Camino por los pasillos con Jack a mis espaldas, digamos que ya no está tan enojado por lo de hace unos días y al final después de que un señor nos levantará no volví a ver a Damián en toda la semana.
— ¿Entonces se supone que debo entrar hacer una reverencia y caminar hasta mi asiento? — le pregunto de nuevo a Jack, el me mira exasperado, pero aun así asiente ante mis palabras.
Juego con mis dedos mientras caminamos, disminuyo el paso intentando retrasar lo mas que pueda el momento, pero la mirada severa de Jack me hace volver a tomar el paso apresurado de antes.
—Estoy considerando seriamente cambiar con otro guardaespaldas — musita, yo lo miro furiosa y el me ignora olímpicamente.
Llegamos a una puerta gigante y giro sobre mis talones, no pienso entrar sola ahí.
—¿Puedo ir a comer contigo?, por favor — le ruego dejando de lado mi orgullo, realmente no quiero entrar, todas las miradas se van a dirigir hacia a mí y no me gusta para nada eso.
—Sólo faltas tu y una chica más, además no está permitido — dice negándose, yo hago un puchero, me toma de los hombros y me gira, no me deja replicar cuando hace un movimiento con su mano y las puertas se abren.
—Te mataré— susurro a Jack quien sólo sonríe divertido mientras se aleja, las puertas se abren por completo y hago lo que me dijo, una reverencia y camino a mi asiento.
Trago en seco al ver que alado mío esta nada más y nada menos que Sky, ella me sonríe falsamente, Jack me dijo que tenía que ser amable con todos así que a mi cuesta sonrió igual de falso que sus labios llenos de bótox, me siento a su lado.
— Al parecer se te pegaron las sábanas de nuevo, ¿cierto querida? — se dirige a mí la voz que encuentro en mis pesadillas e intentando sonar como una pequeña niña incapaz de romper un plato, yo la miro con una sonrisa fingida.
Digamos que es cierto que me quede dormida, pero el sol de la tarde que entraba a mi habitación fue como un somnífero, es completamente justificable.
—No tengo por qué darte explicaciones de lo que hago o no, ¿cierto querida? —respondo con el enojo quemando en mi garganta, esta chica sí que logra sacarme de mis casillas, me mira sorprendida por el tono dulce que utilice para decirle que no se meta en mi vida y ahí termina la conversación.
Miro la mesa y me doy cuenta que Damián no se encuentra en ningún lugar sólo está el rey, la reina y sus hijos con quienes aún no he tenido la oportunidad de charlar, pocos segundos después la puerta se abre y entra Damián así dando por inicio la comida, arqueo una ceja al ver que estamos menos, al parecer la chica no piensa venir ni otras tres más.
Sigo comiendo tal y como nos enseñaron hace unos días, sonrió orgullosa al fijarme que pude con la langosta, levanto la mirada al sentir que alguien me está observando y mis ojos se encuentran con los de Damián quien me regala una sonrisa, repito su gesto y bajo la mirada.
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El Príncipe Damián
Teen FictionUna vida llena de reglas y algunas restricciones, un padre un poco estricto, una madre llena de energía y ganas de vivir, una hermana rebelde, un hermano que pienso que es adoptado, pero mis padres insisten que no lo es, aun así, lo amo y, por últim...