Capítulo 19.

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Estar encerrada en mi habitación no ha logrado calmar el dolor, ni una sola gota, mi cuerpo se siente débil, los miles de pensamientos negativos no me dejan dormir y mi apetito ha desaparecido casi por completo, mi hermana esta feliz de tenerme co...

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Estar encerrada en mi habitación no ha logrado calmar el dolor, ni una sola gota, mi cuerpo se siente débil, los miles de pensamientos negativos no me dejan dormir y mi apetito ha desaparecido casi por completo, mi hermana esta feliz de tenerme con ella en casa, suele salir con Jack y Liam casi todas las noches, me da privacidad, pero aun así se preocupa por mi estado emocional, pero ¿Quién puede estar bien después de haber perdido a la persona que ama?, el recuerdo de su abuela hablando conmigo un día antes de que Damián me dijera sobre Nicole llega a atormentarme, como cada noche.

" Damián necesita una mujer que sea una buena reina, no requiere más amor del que recibiera de ella, la pregunta aquí es, tú que escogerías ¿amor o el bien de tus ciudadanos? "

No esperaba que el día siguiente Damián hablará conmigo de eso, todo en mi mente era confusión e inseguridad, todo sucedió tan rápido que yo solo intentaba analizar la situación, buscar una solución.

Se que el tomo una buena decisión, a veces tenemos que sacrificarnos por un bien externo, aunque suene estúpido, así funcionan algunas cosas.

Son las tres de la mañana y no puedo dormir, como en estos últimos días, las pesadillas volvieron después del ataque de pánico que tuve en el palacio, entre sueños pasa la misma escena, ver a papá postrado en la cama y como muere, luego observo a mi madre dentro de su ataúd pareciendo dormida.

Todo sería diferente si ellos nunca se hubieran ido.

Me levanto de la cama, me cambio de ropa, todo en la oscuridad de mi habitacion, bajo las escaleras y le dejo una nota a mi hermana para que no se preocupe por la mañana, camino al garaje y me subo al auto, las calles estan casi vacias y en silencio, conduzco por horas saliendo de la ciudad, me relaja sentir el aire frio contra mi rostro, el sonido del motor pedir el cambio de marcha, y sentir que tengo el control de algo, últimamente siento que no soy yo.

El amanecer me hace estacionarme en una cafetería, debe ser apenas las seis de la mañana y ya estoy en otra ciudad, tal vez explore un poco, entro a desayunar, una amable mujer atiende mi pedido y mientras espero las noticias pasan por la televisión pegada en la pared del local.

Mi comida llega pocos minutos después, la salida del sol es un espectáculo a esta hora, miro por la ventana tomando mi café sintiéndome en paz, mi corazón al fin deja de palpitar desesperado, el temblor en mis manos se detiene y al fin mis pulmones respiran con calma, dejo de pensar en todo y me distraigo por completo en el paisaje frente a mí.

Las pocas personas a mi alrededor comienzan a murmurar, la mujer que me atendio antes sube el volumen de la televisión.

—Ocurrio un terrible accidente en la familia real.

Levanto la mirada a la pequeña televisión y leo los titulares.

Mi respiración se corta por unos segundos, mis manos comienzan a temblar y no aparto la mirada.

El Príncipe DamiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora