—¡Corre! — grito.
Damián sin dudarlo corre a los establos principales donde se supone que debemos estar, sostiene mi mano tirando de ella y lo sigo mientras oculto una carcajada, nos escondemos detrás de la comida de los caballos.
—Definitivamente es la mejor cita que he tenido en mi vida—dice en un susurro, cuando levanto la mirada me fijo que su rostro está a escasos centímetros del mío, nuestros pechos casi rozan y es por el poco espacio que hay, no puedo evitar reír por la situación, el me mira divertido mientras me susurra que guarde silencio, lo hago en cuanto escuchamos pasos, intentamos regular nuestras respiraciones esperando no ser descubiertos.
Les contare la razón del por qué huimos.
Horas atrás...
Despierto y con ayuda de las chicas me arreglo para la cita, me coloco un jean, unos botines, una blusa y un chaleco, me recojo el cabello en una coleta y me maquillo levemente, cuando estoy lista bajo a desayunar y gracias al cielo no hay nadie, al parecer ya todos comieron y como siempre llegue tarde, desayuno tranquilamente hasta que Jack entra agitado.
—Elissa, Damián te está esperando hace más de 20 minutos— dice mirándome molesto, yo abro mis ojos exageradamente y reviso la hora en mi teléfono.
Mierda.
Termino mi jugo de naranja y salgo corriendo a mi habitación, cepillo mis dientes apresurada para luego volver a correr ahora a los establos, en cuanto llegó, miro a Damián quien me sonríe sosteniendo un bote de helado en sus manos, vuelvo a respirar con tranquilidad y suelto una risa a la vez que me acerco.
—Hola Damián— saludo y el sorpresivamente me da un beso en la mejilla, yo le sonrió mientras me sonrojo un poco, sin pensarlo dos veces coge mi mano y comenzamos a caminar hacia los establos.
—Tal vez no sea una buena idea, pero quiero ir a ver a Apolo— dice frenando de golpe como si hubiese recordado algo, yo arqueo una ceja ¿Quién es apolo?
—¿Quién es Apo...? — no termino la pregunta por qué deja el helado encima de la mesita y comenzamos a correr, cruzamos una puerta que al parecer no podíamos hacerlo ya que estaba prohibida y al entrar veo a un hermoso caballo negro, yo lo miro sorprendida
—Es hermoso. — susurro, y cuando estoy a punto de acercarme el me detiene.
—Solo mi tío y mamá han sido los únicos con los que no se enoja, es un poco viejo entonces debemos tener cuidado— me explica, yo asiento mientras lo veo desde lejos, la luz que entra por el establo le lleva a su negro pelaje y literalmente brilla, es bastante asombroso, nunca había visto a un ser tan majestuosos como Apolo.
—Tuvo hijos y uno de ellos es como mi mejor amigo, al parecer es al único que le agradó, los demás me odian— dice Damián haciendo un tierno puchero y yo rio al verlo quejarse como un niño, el caballo por primera vez nos ve, sus ojos negros se clavan en mí y suelta un bufido, me estoy comenzando asustar.
ESTÁS LEYENDO
El Príncipe Damián
Teen FictionUna vida llena de reglas y algunas restricciones, un padre un poco estricto, una madre llena de energía y ganas de vivir, una hermana rebelde, un hermano que pienso que es adoptado, pero mis padres insisten que no lo es, aun así, lo amo y, por últim...