nunca lucho por tener algo de comida sobre su mesa, ojala y se case con Damián para que el también sufra y le haga la vida imposible, sonrió maliciosamente imaginando la situación, todas hacemos una reverencia.

—Bienvenidas al reino, esperamos que se sientan cómodas durante toda su estadía aquí, en un momento el personal del palacio designará a las personas quienes les van ayudar tanto con la vestimenta u organizando su cronograma y el príncipe Damián elegirá a la adecuada para reinar junto a él— explica la reina, se ve hermosa, el rey no parece tan emocionado como ella hasta incluso logro ver como bufa mientras rueda los ojos, al parecer nadie se fija, yo sonrió divertida, definitivamente cuando ellos reinaron se convirtió el reino en algo justo e incluso divertido.

—Si tienen una duda por favor hágamelo saber—termina la reina con la sonrisa resplandeciente, todas asienten, las personas a nuestro alrededor empiezan a moverse entre todas hasta que encuentren a la chica con la cual van a trabajar, me asusto al ver como tres chicas aparecen al frente mío, todas llevan su uniforme impecable y me sobresalto al sentir una mano en mi hombro, me giro con lentitud, veo a nada más y a nada menos que al hombre que me apunto con un arma en mi patio, mirándome irritado.

—Nos presentamos, yo soy Alexia—dice una de las chicas, ella tiene pecas en sus mejillas y su cabello rojo sobresalta, yo le sonrió amable.

—Yo soy Amelia— una de ellas se hace notar, su cabello es negro y su piel muy blanca, también le sonrió levemente.

El Príncipe DamiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora